Parece que los de Pixar han
aprendido del desastre que supuso Cars 2. Lo de dar el protagonisto a un
secundario graciocillo salió francamente mal y la segunda película de esta saga
me pareció de lo más flojo de Pixar. Ahora han retomado el rumbo y esta tercera
entrega mejora sensiblemente. Vuelven las carreras vertiginosas y la velocidad
sin olvidar la evolución de los personajes. Rayo McQueen recupera el
protagonismo y sufre un inesperado revés: no siempre se puede ser el más
rápido. El tiempo pasa para todos y nadie se mantiene eternamente en la cima.
Surgen nuevos avances y nuevos corredores, Rayo pasa sin darse cuanta a ser un
veterano. Ahí radica lo más destacable de Cars 3, Rayo debe aceptar el paso del
tiempo. Si en la primera recibía un baño de humildad, en esta tercera debe aceptar
el paso del tiempo y ha vivir con la frustración. Esta Cars 3 viene a ser,
salvando las distancias, lo que El imperio contraataca supuso
a la franquicia de star Wars. Es la entrega en la que las tramas se hacen más
adultas. Esta vez se trata de aceptar el paso del tiempo y dejar hueco a
las nuevas generaciones. Hay que reconocer que los de Pixar han
sido muy valientes al tratar estos temas en una película de animación infantil.
A pesar de lo poco frecuente de la trama, el film tiene los suficientes toques
de humor como para que los más peques no se aburran. Pixar nuevamente consigue
aunar sentimientos y entretenimiento como solamente ellos son capaces. Sin
embargo, esta Cars 3 queda lejos de las cotas de excelencia de las
maravillosas Toy Story 3 o Del revés. En la dirección está el debutante Brian Fee, no lo hace mal pero tampoco sorprende o
innova lo más mínimo.
Esta Cars
3 es un buen film más maduro de lo esperado pero que no llega a emocionar ni
divertir lo que debiera.
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Me pareció mucho más interesante
el corto Lou, aquí sí que Pixar demuestra de lo que es capaz en
solamente 6 minutos. Otro corto memorable de Pixar.
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