lunes, 19 de octubre de 2009

Si la cosa funciona (Whatever Works)

Venga, cerramos el mini ciclo dedicado a los últimos films de Woody Allen hablando de obra más reciente: Si la cosa funciona (Whatever Works).


Yo echaba de menos al Woody Allen de siempre. Su periplo europeo ha sido un paréntesis de pesimismo dentro de su filmografía y nos ha dado alguna maravilla (Match point), algún film interesante (El sueño de Casandra) y alguna cosa casi para olvidar (Vicky Cristina Barcelona).



Pero todos sabemos que el mejor Allen es el que nos habla de sí mismo, sus obsesiones y su ciudad. Su cine funciona como un reloj suizo cuando el protagonista es su típico personaje egocéntrico, hipocondríaco y misántropo. Así es el retrato de sí mismo que Allen nos ofrece, poco importa que no lo interprete él mismo (sino un Larry David que parece un imitador de Allen, se viste como él e incluso tartamudea a veces como él). Se nota desde la primera frase que el guión es de Allen y las constantes de su cine están presentes desde el primer minuto: la música de jazz, los títulos de crédito con letras blancas sobre fondo negro, la ciudad de Nueva York, relaciones de pareja, sarcasmo, etc.
Puede que esta vez el protagonista no sea escritor ni judío pero sigue siendo tan locuaz y pesimista como en los mejores guiones de Allen. Además sigue siendo irresistible para la jovencita del film (aquí una sorprendente Evan Rachel Wood, El luchador) y siguen sin poder evitar hacer de pigmalión con ella. Nada nuevo.
Esta vez Allen parece volver su airada mirada hacia los neoconservadores norteamericanos, contra ellos carga sus tintas especialmente, el tipo parece ya estar tan de vuelta de todo que no teme crítica alguna ni tiene miedo a crearse más enemigos dentro de su país. El demoledor retrato de los conservadores y fundamentalistas religiosos, vistos aquí como reprimidos, parece ser el objetivo último de esta comedia. Por que esta peli es una comedia, una buena comedia, una más, de Woody Allen. Una comedia inteligente, con grandes diálogos, buenas interpretaciones y con un gran ritmo que nos devuelve al mejor Allen (y también al más típico).
Quizás la única novedad sea una evolución hacia el mensaje algo más optimista que en sus anteriores trabajos y Allen nos ofrezca un mensaje más positivo respecto a cómo encarar la vida. Pero si nunca te ha gustado Woddy Allen, este film no te hará cambiar de opinión.

Aún así está muy por encima de la media, por mucho que Allen siga metiendo chistes sobre el holocausto o siga tiñendo las relaciones de pareja de un pesimismo incorregible.

Si la cosa funciona, es la enésima confirmación de un estilo. Otra buena comedia de un tipo que sabe que es único y que nadie le pide que cambie su forma de escribir o dirigir. No le hace falta.

7

2 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Con tu crítica has hecho que me den ganas de verla. tras algunas decepciones no me apetecía nada.
Saludos

Angel "Verbal" Kint dijo...

Una película muy entretenida sin duda...con diálogos brillantes y con una filosofía de vida interesante.
Una gozada disfrutar de esos diálogos de Allen que tan bien sabe escribir