Dentro de una pequeña villa protestante alemana a principios del siglo XX se suceden unos extraños acontecimientos cuya transcendencia será mucho mayor de lo que se podría imaginar.
Ya he dicho alguna vez que Michael Haneke (Funny games, Cache) no me gusta, me parece un tipo pretencioso y aburrido como pocos. Es cierto que tiene siempre unas ganas locas por provocar y tocar la fibra del espectador, pero a mí suele aburrirme soberanamente. Eso mismo me ha pasado con La cinta blanca, he necesitado mucha fuerza de voluntad para verla entera sin dormirme, así que avisados estáis.
Pero…una vez vista La cinta blanca no paro de darle vueltas a lo que he visto, buena señal. Si Haneke intenta hacernos reflexionar sobre lo que hemos visto, el tipo lo ha logrado. Apoyado por una estupenda fotografía en blanco y negro Haneke ha realizado una meticulosa disección de la sociedad alemana de principios del siglo XX. Enclaustrados por una estricta moral y unas rígidas costumbres viven unos personajes aparentemente normales. Bajo una aparente tranquilidad corre un creciente río de odio.
Al igual que los hermanos Coen con Un tipo serio, Haneke parece que no nos cuenta nada en su película, ocurren cosas pero es el espectador quien debe unir todas las piezas del puzzle que el director ha ido diseminando. Dentro de una anodina cotidianeidad van pasando cosas que no captan especialmente la atención del espectador (no hay invasiones marcianas ni robots gigantes, ni grandes misterios, ni siquiera hay efectos especiales en 3D) pero que van dejando un poso perverso en el ambiente.
Haneke (como siempre) no da respuestas ni propone soluciones a los problemas que plantea, sólo los expone de forma más o menos sutil. Tampoco presenta a los personajes de forma atractiva, todos son mezquinos, cobardes o crueles. No hay héroes ni empatía posible con ninguno de ellos. Es por ello que su cine es tan perturbador y no suele agradar, no hay una moraleja clara ni el bien triunfa artificiosamente sobre el mal. El hombre es su peor enemigo. La función del cine de Haneke no es divertir ni entretener sino lanzarnos las miserias de la sociedad a la cara.
Ni que decir tiene que todo el reparto está impresionante, con esos padres brutales y esos niños que consiguen inquietarte desde el principio. Haneke es experto en retratar a personajes repulsivos. En cuanto a escenas, hay muchas muy bien rodadas y fotografiadas, pero yo destaco la dura escena entre el doctor y el ama de llaves, de las más terribles que he visto en años. Un diálogo atroz que sólo Haneke se atrevería a rodar. También me dejó impresionado el plano final en el que todo el pueblo se reúne en la iglesia mientras el espectador les observa, juzgándolos desde el púlpito justo antes de un fundido en negro desolador.
7,5
3 comentarios:
Pues qué le voy yo a contar a usted de Haneke que no sepa ya de mi.
Para mi este film es un 10/10 y junto a La pianista, lo mejor del director.
En cuanto a "aburrir", a mi tan sólo ha llegado a hacerlo en momentos determinados en films como El castillo o El tiemp del lobo. aquí, como bien dices, el ritmo es pausado pero maravilloso.
Un saludo
Durísima cinta sin duda...y como tu bien dices, a haneke no le interesa dar respuestas sino sembrarnos dudas y hacernos pensar...algo que no está mal no?
No puedo estar mas deacuerdo.
Haneke es genial!!!
Salu2
Publicar un comentario