Martyrs provocó en su día un importante revuelo entre los aficionados al cine de terror y el slasher. Pascal Laugier parece enmarcarse en esta nueva hornada de directores franceses dispuestos a darse a conocer a base de sangre y emociones fuertes. De esa escuela salió Alexandre Aja, cuyo film Haute tension (2003) tampoco dejó indiferente (quiero decir con el estómago en su sitio) a nadie y que fue domesticado por Hollywood para realizar remakes como Las colinas tiene ojos, Piraña 3D o pelis fallidas como Reflejos ). También salieron de Francia Alexandre Bustillo y Julien Maury, quienes también removieron estómagos con À l'intérieur. Todos ellos parecen tener una enfermiza obsesión por hacer sufrir a las mujeres en sus películas.
Pascal Laugier escribe y dirige en Martyrs una historia que evita los convencionalismos y lugares comunes en los que el cine de terror ha caído desde hace décadas. Toda innovación en un género tan caduco como el terror es siempre bien recibida por mi parte. Laugier huye hacia delante y se sumerge en el lado más atroz y cruel del ser humano. Opta por ser muy poco sutil y nos ofrece una orgía de sangre y situaciones extremas que no serán del agrado de muchos espectadores. El film tiene un estupendo arranque, no pierde tiempo en presentar personajes y va directo al grano. Los primeros 45 minutos de Martyrs son una perversa mezcla de géneros que hará las delicias de los fans del terror más brutal. Laugier le imprime un ritmo endiablado, configurando un inicio intenso, duro y sangriento. Toda la parte inicial con las dos protagonistas en la casa me gustó bastante.
Pero (siempre hay un pero) tras 45 minutos de infarto el film sufre un parón del que ya no se recupera. Puede que la idea no diera para más o puede que este tipo sea demasiado pretencioso intentando hacer la película definitiva sobre el mal. El film cae en una larga espiral de violencia sin sentido que a mí me acabó asqueando y aburriendo a partes iguales. Laugier no hace concesiones y su film es realmente insoportable por momentos. A mí la escena de la bañera se me hizo especialmente indigesta, al nivel de A serbian film. Ensañarse con la crueldad y la violencia nunca me ha gustado. Tampoco la retorcida teoría para justificar tanto sufrimiento me parece que tenga ni pies ni cabeza, pero fanáticos hay en todos los lados y ya sabemos que lo caminos del señor son inescrutables.
Tampoco me puedo hacer una idea de lo duro e intenso que tuvo que ser el rodaje, sobretodo para las dos actrices protagonistas, todo un auténtico calvario.Es en esta última parte cuando se evidencian ciertas herencias de films como Los sin nombre o REC (ambos casualmente de Jaume Balagueró) o incluso Hellraiser para configurar su particular pesadilla. Por cierto, se rumoreó que Laugier, iba a dirigir el remake de Hellraiser, no se me ocurre un tipo más adecuado (por lo insano y las ganas de torturar al espectador) para tal proyecto. Finalmente Laugier abandonó por diferencias con los productores. Parece ser que éstos querían hacer un film mucho más enfocado a los adolescentes. Una pena.
Martyrs no es el típico inocuo film de terror con un par de sustos y poco más al que estamos acostumbrados. Es mucho más retorcido y perverso. Avisados estáis.
1 comentario:
De acuerdo contigo. La primera parte inmensa, con esa mezcla de géneros como tú indicas. A mí me sorprendió mucho. La segunda parte también me sorprendió, aún quedaba más, aunque es cierto que es bastante desagradable. En cualquier caso es un film que no deja para nada indiferente.
Felices fiestas
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