El amor es una fuerza imparable que arrastra con todo lo que encuentra a su paso. Nada puede interponerse en su camino. Así se podría resumir Profundo Carmesí.
Arturo Ripstein es uno de mis directores favoritos, a veces sus films son tan desaforados que parecen irreales casi cayendo en eso que se llama el realismo mágico. Básicamente, hay situaciones tan extremas que sólo se nos antojan creíbles gracias a la naturalidad con la que son percibidas por los personajes y los actores que los interpretan.
Profundo carmesí es una historia de amor, un amor loco e irrefrenable, psicópata, pero amor al fin y al cabo. Un amor entre dos personas muy necesitadas de cariño, dos personas heridas que encuentran en el otro su media naranja. Dos personas egoístas y crueles, pero necesitadas de amor. No importa los engaños, mentiras y crímenes que deban llevar a cabo, su destino es acabar juntos. Y así será. Lo más perturbador de esta historia es que hasta un timador puede acabar creyéndose su propia mentira, arrastrar en ella a su prometida y llevar la locura hasta sus últimas consecuencias.
¿De qué va Profundo Carmesí? México, 1949, cuando el español Nicolás Estrella, un timador de poca monta, descubre que Coral Fabre, una de las mujeres a las que ha estafado, ha abandonado a sus hijos para escaparse con él, comprende que un amor tan grande no puede ser falso. De un engaño ha nacido un amor puro. Para realizar un sacrificio así hay que amar sobremanera. De este modo, Nicolás comprende que su vida pasada ha sido vacía e inútil, él ha sido incapaz de sacrificarse por nadie. Él nunca ha amado de verdad, sólo se ha aprovechado de las mujeres. Pero Coral lo ha dejado todo por él y debe estar a la altura, debe corresponderle. Así se inicia este trágico romance que Arturo Ripstein convirtió en esta perturbadora película.
Un film excesivo y extremo pero, lo que le hace aún más grotesco es que está basado en la historia real de la pareja de asesinos formada por Raymond Fernandez y Martha Beck, conocidos como "Los asesinos de los corazones solitarios" quienes ya habían inspirado el film The honeymoon killers de 1970. Ripstein trasladó la acción de Estado Unidos a México y le dio su toque personal, logrando un film obsesivo y tortuoso.
Hay que destacar que los actores están perfectos y creíbles incluso cuando sus personajes tienden al exceso y a la locura. Daniel Giménez Cacho (Celos, La mala educación, La zona) y Regina Orozco componen una pareja inolvidable. Sus miradas y sus gestos son excelentes. Por su parte, Marisa Paredes también borda su papel.
Recomendable para amantes de las historias truculentas pero bien contadas.
7,5
6 comentarios:
Vaya ya ni me acordaba de la existencia de esta película.
Un día tengo que darle una oportunidad. No sé cuando será, pero intentaré intentarlo.
saludos
vale la pena
Provoca volver a verla, hace muchos años la vi y me impacto.
Muy buenooo!!!!!!!
Creo que cometiste un pequeño error, la pareja de Daniel Jiménez Cacho es Regina Orozco no Patricia Reyes Espindola.
uppps, tienes toda la razón, lamento el gazapo y lo corriJo inmediatamente, GRACIAS.
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