Susan se despierta el día de su boda esperando casarse e irse de viaje a París, pero las cosas no saldrán como ella espera.
La nueva película de Dreamworks sigue por el camino abierto por Sherk: pelis de animación para niños pero con toques de humor dirigidos a los adultos. Vamos, que los padres se ríen tanto o más que los peques y no se sienten como idiotas.
Esta vez el humor viene gracias a innumerables guiños a películas fácilmente reconocibles (Star Trek, Ultimatum a la tierra, Superdetective en Hollywood, Tiburón, Encuentros en la tercera fase) y del contraste entre los distintos monstruos. Monstruos que no dejan de ser una actualización de monstruos de las películas clásicas de terror: El ataque de la mujer de 50 pies, El monstruo de la laguna negra, La masa devoradora (The blob) y La mosca (incluso el científico loco se parece mucho a Vincent Price, bigotillo incluido).
Especialmente me pareció muy logrado el personaje de BOB (de nombre muy parecido a Blob) su particular memoria me resultó muy divertida. No deja de ser el típico secundario chistoso, pero está muy logrado (brutal el gag con la gelatina).
Todo ello unido a una animación digital asombrosa configuran un film bastante entretenido con buenos golpes de humor y escenas digitales. Es cierto que el guión se desinfla algo hacia el final y la historia no aporta nada nuevo pero la peli se pasa volando.
La mayor novedad de esta peli es que está rodada en formato digital 3D (te dejan unas gafas especiales en el cine). Parece que la piratería está obligando a los grandes estudios a buscar nuevas vías para que la gente acuda a los cines. Ya se hizo cuando apareció la televisión: se lanzaron formatos con mucho color y anchura (como el Cinemascope) para que se disfrutara mucho más en las enormes pantallas de los cines que en la tele en blanco y negro de casa.
En los 50 el cine sobrevivió, esperemos que ahora también lo haga. Difícil lo tiene.
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