martes, 15 de junio de 2010

EXCALIBUR (1981)


El mito artúrico y la búsqueda del Santo Grial han dado bastantes adaptaciones cinematográficas, unas más acertadas que otras. Mi favorita es este film de John Boorman (La selva esmeralda, Deliverance). Su principal ventaja sobre otras adaptaciones es que se basa directamente del relato épico de Sir Thomas Malory Le Morte Darthur, no intentando ser fiel a la realidad sino a la leyenda.


Vi esta peli de pequeño y dejó alucinado. No era la típica peli sobre la edad media rodada en los años 50, limpia y aseada, era una película llena de barro, suciedad y sangre.
Los actores sudaban y resoplaban dentro de sus pesadas armaduras, eran torpes debido al peso de las mismas y bajar de un caballo era una ardua tarea. Por otro lado, los héroes no eran héroes puros, eran mortales que sienten y padecen como cualquiera, dudan y se equivocan. Sólo el personaje de Merlín parece saber en casi todo momento qué debe hacerse, convirtiéndose más en un consejero o un manipulador que en un simple mago.

La película pivota sobre la idea de que los más nobles sueños pueden convertirse en una terrible pesadilla. Los hombres (incluidos los reyes) no son perfectos y se equivocan continuamente, originando odios y conflictos por doquier. Los personajes se guían por la avaricia, el odio y la envidia. El odio entre hermanos o padres e hijos llegará a cotas propias de las tragedias griegas o de los dramas de Shakespeare. Incluso el noble propósito de encontrar el Santo Grial se tornará una trágica epopeya. Por supuesto, veremos a la reina Ginebra, Lancelot y a la pérfida Morgana, personajes de sobra conocidos pero nunca retratados de una forma tan humana. Por su parte Arturo es inicialmente un joven atolondrado que acabará seducido por el poder y devorado por sus propios sueños de grandeza.

Visualmente el film es impresionante, combinando mundanidad y magia de forma magistral. Toda la fotografía del film tiene un halo mágico, sobrenatural. Las armaduras reflejan una luz verde totalmente artificial que contribuye a darle un aire irreal a las escenas.
Igualmente la música de Trevor Jones deja espacio a obras de música clásica de Wagner o el famoso Carmina Burana de Carl Orff, resaltando el sentido místico de las escenas.


Las oníricas escenas de la espada Excalibur emergiendo de las aguas son de una belleza inusitada. De hecho, dicha espada parece ser el hilo conductor de toda la película, siendo quizás ella la verdadera protagonista del film, el objeto de deseo y la verdadera llave al trono.

Aparte de las apariciones de la espada, hay otros muchos momentos fascinantes: el inicio del film, los cerezos en flor, la fratricida lucha final, etc. A destacar la aparición actores que años más tarde se convirtieron en estrellas como Liam Neeson, Helen Mirren, Patrick Stewart o Gabriel Byrne.

John Boorman hace todo un repaso a un mito inmortal y una película inolvidable.

3 comentarios:

CINEXIM dijo...

Sin duda la mejor adaptación cinematográfica del ciclo artúrico y posiblemente la mejor obra de John Boorman. El personaje de Merlin es impagable.

Saludos!!!

Anónimo dijo...

gran peli, de las que ya no se hacen

Möbius el Crononauta dijo...

Obra maestra artúrica