martes, 15 de abril de 2014

Ocho apellidos vascos


Ocho apellidos vascos es, sin duda, la película española del año. Una comedia que lleva camino de convertirse en la película más taquillera del cine español.

Emilio Martínez-Lázaro lleva más de 40 años en esto del cine, no es que el tipo sea un genio pero conoce el oficio. Será recordado por comedias como Amo tu cama rica, Los peores años de nuestra vida o El otro lado de la cama. También tiene películas más serias (las que mi más me gustan) como Carreteras secundarias o Las 13 rosas. Con Ocho apellidos retorna a la comedia y lo hace con un guión de Borja Cobeaga y Diego San José (responsables de las divertidas Pagafantas y No controles). Seamos claros, el innegable éxito del film radica en la espontaneidad y frescura del guión más que en la muy justita dirección de Emilio Martínez-Lázaro.
   No nos engañemos, Ocho apellidos vascos es una divertida comedia romántica a la española que sigue los cánones clásicos del género: el protagonista se hace pasar por lo que no es para conseguir a la chica. Por suerte, esta historia une a los equívocos de personalidad las ganas de reírse del mayor número de tópicos posible. El desprejuicio y el atrevimiento con el que se abordan ciertas situaciones me pareció muy divertido y necesario. Ya era hora de empezar a reírnos de nosotros mismos y de las diferencias entre las distintas comunidades/autonomías/nacionalidades que forman ese extraño crisol llamado España. Puede que lo único que realmente vertebre este país (o lo que sea) sean las ganas de burlarnos de nosotros mismos. El film parece reírse de los tópicos y los contrasta acertadamente para buscar la risa cómplice del espectador. Cosa que consigue de forma sobresaliente.

Ya era hora que se hiciera humor dentro de una manifestación por la independencia o dentro de una herriko taberna. Es una manera de quitarle hierro al asunto y un signo evidente de normalización pacífica. ¿Hubiera sido posible esta película hace quince años con ETA en activo? Lo dudo mucho. Sólo hay verdadera libertad cuando el pueblo se ríe abiertamente de cualquier tema por espinoso que sea. En ese sentido, creo que Ocho apellidos vascos es digna heredera del excelente programa Vaya semanita.

 No sé lo que opinarán los nacionalistas, ni me importa, el público se ríe de lo lindo y el film está siendo todo un éxito. Que nadie espere alta comedia ni dobles lecturas, sólo unas cuantas situaciones divertidas cimentadas en un divertido guión y unos actores entregados a la comedia. Si nos ponemos quisquillosos, tanto al guión como a la dirección se le pueden bastantes objeciones, pero todo es perdonable si el film te hace reír y disfrutar de la manera que lo hace esta película.
 Tanto Dani Rovira, como Carmen Machi y Karra Elejanlde demuestran tener una vis cómica impagable. La más floja del reparto me pareció Clara Lago, quizás se deba a que su personaje es el menos divertido de todos a pesar de ser el desencadenante de todo este lío.

El boca a boca pocas veces se equivoca. Vayan a  verla, pasarán un buen rato.

2 comentarios:

Hemos Visto dijo...

Sinceramente, en según que manos hubiese caído esta película hubiese podido hacer un auténtico estropicio, pero se nota y mucho la mano de "Vaya semanita", evitando que una hora y media de tópicos no se haga pesada ni abusiva.

Sin lugar a dudas, una buena comedia que además, arrasa en taquilla.

Hemos Visto
http://hemosvisto.blogspot.com

JuanRa Diablo dijo...

Yo también me pregunté si se habrían atrevido con una película así hace unos años, y me alegro de que haya tenido tan buena aceptación en todas partes.
De hecho me sigue pareciendo sorprendente cómo ha funcionado la película. En todas las sesiones de todos los días que se proyectó en mi ciudad hubo lleno absoluto, es más, mucha gente se quedaba sin entrada, cosa que hacía mucho que no veía , y menos con una película española.
Ojala sea esto el principio de un cambio positivo.
El buen hacer de Carmen Machi ya lo conocía, el verdadero descubrimiento ha sido Dani Rovira y esa naturalidad tan convincente. Un sobresaliente a ambos.