sábado, 30 de septiembre de 2017

It


 It es ya todo un fenómeno no solamente del cine de terror sino también social. Esta nueva versión de It se ha convertido ya en la película de terror más taquillera de la historia. Solamente es superada por El exorcista si tenemos en cuenta la inflación desde 1973, pero es muy posible que en breve la acabe superando. Obviamente, It no le llega a El exorcista ni a la suela de los zapatos, estoy dispuesto a batirme en duelo con quien afirme lo contrario, pero no es un film exento de méritos.


 Soy fan del cine de terror, me encanta pasarlo mal y que me asusten, cosa que cada vez es más difícil. El terror es un género que no pasa por su mejor momento desde hace décadas. De vez en cuando sale alguna película que rompe esquemas (El sexto sentido o Seven) o lleva los límites un poco más allá hacia el gore o la mala leche (Saw). Pero, en general, es un género bastante anclado en el reciclaje a base de sustos fáciles y efectos de sonido. Como consecuencia de la falta de de imaginación e ideas propia del cine actual, tenemos esa estúpida fiebre por los remakes. Si faltan ideas, lo mejor parece ser ir sobre seguro con nuevas adaptaciones de ficciones que ya funcionaron en el pasado. En este caso, It adapta nuevamente la novela de Stephen King. Reconozco que la novela se me atragantó en su día y aquella primera versión para televisión no me entusiasmó, sus 190 minutos me parecieron excesivos.
Por suerte, esta nueva versión se centra en la primera parte de la novela, la de la infancia/adolescencia. Los adolescentes y el terror son una combinación perfecta que sigue dando resultados. Lo más estimulante de esta nueva versión es esa pandilla de chavales que emparenta directamente con films de los 8o como E.T.,  Los Goonies o Cuenta conmigo (también basada en un relato de Stephen King). Ese revival no exento de nostalgia del cine de los 80 ya fue todo un éxito en Stranger things, con el que comparte incluso al actor Finn Wolfhard. Por cierto, Wolfhard se lleva quizás las mejores líneas de diálogo pero todo el grupo de perdedores está muy bien representado, cada uno con sus propios miedos y miserias. Tenemos a una pandilla de perdedores en la que no falta de nada: un traumatizado, un judío hipocondríaco, un gordo, un negro, una chica y un gafotas. Auténticos perdedores convertidos en carnaza para los abusones. En los ochenta todavía no se le había puesto nombre al bulling pero siempre existió. Quizás haya demasiado estereotipo en la pandilla pero la cosa funciona gracias a unos diálogos fluidos. Todos los actores cumplen y resultan creíbles. Personalmente, lo confieso, me quedé prendado de Sophia Lillis. Las relaciones que se establecen entre la pandilla protagonista creo que es lo que más disfruté del film. Lo olvidemos que yo soy coetáneo de los protagonistas. Sí amigos, crecí en los 80. Toda la ambientación en los años 80 me pareció muy lograda. Todo nos transporta al verano de 1989, desde el vestuario o los peinados pasando por carteles de cine anunciando Arma Letal 2 o Batman hasta llegar a una banda sonora con canciones de The Cult, New kids on the block, Anthrax, Anvil o The Cure. Es innegable, aceptémoslo, los 80 están de moda.

La pareja de hermanos argentinos Muschietti, Andrés a la dirección y Bárbara a la producción fueron los responsables de la fallida Mamá. Con It aciertan a la hora de conjugar cine de aventuras infantil/adolescente y cine de terror. El film funciona, divierte y aterra a partes iguales a pesar de sus más de dos horas de metraje. Incluso es un acierto el incremento de apariciones del payaso Pennywise respecto a la primera versión. El Pennywise de Bill Skarsgård consigue que nos olvidemos del encarnado por Tim Curry, este resulta mucho más aterrador con su voz aniñada y sus movimientos. También los efectos especiales y de sonido ayudan lo suyo. Obviamente, no estamos ante una obra maestra del género, ni It aporta nada nuevo que no hayamos visto ya. Pero al menos es capaz de presentar un producto de entretenimiento digno que equilibra la parte de los adolescentes con el terror, algo que la primera versión no consiguió. Además, algo me dice que este Pennywise va a calar mucho más hondo en el imaginario colectivo. Seguro que va a ser el disfraz más solicitado para el Halloween de los próximos años.




Yo pasé un buen rato con It, me entretuve de lo lindo con las aventuras de este grupo de jóvenes. Habrá que ver si con el segundo capítulo la cosa sigue manteniendo el interés 27 años después.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Buena película, quizás la oportunidad perdida para conseguir un clásico del genero para este siglo. Excesiva concatenación de sustos a base de subida de volumen pero... buena película.
Buen artículo!

Corazon Piedra (Hearth Stone) dijo...

Buenos días
Me siento identificado y estoy feliz con este artículo
Tu posteo me sirve mucho y te expreso mi gratitud
Tengo expectativas sigas publicando
y sigas dando soporte
Nos vemos

JuanRa Diablo dijo...

Muy de acuerdo en todo lo expuesto. Y es verdad, sin dejar de ser resaltable en muchos aspectos, no se acerca ni de lejos a la inquietante atmósfera de El exorcista.

Un saludo

Anónimo dijo...

me llevé una decepción, una película visual y narrativamente incoherente, con dos historias que no saben como confluir, la nostálgica de las peliculas de grupos de amigos de los 80 y la de terror mainstream actual, incluso con algunos filtros visuales en ciertas escenas que te sacaban de la película, no he leído el libro, pero si otros de King, y lo que me gusta, aparte de su retrato de la sociedad, es cómo consigue hacer de lo sobrenatural, del terror, algo cotidiano, que te sorprende, no por que choque con la realidad que está contando sino porque forma una amalgama con esa realidad, y en la nueva, cada momento de terror ni daba miedo ni daba la sensación de fundirse con el conjunto.
Y la estética del payaso, pues para una ópera macabra genial, pero para terror que homenajea a los 80, no me cuadra. O quizás es que estoy desfasado en esto del terror moderno, no lo sé y quizás querían hacer ver que es más antiguo de lo que parece, aún así, hay algo que no terminó de convencerme.
No todo es malo, tiene muy buenos momentos y escenas, pero son fogonazos que no logran armar un conjunto satisfactorio, al menos para mí.