martes, 7 de diciembre de 2010

Air doll (Kûki ningyô)


Air doll es una película japonesa que trata de una muñeca hinchable que cobra vida. Hay que decir que no es una película adecuada para todo tipo de espectadores, la verdad. Es el típico film oriental lleno de una peculiar poesía visual y tiene un pausado ritmo que puede llegar a exasperar a algunos.

 Una vez avisados, os debo decir que yo disfruté bastante con esta película de Hirokazu Koreeda. Más que como una película, el espectador debe acercarse a ella como si de una fábula se tratara. La historia no tiene lógica ni explicación posible pero es una buena metáfora de la soledad y el aislamiento de la sociedad actual. Si esperas ver un film convencional con respuestas y un forzado final feliz, te ves alguna peli de Michael Bay o basura similar. Esta película es otra cosa, algunos la llamarán cine de arte y ensayo, cine culto o cine raro. A mí me gustó, es cierto que a veces su pausado ritmo se me hizo algo cuesta arriba, unos cuantos minutos menos no hubieran sido mal recibidos, pero yo recomiendo su visionado, siempre que se haga pensando que estamos viendo un cuento moderno.
Esta arriesgada historia de la muñeca hinchable es una actualización del cuento de Pinocho, como si de un Blade Runner japonés y algo bizarro se tratara. Incluso hay una visita al creador de la muñeca en busca de respuestas.
 La muñeca, interpretada convincentemente por la modelo Doona Bae, es sólo una sustituta, nadie la quiere por sí misma. En una sociedad en la que no es posible la comunicación, la gente busca sustitutos de látex para un amor real. A pesar de sentir como un humano y sus inmensas ganas de vivir, ella nunca será humana realmente. En su inocencia se verá enredada con unos personajes que son representativos de una sociedad tan competitiva como la japonesa: La mujer preocupada por su belleza, la joven que no para de comer, un anciano, etc. El film traza unas interesantes reflexiones sobre la vida, aunque no de respuestas. Es una fábula cuya moraleja debe deducirla cada espectador.

A mí me gustaron mucho escenas como la del desinflado y la peculiar relación sexual que se establece con el chico del video club. Me parecen momentos de buen cine que sumados a la original historia y la excelente fotografía configuran un film interesante.


Por cierto, sobre muñecas hinchables el maestro Luis García Berlanga realizó otra interesante reflexión sobre la soledad en 1974 con el estupendo film Tamaño natural. Son dos visiones muy distintas sobre el mismo tema. Berlanga se centraba más en la soledad y el desequibrio del dueño de la muñeca, mientras Koreeda se centra en la soledad de la muñeca. Ambas son recomendables.


 Ponga una muñeca hinchable en su vida y trátela con cariño, ella se lo agradecerá.



7

2 comentarios:

Dr. Quatermass dijo...

Buenas, como apuntas a la película le sobra algo de metraje porque a mi aburrió en algunos momentos y es una pena, porque en general está muy bien esa mezcla entre ingenuidad y dramatismo que tan bien hacen los orientales.

Junto con tamaño natural, otra gran película de muñecas hinchables es "Larks y una chica de verdad", muy interesante también.

Saludotes

Insanus dijo...

Anoto Larks, pero no olvidéis Maniquí, delirante, kitch y absurda producción de la Cannon que hasta llegó a estar nominada al Oscar a la mejor canción en 1987. Y Venus era mujer, a propósito de Maniquí.

Air Doll, bien, pero a ratos. No creo que su problema sea un ritmo pausado o su supuesto exotismo. Creo que le sobraban algunos minutos.