viernes, 13 de diciembre de 2013

El Hobbit: La desolación de Smaug (The Hobbit: The Desolation of Smaug )


 Bilbo Bolsón (Baggins en el inglés original) sigue su aventura acompañado del mago Gandalf y los trece enanos. En su camino hacia la montaña solitaria donde el dragón Smaug custodia el tesoro de los enanos se enfrentarán a nuevos peligros.

 En su quinta aproximación al universo Tolkien, Peter Jackson sigue siendo respetuoso y fiel al espíritu de Tolkien aunque esta vez se saque de la manga personajes y tramas que no estaban presentes en el libro original. No olvidemos que El Hobbit es un libro de 300 páginas enfocado al público infantil. Jackson ha decidido darle un tono más adulto al trasladarlo al cine con esta trilogía, no ahorra planos de desagradables orcos ni decapitaciones. Jackson se atreve también a introducir personajes que no aparecen en este libro (Legolas, Ragadast) e incluso inventa algún personaje totalmente nuevo (la elfa Tauriel interpretada por Evangeline Lilly). Jackson deja ver su mano de creador más allá de la de noble artesano (de probada solvencia), innova sobre el texto que adapta en busca de referencias y lugares comunes ya mostrados en la primera trilogía. He ahí su error. Este film no aporta nada nuevo al imaginario visual de esta saga y los planos aéreos a los que tan aficionado es el señor Jackson ya no nos impresionan como en La comunicad del anillo. Tampoco las arañas gigantes nos sorprenden como antaño. No es culpa de nadie ni hay que considerarlo como un fallo del film, simplemente ya no nos sorprenden,


  No sé si Tolkien se retorcerá en su tumba o le parecerían bien las licencias tomadas por Jackson. Pero a mí como espectador, me pareció que ciertos personajes están metidos con calzador sólo para rellenar metraje. La historia entre Tauriel y el enano es un relleno que sólo sirve para alargar innecesariamente el film, no digamos nada si hablamos del triángulo amoroso con Legolas. Lo mismo se puede decir de la cháchara estéril que parece haber contagiado por momentos a los personajes en esta entrega. En especial, Smaug me pareció excesivamente parlanchín. Es el personaje que todos teníamos ganas de ver y la verdad es que no defrauda pero el hecho de que un dragón hable me sigue pareciendo ridículo (por mucho que se trate de cine de fantasía) y su diálogo con Bilbo me pareció algo excesivo. Tampoco el prólogo (ojito al cameo que hay justo al inicio) aporta nada de interés ni tiene la espectacularidad a la que estamos acostumbrados.


 Lamentablemente, el film se resiente de todos estos intentos de alargar su duración hasta más allá de las dos horas y media provocando unos peligrosos altibajos de ritmo. No es que se haga aburrido pero no todos los pasajes tienen el mismo interés y alguno se podría haber omitido fácilmente. Al igual que en Un viaje inesperado, la trama no daba para más pero aquí se nota más la falta de coherencia del film.  En esta segunda entrega sí se hace evidente que Jackson he estirado demasiado una trama que no daba para tres películas. Además, en su afán de alargar la trama nos han dejado muy pocas sorpresas para la tercera entrega.

 A pesar de todo, La desolación de Smaug es un estupendo film de aventuras para escapar de la realidad y de la maldita crisis. Todo ello aderezado con el buen hacer técnico del amigo Peter Jackson y unos actores cada vez más entregados. Tanto Ian McKellen como Martin Freeman están excelentes como la pareja protagonista de esta aventura. No hay que olvidar que por fin vemos y oímos en todo su esplendor al dragón Smaug, el otro protagonista de esta segunda trilogía. Alucinante todo lo referente al avaricioso dragón (excepto su afición por la plática).



 No podemos negar que Peter Jackson ofrece nuevamente un espectáculo de altura (geniales la escena de los barriles por el río y toda la última media hora). Todo un prodigio de la técnica (espectacular 3D y los insectos voladores) puesta al servicio de la historia. Por suerte, nunca comete el gran error de tratar en ningún momento al espectador de idiota. No parece gran cosa pero, con los tiempos que corren, es casi un lujo ver un film de aventuras en el que no sientas que tu inteligencia está siendo insultada.

 Resumiendo, la épica y la magia siguen presentes en La desolación de Smaug aunque el conjunto se resienta de los elementos añadidos. Es la mas floja de todas las películas sobre la Tierra Media, pero sigue siendo un entretenimiento más que recomendable.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón, la tierra media ya nunca nos impresionará igual que la primera vez, pero sigue siendo un divertimento muy superior a la media.

Anónimo dijo...

yo me divertí como un enano, los añadidos de Jackson no me resultaron postizos, creo que encajan a la perfección en la trama (un poco inflada, eso sí).