Para triunfar hay que asumir riesgos y parece innegable que Javier
Fesser es un adicto al riesgo. Su peculiar forma de entender el cine aunando diversión y sentimientos es una arriesgada fórmula que hasta ahora se ha
mostrado infalible.
Ahí han quedado joyas como El milagro de P.Tinto, Camino o sus películas sobre Mortadelo y Filemón. Considero recomendable toda su filmografía (incluidos todos sus cortos) aunque Campeones sea probablemente obra más redonda hasta la fecha. Al menos, es su propuesta más equilibrada. Huyendo de sentimentalismos baratos y paternalismos varios, Javier Fesser y David Marqués han escrito una divertida historia aparentemente sencilla que contiene momentos igualmente intensos y emotivos. Reconozco que me reí mucho con Campeones y también me tocó la fibra. No es fácil ese equilibrio entre la comedia y la ternura pero Fesser lo logra varias veces.
Ahí han quedado joyas como El milagro de P.Tinto, Camino o sus películas sobre Mortadelo y Filemón. Considero recomendable toda su filmografía (incluidos todos sus cortos) aunque Campeones sea probablemente obra más redonda hasta la fecha. Al menos, es su propuesta más equilibrada. Huyendo de sentimentalismos baratos y paternalismos varios, Javier Fesser y David Marqués han escrito una divertida historia aparentemente sencilla que contiene momentos igualmente intensos y emotivos. Reconozco que me reí mucho con Campeones y también me tocó la fibra. No es fácil ese equilibrio entre la comedia y la ternura pero Fesser lo logra varias veces.
Estamos
ante una historia no demasiado original, el típico entrenador que debe hacerse
cargo de un equipo de perdedores. Ya sabes, podríamos pensar que estamos ante
el típico film de superación personal a través del deporte y blah blah blah.
Tampoco debo negar que me acordé de la maravillosa Alguien voló sobre el nido del cuco. Y algo hay de
todo ello en Campeones pero Fesser consigue algo completamente distinto, con
personalidad propia. Más allá de los conseguidos gags y el correcto apartado
técnico, el film logra algo muy difícil: provocar la risa sin reírse de
nadie. Se dice que la risa coloca moralmente al espectador por
encima de alguien. En todo chiste o comedia suele haber un tonto que sea objeto
de la burla del espectador. Tanto el escritor como el público se creen superiores
a dicho objeto de la burla. Pero Fesser consigue hacer comedia sin tomar por
tonto a nadie. Las personas con discapacidades
intelectuales son tratadas con enorme respeto y dignidad, rompiendo tabúes a
favor de estas personas tan olvidadas por la sociedad. Campeones
va más allá de los estereotipos y viene a demostrar cuan equivocados podemos
estar las personas supuestamente normales. Es más, son
las personas normales las que se han
convertido aquí en el objeto de la burla. Como bien se dice en la película, los discapacitados pueden ser lentos pero no son
tontos. De hecho, los únicos personajes negativos son los
que llamaríamos personas normales, sirva de ejemplo el amigo de los
protagonistas o el compañero de trabajo. Debo
admitir que me lo pasé genial durante toda la película, si he destacar alguna
escena, me quedo con las escenas de la ducha y la del ascensor. Simplemente
geniales.
¿Y el reparto? Una vez más tenemos a
un Javier Gutierrez en racha y con un personaje
que parece escrito a su medida. Aunque los actores con discapacidades
intelectuales le roban descaradamente la función. Personajes así de humanos es
muy difícil que los veamos en mucho tiempo. Bravo por Fesser y bravo por estos actores por atreverse a
embarcarse en un proyecto tan arriesgado y tan bonito.
Como única nota negativa debo citar el
abusivo uso de la música, creo que en algunos momentos sobra. Me molestó un
poco ese énfasis musical para inducir determinados sentimientos en el
espectador. Ojo, no digo que la música de Rafael
Arnau no me gustara, todo lo contrario, sino que creo que
muchas escenas hubieran tenido el mismo efecto en el espectador sin el refuerzo
de la música. Tal es la fuerza de la historia y la cercanía de sus intérpretes.
También me gustó la canción de Coque Malla.
Lo dicho, un
film muy recomendable y necesario. Además, le quitó el primer puesto de la
taquilla española al pesado de Spielberg con su última tontería sobre dinosaurios repleta de vacíos efectos digitales, una gesta que no se logra todos los días.
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