martes, 26 de noviembre de 2013

Turbo


 Dreamworks sigue intentando ganarle terreno a Pixar, ahora que Pixar está en clara decadencia puede que sea su mejor oportunidad. Sin embargo, con productos tan flojos como Turbo no creo que Dreamworks consiga su objetivo.

Turbo es un caracol de jardín que sueña con competir en carreras. Es una premisa absurda, lo sé, pero aún más si piensas que dicho caracol no desea competir en carreras de caracoles sino en carreras de coches, las 500 millas de Indianápolis nada menos. Turbo es una parodia de A todo gas (Fast and the furious, franquicia que ya es una parodia de sí misma) y lo traslada al mundo de la animación supuestamente infantil. Vamos, que viene a ser Cars pero con caracoles y sin la originalidad de aquélla. Y yo me pregunto: ¿ A quién le interesa volver a ver Cars?

Lamentablemente, a pesar de tener un notable apartado técnico, Turbo no acaba de ser el entretenimiento que pretende. Lo de los caracoles tuneados haciendo carreras me pareció bastante poco inspirado. Tampoco el accidente y la transformación que sufre el protagonista me resultaron mínimamente interesantes (ni creíbles, pero eso ya era excesivo para un film infantil). Lo peor es que los secundarios están bastante estereotipados, la supuestamente simpática pareja de hermanos latinos que regentan un restaurante de tacos me provocaron una reacción alérgica de la cual todavía me estoy recuperando. No se puede ser más tópico ni caer más bajo en una impostada corrección política.

A mí que el guión fuera tan previsible me resultó cargante, la misma historia que ya todos nos sabemos de memoria. Además, los secundarios no me hicieron ninguna gracia a pesar de que intenta establecer un paralelismo entre la personalidad de los hermanos. Igual no me pilló inspirado o venía de ver la estupenda Gru 2. Pero, teniendo en cuenta que mis dos hijos se durmieron viendo la película (a pesar del ruido de las carreras), he de suponer que no es sólo cosa mía. Turbo no engancha con los más peques de la casa y es demasiado obvia para los adultos. Puede que su público sean los chavales entre 5 y 12 años, fuera de ese rango de edades veo difícil que apasione a nadie.

  Lamentablemente, los personajes (caracoles y humanos) aportan nada novedoso a este ruidoso y fallido film. Leñe, que se gastan millones de dólares en efectos y no se gastan un centavo en el la historia.  Lo de el típico protagonista patoso que busca el reconocimiento de los demás me parece ya bastante trillado. Casi tanto como ese ñoño mensaje de "Sigue tus sueños y no hay nada imposible" aquí mutado en "Ningún sueño es demasiado grande ni ningún soñador es demasiado pequeño" (o algo así).

La dirección de David Soren (que debuta tras un par de cortos de la franquicia Madagascar) es bastante rutinaria, sabe dar ritmo a las carreras, lástima que todos sepamos cómo van a acabar. Soren no arriesga y va sobre seguro, así es imposible ganar.

Lo dicho, Turbo es un film que no está a la altura, sólo recomendable para los aficionados a las carreras que no sean muy exigentes.



4,5




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