martes, 15 de enero de 2013

La noche más oscura (Zero dark thirty)


 Kathryn Bigelow vuelve a las revueltas arenas del desierto de Oriente Medio para contarnos cómo fue la investigación previa que culminó con la captura de Osama Bin Laden, el hombre más buscado de la historia

 Parece que Kathryn Bigelow le ha pillado el gusto a contar historias sobre la guerra contra el terrorismo. Puede que la reconstrucción de los hechos sea muy fidedigna, tanto que hasta la CIA está investigando quién les ha pasado tanta información (o eso dicen) y puede que el estilo neutro de la Bigelow sea el más adecuado para este tipo de historias, pero a mí me dejó frío. No puedo decir que esté mal rodado o que no tenga escenas de planificación y ejecución ejemplares, pero el film, en su conjunto, no me dijo nada. Siento ir en contra de la crítica generalizada que ha puesto por las nubes a esta película (probablemente hayan sido torturados previamente por la CIA), pero no comparto esa opinión.


Y mira que la película empieza bien. El escalofriante inicio con la pantalla en negro y los gritos de las víctimas del ataque a las torres gemelas no puede ser más sobrecogedor. Buen inicio, sí señor. Pero los siguientes 30 minutos de interrogatorios y torturas no me atraparon. A partir de ahí el film va remontando pero ya era demasiado tarde para mí. Su mayor problema es que se alarga hasta casi las tres horas ¿Es que no hay manera hoy en día de contar una historia sin irse más allá de las dos horas y media?. Bigelow siempre me ha parecido una directora muy justita, por no decir mediocre. De su filmografía sólo salvo En tierra hostil, quizás fue suerte. Ahora sigue la línea de su anterior film, pero esta vez no hay un protagonista que nos ponga de los nervios arriesgando tontamente su vida ni un mortal villano sin cara. El escenario es casi el mismo pero el resultado del juego es muy distinto. Ya comenté al hablar de En tierra hostil que su excesiva duración era su mayor problema, Bigelow repite el mismo error en Zero dark thirty. Parece que le cuesta centrarse en lo fundamental dando al film un ritmo irregular que no llega a atrapar nunca.


  Tampoco conecté con la inexpresiva Jessica Chastain, su personaje no transmite nada durante casi todo el metraje, sólo al final deja entrever algo de su frustración e ira (muy bueno lo de los números en el cristal o las broncas con el jefe). Es un personaje muy interesante, una joven agente que se ha dedicado en cuerpo y alma durante toda su carrera profesional a la caza de Bin Laden. Sin amigos ni vida personal, en ella parece recaer todo el peso de la obsesión de todo un país por encontrar a su mayor y más mortal enemigo. Sin embargo, a Bigelow no parece interesarle profundizar en los personajes, sólo le interesa contar la captura de Bin Laden. Para esto yo prefiero un documental, una película debe ser otra cosa.

 Bigelow sólo expone los hechos, sin patriotismo ni sensacionalismos baratos, es cierto, pero sin alma ni pasión. Tampoco parece que Bigelow quiera hacer leña del árbol caído ni quiera centrarse en los aspectos más tenebrosos de la lucha contra el terrorismo. Muestra torturas y cárceles secretas, cita el pago de millones de dólares a confidentes que resultar ser terroristas y otras cosas que en manos de otro director (estoy pensando en Oliver Stone) serían más que suficientes para hacer un gran film de denuncia. Sí, Estados Unidos se ha convertido (ya lo era) en un monstruo para derrotar a otro. Su obsesiva búsqueda de Bin Laden le ha llevado a ser una máquina de mentir, confundir y torturar (todo ello fuera de su territorio, of course). Pero Bigelow sólo lo muestra de pasada, sin cuestionarlo. Por ejemplo, se da por hecho que se puede violar el espacio aéreo de un país soberano, nadie lo cuestiona en el film. Igualmente se da por hecho que la tortura es necesaria. El fin justifica los medios, o eso es lo que parece decir Bigelow. Espinosa cuestión no exenta de matices.


 No había manera de contar esta historia fielmente sin mostrar los trapos sucios y Bigelow los muestra, pero la escena inicial ya condiciona al espectador y le hace justificar todo lo que venga después. No veo propaganda ni patrioterismo en este film, la verdad, tampoco veo crítica alguna. Sólo veo unos hechos mostrados sin pasión ninguna.

 No es una mala película, pero a mí me dejó frío.

P.d.: ¿A quién demonios se le ha ocurrido traducir el título de esta película como La noche más oscura?

3 comentarios:

Unknown dijo...

Sí, yo también me preguntó a quién se le ocurrió ponerle a la película el título ''La Noche Más Oscura''; pero bueno, peores cosas se han visto.
Saludos

manipulador de alimentos dijo...

'La noche más oscura' me ha dejado desconcertado. La peli se ve bien pero tras todo lo escuchado resulta decepcionante, dubitativa, irreal? Bigelow nos pretende convencer de un acontecimiento, basado en una gran mentira, de primera con una historia de tercer orden. Van a intentar borrar 'la gran mentira americana', con una mera demostración de fe sobre una cuestión de suerte, de meras estadísticas? Un saludo!

Félix S. Trabanco dijo...

Un auténtico coñazo realizado sin el más mínimo interés.