Basada en hechos reales Fair game es una interesante película que narra cómo el todopoderoso se gobierno de los Estados Unidos es capaz de complicar la existencia cuando alguién decide llevarles la contraria. Vamos, la película que a Oliver Stone le hubiera gustado dirigir.
En el año 2003 el embajador Joseph Wilson escribió un artículo en el New York Times desenmascarando las mentiras de la administración Bush para justificar la invasión de Irak. A consecuencia de ello, la Casa Blanca filtró la identidad de la mujer de Wilson, Valerie Plame como agente encubierta de la CIA. Una venganza en toda regla que puso en peligro la vida del matrimonio y también a muchas otras personas que dependían del anonimato de la agente. Una apasionante historia real que me parece digna de conocerse. Una historia con múltiples lecturas y que provoca muchas preguntas.
La película narra eficazmente todo lo ocurrido, siendo uno de los mejores dramas políticos de los últimos lustros. Parece que la guerra de Irak nos está dando algunas buenas películas, algo bueno debía salir de tal desastre. Las tortugas también vuelan, En territorio hostil son buenos ejemplos de ello. A parte de un buen guión y un buen ritmo, Fair game se beneficia de dos actores en estado de gracia como son Sean Penn y Naomi Watts. De Penn no voy a decir nada (es el mejor actor de su generación y punto) pero Watts me ha sorprendido gratamente, está mejor que nunca y lleva perfectamente el peso del film.
Puede que Doug Liman dirigiera El caso Bourne (y alguna tontería como Señor y señora Smith o Jumper), pero Caza a la espía no es un film de acción, es un solvente thriller político. Tiene bastante tensión pero no hay tiroteros ni persecuciones en coche. Es un film mucho más centrado en los entresijos de la política que un film de espías.
Recomendable.
7
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