El traspaso de personal creativo de Pixar a Disney está dando como resultado que algunas películas de Pixar parezcan de Disney (Brave) y viceversa. Tras la compra de Pixar en el 2006, Disney ha asumido a buena parte de su personal creativo y los resultados son más que satisfactorios.
Los típicos cuentos de hadas y princesas han sido finalmente sustituidos por los videojuegos. Disney parece dispuesta al fin a dejar de adaptar historias de los hermanos Grimm o clásicos populares y se adentra de lleno en el mundo de los videojuegos tan de moda en los últimos 30 años. Es innegable la influencia de los juegos de ordenador (en todas su variantes) en la cultura popular. De todo ello se hace eco este film. En ¡Rompe Raplh! veremos a un malvado que no quiere serlo y a una princesa que prefiere una monarquía parlamentaria (¡toma ya!). Una ruptura necesaria y urgente promovida por la sangre nueva proveniente de Pixar. Disney huye al fin de las forzadas canciones y de la ñoñería. Son nuevos tiempos. Es cierto que la moraleja del film no es nada nuevo (exaltación de la mistad y del esfuerzo, etc) pero sí es novedosa la forma de presentar el conjunto.
Por la película reconoceremos muchos de esos juegos a los que hemos jugado de críos (algunos aún lo hacen) y nos reiremos con los múltiples guiños a todo este mundo. Juegos como Street fighter o el Pacman (comecocos) harán las delicias de todos los que jugamos en los recreativos como en el que se desarrolla la película. Lo de las figuras en 8 bits no deja de ser un guiño para frikis treintañeros, pero funciona igualmente si no has vivido esa época.
La peli empieza ya con un villano de que no acepta su rol de malo de la historia. Tampoco los buenos lo son tanto, no estamos ante la típica película para niños. Es de agradecer que se hayan trabajado algo más los personajes. Un aspecto en el que hasta ahora Disney perdía la batalla por goleada frente a Pixar. Se nota la mano de John Lasseter (anterior capo de Pixar) como director ejecutivo en el proyecto. La dirección de Rich Moore (curtido en series de televisión como Los Simpson o Futurama) es más que correcta, sabe dar espectáculo visual sin olvidarse de los personajes. El ritmo no decae en ningún momento e incluso sorprende lo dramático de algún momento.
Los diversos juegos por los que Ralph irá saltando en su particular aventura son un buen muestrario de video juegos. Desde el arcaico juego en el actúa y vive Ralph hasta el empalagoso mundo de Sugar Rush pasando por el caótico Hero's duty. Por suerte, la trama se centra en el más edulcorado y no en el más violento. No faltan, por cierto, referencias a la cultura popular más allá de los videojuegos: los claros homenajes a Alien o Darth Vader son más que evidentes. No olvidemos que Disney ha comprado recientemente Lucasfilms por unos míseros 4.050 millones de dólares y tiene pleno derecho sobre todo lo que tenga que ver con Star Wars y sus personajes. También me resultó muy curioso que los guardianes de galletas Oreo canten la famosa canción de los guardianes de El mago de Oz (sé que es un detalle un poco rebuscado pero me hizo mucha gracia).
Con un apartado visual realmente asombroso y apabullante, un buen ritmo y una historia original, ¡Rompe Ralph! es todo un acierto de la factoría Disney. Por una vez Disney gana a Pixar aunque sea usando sus armas. Los niños la disfrutarán y los mayores también.
2 comentarios:
Es verdad que la historia es lo de siempre, pero la concepción la salva y la lleva muy lejos. Muy buena.
,uy divertida y disfrutable por todos los públicos. Sólo me disgustaron las canciones a todo volumen.
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