No es la primera vez que Pink Floyd se asoma a este blog, ni será la última. Tampoco es la primera vez que recupero un tema incluido en el film Live at Pompeii de 1972.
En vez de rodar un concierto con público, Pink Floyd decidieron rodar un concierto con las gradas vacías. El lugar elegido fue el anfiteatro en ruinas de la ciudad de Pompeya. El hecho de la ausencia de público le confiere al concierto una atmósfera especial que en temas como Echoes le sienta realmente muy bien.
El rodaje bajo la dirección de Adrian Maben fue un auténtico infierno. Montar un concierto en una ciudad en ruinas abandonada hace 2000 años no fue fácil. A la complejidad de llevar todo el equipo hasta la ciudad destruida por el Vesubio hubo que añadir que no había suficiente potencia eléctrica por lo que la grabación se alargó debido a los continuos fallos de corriente. Para más inri parte de las tomas se perdieron y hubo que volver a rodar escenas en París. La falta de tomas enteras explica por qué en algunas canciones sólo aparece tocando un miembro del grupo como en One of these days en la que sólo se salvó la grabación del batería Mick Mason, mientras las grabaciones del resto del grupo se perdieron.
Al montaje final Maben añadió planos del grupo caminando por las ruinas, barro, lava y multitud de mosaicos de Pompeya y el museo de Nápoles para dar cohesión al conjunto. Todo ello unido a la singularidad de las canciones de Pink Floyd configuraron una de las películas/conciertos más peculiares de la historia del rock.
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