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jueves, 18 de septiembre de 2014

Corazón salvaje (Wild at heart, 1990)


 Sobre Nicolas Cage circulan todo tipo de rumores por la red: se dice que es un vampiro, que usa pelucas,  que una vez fue un buen actor o incluso que una vez ganó un Oscar. Yo os puedo confirmar que hubo un tiempo en el Nicolas Cage  hacía buenas películas. Corazón salvaje es un ejemplo de ello.

  Tras tocar el cielo con Terciopelo azul, David Lynch se embarcó en la elaboración de Twin Peaks. Monty Montgomery, amigo de Lynch y productor de Twin Peaks, le ofreció producir un guión que había elaborado sobre el libro de Barry Gifford, Corazón salvaje. A Lynch le gustó tanto que decidió dirigirlo él mismo. La quiebra de Dino De Laurentiis, cuya productora fue comprada por Carolco, significó que Lynch no tenía un productor que le ofreciera total libertad creativa. Por suerte la compañía independiente Propaganda films accedió a producir el film con un presupuesto de 10 millones de dólares asegurando a Lynch que tendría el control total sobre el montaje.

 Como no podía ser de otra manera, Lynch no dejó indiferente a nadie. Tras Terciopelo azul y Twin Peaks, Corazón salvaje es la confirmación del estilo depurado de un Lynch plenamente consciente de sí mismo y de sus capacidades, un Lynch en plena forma. Llena de excesos de todo tipo, es un film transgresor que bordea peligrosamente los límites de la locura.
 Corazón salvaje oscila continuamente entre varios géneros y estilos. Lynch adapta a su universo la novela de Barry Gifford. Es una bizarra road movie  con toques de cine negro y pinceladas surrealistas.  Por momentos parece hecha a base ideas inconexas que nunca acaban de cohesionarse. El resultado es una película inclasificable que produce por igual fascinación y rechazo en el espectador.


 Corazón salvaje versa sobre una pareja de enamorados que intentan ser felices en el infierno. Su amor deberá superar todo tipo de barreras en un entorno claramente hostil. A Lynch no le convencía el final del libro en el que los amantes deciden romper su relación por su propio bien. Era un final demasiado sensato y racional que traicionaba la esencia de los personajes.  Lynch decidió que los amantes debían  permanecer juntos, su pasión no podía verse sofocada por la lógica. Así pues Lynch ideó la idea de la aparición de un hada madrina (interpretada por Sheryl Lee, la Laura Palmer de Twin Peaks) que hiciera cambiar de idea a los amantes. Así se introdujeron en el guión las alusiones al Mago de Oz.


Si Blue velvet se iniciaba con un plano de las cortinas de la habitación en la que tuvo origen del trauma de Frank, Wild at heart se inicia con las inquietantes imágenes de unas llamas. Posteriormente descubriremos que esas llamas tienen una importancia vital en la trama, pertenecen al incendio en el que murió el padre de Lula.  El fuego será un elemento recurrente en el film, son abundantes las imágenes de cerillas y cigarros encendiéndose. Para Lynch el fuego simboliza el mal, la chispa que prende parece emparentar con la maldad. Los efectos de sonido y la música que acompaña a las imágenes no dejan lugar a dudas.



  Nuestra pareja de enamorados está formada por Sailor y Lula. Sailor es un  joven que no tiene oficio ni beneficio, un don nadie impredecible y violento. Su afición a imitar a Elvis y su chaqueta de piel de serpiente unidos a la desatada interpretación de Nicolas Cage configuran un personaje realmente inolvidable, a veces patético y otras sublime. La joven Lula (Laura Dern) es la joven enamorada de Sailor que está dispuesta a fugarse con él para huir del influjo de su madre. Son una pareja vulgar y nada sofisticada, pero su amor es puro. Mientras el sexo será enfermizo para los villanos, para Sailor y Lula es liberador. La mano abierta de Lula simboliza la liberación sexual de su personaje, pero incluso eso será corrompido. La música será también un refugio para nuestra pareja de fugitivos. Lynch parece añorar en su filmografía la estética y la música de los años 50 y 60, en los que él creció, mientras la música moderna es estridente y violenta.
Conforme pasa la acción Lula empieza a creerse Dorothy en un mundo de pesadilla (incluso llega a juntar los talones de sus zapatos en un intento de huir de la realidad). Sailor será su acompañante en el camino de baldosas amarillas (la carretera) y su madre sería La malvada bruja del Oeste.




  Marietta Fortune (Diane Ladd) es la madre de Lula, un ser repulsivo, a la vez dominante e infantil que no quiere perder el control sobre su hija y está dispuesta a cualquier cosa para evitarlo. La escena del pintalabios nos demuestra que algo funciona realmente mal en su cabeza. Como Frank es capaz de la mayor crueldad y parece que arrastra algún trauma infantil que la mantiene en esa edad.  La madre es tan infantil y caprichosa como una niña pequeña y a la vez tiránica y cruel. Ella es la perversa Bruja mala del oeste. La madre ve con malos ojos que su hija esté enamorada con Sailor. Sailor está involucrado en los negocios sucios de la madre y puede irse de la lengua respecto al asesinato del padre de su amada por encargo de su madre. La fuga de Lula con Sailor una vez que éste sale de la cárcel encoleriza a su madre, quien inicia una búsqueda desesperada por recuperar a su hija y acabar con Sailor de una vez por todas.


Todo ello configura una galería de personajes más que peculiares entre los que destaca Bobby Perú (un Willem Dafoe en unos de sus mejores papeles) un imitador de Clark Gable que, como Frank Booth, no está en sus casillas. Ambos personajes tienen más de una característica en común. Su forma de vestir y su peculiar forma de tratar a las mujeres los convierte en los villanos por antonomasia del cine de Lynch. Grace Zabriskie (la madre de Laura Palmer en Twin Peaks) e Isabella Rossellini  interpretan a dos mujeres que forman parte del grupo de asesinos que son contratados para acabar con Sailor.

 La huida de los amantes por el camino de baldosas amarillas empieza a convertirse en una pesadilla a medida que la influencia negativa del mundo exterior empieza a hacerse evidente. En la radio del coche sólo dan noticias terribles y un accidente de tráfico les descubrirá que la muerte siempre está al acecho. A partir de ese momento todo se irá torciendo, la influencia del mal hará mella en la pareja. Los personajes jóvenes e inocentes que se introducen en mundos perversos son una constante en el cine de Lycnh, el joven protagonista de Terciopelo azul o la aspirante a actriz de Mulholland drive nos sirven de ejemplo.


 Corazón salvaje es una road movie que discurre en una América enferma y violenta. Quizás en una clara inspiración en Buñuel, Lynch llena el film de bizarros pasajes: un hotel gestionado por  ancianos y tullidos, el cliente del bar con voz acelerada, la terrible historia del tío Dell (interpretado por ese pirado que es Crispin Glover), la señora que baila en el salón mientras desaparece entre la oscuridad, la chica del accidente de tráfico que busca su bolso para maquillarse, etc. La mente de Lynch pervierte la típica estampa americana a base de momentos cotidianos rotos por elementos surrealistas.
  
 La recepción del film fue bastante dispar, unos (pocos) la amaron y otros la odiaron. Los test previos al estreno fueron desastrosos, algunos espectadores abandonaban la sala debido a la extrema violencia de algunas escenas. Lynch decidió suavizar algunos planos especialmente desagradables o violentos pero no recortó ninguna escena. Corazón salvaje recaudó en taquilla 14 millones de dólares sólo en USA, lo que arroja un balance positivo si consideramos que costó 10 millones y aún faltaba la recaudación internacional. El éxito de Twin Peaks y la canción de Chris Isaak, Wicked game, contribuyeron al buen funcionamiento en taquilla del film. Por cierto, el film ganó la palma de Oro en Cannes a pesar de las encontradas opiniones que generó, lo que sirvió para consagrar definitivamente a su director.

 Corazón salvaje es un macabro y desconcertante cuento de hadas ambientado en el infierno.


jueves, 12 de agosto de 2010

Vampiros de John Carpenter




John Carpenter fue uno de los revolucionarios del cine de terror de los años 70 y 80. Su cine siempre era entretenido, puede que sus historias de ciencia ficción o terror no fueran obras maestras pero eran muy entretenidas y han ido ganando con los años. Algunos de sus primeros films son considerados como clásicos: La noche de Halloween, La niebla, Asalto a la comisaría del distrito 13, Christie, 1997: rescate en Nueva york. En concreto, su film La cosa sigue siendo uno de mis films de terror favoritos.

No había visto su film Vampiros de 1998, así que hace poco me decidí a hacerlo. La verdad es que pasé un rato muy agradable. Carpenter le da al aficionado todo lo que puede desear: un héroe carismático, una chica mona, desnudos gratuitos, sangre, tacos, diálogos ingeniosos, acción y algún sustillo. Carpenter sabe que no es un genio pero controla los parámetros del género a la perfección. Ya en 1998 su carrera estaba estancada y no parecía ir a ningún sitio. Mientras en los 90 otros directores de ciencia ficción y terror ( Wes Craven, David Cronenberg, Peter Jackson, Sam Raimi) estaban evolucionando (¿a mejor?), Carpenter se quedaba atascado en una serie B que empezaba a oler a muerto de tres días. Un muerto muy digno, eso sí.

La peli empieza bien pero se va desinflando algo conforme avanza la trama. Lo mejor del film es el personaje de Jack Crow (un estupendo James Woods) un cazador de vampiros realmente duro del cual vamos conociendo cosas de su pasado a cuenta gotas. Esas gafas de sol, esa chaqueta de cuero y esos pantalones ajustados son casi tan iconográficos como el Snake Plissken de 1997: Rescate en Nueva York.
Tras la eliminación de casi todo su equipo Crow deberá darse prisa para salvar su pellejo. Obviamente, tenemos al típico reclamo sexy, una prostituta (Sheryl Lee, la inolvidable Laura Palmer de Twin Peaks) que ha sido mordida por el malo de turno y a un compañero (Daniel Baldwin) que se debate entre su deber y su corazón. La inclusión del personaje de un cura ratón de biblioteca será otro elemento desestabilizador dentro de la precaria existencia de Crow.

El villano de turno es el típico vampiro con reminiscencias a Drácula: elegante, bien vestido y muy poderoso. No es que sea muy carismático pero no da miedo y resulta incluso un poco risible a veces. Por muchos cuerpos que descuartice, no acaba de ser un villano a la altura.

Carpenter se maneja con maestría y soltura entre los tópicos de los vampiros y nos da algún aspecto novedoso dentro la forma de acabar con ellos (el cable que los saca a la luz del sol es todo un acierto). El film tiene planos bastante logrados como la salida de los vampiros de la arena del desierto o la lucha final en la cárcel, propios de una buena serie B. También el destino de los personajes de la chica y el compañero antes mencionados me parece bastante bien llevado, dejando un final más que acertado.

No es un gran film, para qué vamos a engañarnos, y ha envejecido algo mal: los efectos especiales se ven hoy un poco cutres y el tratamiento de los personajes (si exceptuamos a Crow) no está muy elaborado. Pero, vista con la perspectiva de los años, es un film superior a la mayoría de films de vampiros que le han seguido posteriormente.

Una peli sin pretensión ninguna e ideal para pasar un buen rato.

6