jueves, 20 de octubre de 2016

Inferno


 
 Ya hace unos años que Dan Brown revolucionó el mundo editorial con El código Da vinci dando así origen a innumerables seguidores e imitadores. Viendo el filón, Hollywood compró los derechos rápidamente y así nació la decepcionante adaptación de El código Da vinci a manos de Ron Howard con Tom Hanks como protagonista. Un equipo que se ha mantenido invariable en la olvidable Ángeles y Demonios y ahora en Inferno.

Una vez más estamos ante una carrera contrarreloj intentando desvelar unos secretos ocultos que únicamente Langdon es capaz de descifrar y que pueden salvar al mundo. Nada nuevo bajo el sol. Lamentablemente, la novedad que supuso la primera novela se ha ido diluyendo en las sucesivas entregas hasta prácticamente desaparecer en esta tercera. Si la adaptación de El Código Da Vinci ya supuso una decepción para quien escribe estas líneas y Ángeles y demonios me pareció un despropósito, esta Inferno me parece una total pérdida de tiempo. La cosa ya no da más de sí. No sólo este Inferno adolece de una galopante falta de ideas (heredada de la novela que adapta) sino que se nota la desgana con la que ha sido realizada.
En Inferno todo tiene la impresión de poco inspirado y realizado de forma rutinaria y sin pasión. El cine es una industria pero nunca está de más pensar en el espectador/consumidor del producto final. Es tal la falta de entusiasmo que trasmite esta película que rezuma tedio por todos sus fotogramas. ¿Puede ser aburrida una película sobre un inminente ataque terrorista que va a soltar un virus letal? Pues sí. Sobre todo si la premisa no hay quien se la crea y el McGuffin a encontrar nos importa un bledo. El guión no puede estar, paradójicamente, más atiborrado de tópicos y situaciones inverosímiles. El problema viene del origen, la novela hace aguas y el guión de David Koepp no consigue hacer apasionante ni coherente un relato con tan poca vida. Todo podría haber acabado encajando si tras la cámara hubiera un director con ganas, cosas más ridículas hemos visto, pero la dirección de Ron Howard no puede ser más anodina. ¿En serio que este tipo es el responsable de Apollo XIII? Nadie lo diría.

Ni siquiera Tom Hanks resulta creíble. Se le nota apático y con poco interés, en piloto automático. Su interpretación dista mucho de trabajos recientes como SullyEl puente de los espías o Capitán PhillipsHanks va por el cheque en un papel que ni él mismo se cree, por momentos parece que va a bostezar o mirar el reloj a ver cuánto le falta para acabar la jornada y volver a su hotel. Una pena. Tampoco Felicity Jones (que últimamente está hasta en la sopa) nos brinda su mejor interpretación, se limita a poner morritos y mostrarnos sus 2 incisivos centrales superiores como principal recurso interpretativo. La verdad es que resulta irritante la manera en que en esta franquicia son tratados los personajes femeninos. Como si de una película de 007 se tratara, Langdon debe ir siempre acompañado en sus pesquisas por una bella damisela. La cosa resulta ya muy forzada y no hay quien se la crea, tanto que han metido un toque romántico con otra fémina.. Cierto que toda franquicia tiene sus constantes que le otorgan personalidad propia, pero lo de esta saga es de traca. Ni me creo que siempre haya una bella joven que reclame los servicios de Langdon ni me creo ya esas pistas que van dejando para que Langdon las descifre. El primer libro fue original y tuvo su gracia, pero ahora resulta inverosímil. Todavía más si uno piensa que los lugares que Langdon visita son de sobra conocidos y que cualquier turista en Venecia, Florencia o Estambul va a visitar. Por cierto, señor Brown: ¿No existe otro escritor italiano que no sea Dante Alighieri?
 La verdad es que ya aburre el poco conocimiento de la cultura europea del que hacen gala ciertos escritores estadounidenses de best-sellers.
Ya para terminar, la apatía llega incluso a la partitura de Hans Zimmer, quien se limita a recrear su propia composición para El código Da Vinci y poco más.
Al infierno con ella.
4

lunes, 17 de octubre de 2016

Sicario


Soy fan incondicional de Dennis Villeneuve. Me gustan todas sus películas. Me parece un tipo con ganas de contar buenas historias y que sabe cómo hacerlo. Sus tres primeras películas son más que recomendables. Tras la extraña Enemy, Villenueve se adentra en el terreno del thriller fronterizo con el narcotrafico como fondo.

Villenueve demuestra que controla el oficio y el tempo cinematográfico. El canadiense sabe impactar al espectador, ya desde la escena inicial nos deja claro que algo terrible subyace bajo la aparente normalidad. Una rutinaria operación anti droga se tornará una pesadilla y ya nada podrá ponerle fin. La protagonista del film es una joven agente del FBI (Emily Blunt) que acepta la misión de cruzar la frontera para buscar a los culpables de una matanza. Todo ello bajo la supervisión de la CIA. Sin embargo la compleja situación al otro lado de la frontera le harán desconfiar de todo el mundo. Los cárteles de la droga son tan poderosos que tienen sicarios en todas partes, la sensación de seguridad pronto desaparecerá y ya nadie será de fiar. Nuestra protagonista se encuentra sola en el infierno, cada uno va a lo suyo y ni siquiera las agencias gubernamentales son dignas de confianza.

En tan inestable y peligrosa situación nuestra protagonista debe aprender a sobrevivir. La evolución del personaje la plasma Villeneuve gracias a la interpretación de una excelente Emily Blunt. Villeneuve crea una tensión y una sensación de peligro inminente durante todo el metraje que acaban por explotar en un más que correcto clímax. No es que la historia sea muy compleja ni falta que hace complicarla, Villeneuve dota a su historia de una complejidad que puede precisar de un segundo visionado para comprender todos sus detalles. 

Reconozco que me dejó clavado al asiento la escena del atasco en el cruce de la frontera. Muy bien rodada y montada, sin dejar que la espectacularidad domine a la narración. Villeneuve lleva las riendas en todo momento y no permite que su film se salga del camino marcado. El guión va dejando salir a flote las motivaciones de cada personaje creando una compleja red en la que cada detalle es importante. Una pulsera, un cigarro o un inocente partido de fútbol entre críos pueden marcar la diferencia entre la vida o la muerte. Como en Enemy, cada detalle puede tener más trascendencia de la que parece a priori. Sin embargo, el film me supo a poco. Quizás tuviera las expectativas demasiado altas. Me esperaba algo más. Quizás fuera que Josh Brolin y Benicio del Toro no me convencieron en sus respectivos papeles o puede que yo tuviera un mal día. Pero me esperaba más de Villeneuve. Me esperaba ese toque de genialidad que destilan otros films de su autor y que aquí no vi.

  No estamos ante la mejor obra de su autor pero sí ante un recomendable thriller fronterizo.

6