sábado, 13 de noviembre de 2010

Wall Street: El dinero nunca duerme


Mucho ha llovido en los 23 años que separan esta segunda parte de su predecesora. En estos 23 años Oliver Stone nos ha fascinado con sus feroces críticas al sistema (JFK, Asesinos natos) pero parece que últimamente se ha amansado bastante (W).



Esta oportuna secuela de Wall Street ha perdido bastante mordacidad y parece que Stone ha primado la función didáctica antes que la crítica. Stone está más interesado en explicarnos cómo los bancos y las empresas de inversores han sido las responsables de la crisis que nos asola y que todos vamos a estar pagando hasta Dios sabe cuando. Parece que no hay otro director norteamericano interesado en el tema, sólo nos queda Oliver Stone, por muy descafeinado que esté últimamente. Stone usa una vez más el cine con fines políticos, como explicación de una realidad. Stone nos habla de las hipotecas, del papel del Estado en la crisis, de los paraísos fiscales, de las energías renovables, el poder de los rumores y el miedo en la economía mundial, el interés que despierta un libro escrito por un delincuente, etc. Su film es una crítica al sistema financiero. Lo demás no parece interesarle tanto, la relación de Gordon Gekko con su hija es una mera excusa para poner en contacto a los personajes principales.
Lamentablemente, Stone se ha vuelto demasiado obvio: realiza unas pueriles metáforas sobre burbujas y cuadros de Goya que son tan obvias que parecen propias de una obra de teatro infantil. Por otro lado, nos inunda con datos financieros que evidencian que la historia de amor le importa un bledo. Incluso yo juraría que el final ha sido retocado, las últimas escenas me sobran.

Por suerte, se ven destellos del mejor Stone en algunos momentos: el montaje endiablado de algunas escenas, la doble pantalla, el fundido en negro usando un círculo como si de una comedia antigua se tratara, el detalle de los pendientes de las señoras en la gala benéfica, la artificial expresión facial de alguna adicta a la cirugía, etc. Es en estos momentos en los que deja patente la crítica a una clase social que sigue teniendo el poderVolver a encontrarnos con un personaje tan repulsivo e interesante como Gekko es todo un lujo, Douglas ha madurado con el personaje y ambos se fusionan perfectamente (de hecho, Douglas lleva repitiendo ese papel de frío hombre de negocios durante los últimos 23 años).

Los actores están más que correctos, Micael Douglas cumple en su eterno papel, mientras Shia LaBeouf y Josh Brolin están bien. Pero yo me quedo con la joven promesa Carey Mulligan. Por otro aldo los veteranos Susan Sarandon, Frank Langella y Eli Wallach (el feo de El bueno, el feo y el malo). Por cierto, ¿Qué pinta en esta película Vanessa Ferlito? Su papel no aporta absolutamente nada, sólo queda bonito. Se me ocurren 3 opciones: a) Stone estará encaprichado con la moza, b) es una imposición del estudio o c) su personaje se ha recortado en la sala de montaje. Elige la que más te guste, yo me quedo con la a).

A mí el film me ha entretenido. Los breves destellos de un Stone apagado son mucho mejores que las decenas de secuelas y precuelas que nos acechan cada día desde la cartelera. El capitalismo es así.

6

4 comentarios:

Cinemagnific dijo...

A pesasr de lo descafeinado que está, se agradece esta peli. Vamos a entrar en el cuarto año de crisis y casi nadie, ni en el cine internacional ni por supuesto en el español, se ha puesto a meter mano en esta aberración de crisis. Yo se lo agradezco. Eso sí, el happy end sigue sobrando XD

Dr. Gonzo dijo...

ains, otro clásico que me falta por ver (la primera, me refiero) A ver si me pongo al dia, aunque ultimante Oliver Stone ha perdido toda la gracia.

Anónimo dijo...

Es una pena, pero yo diría que el cine en general se está puerilizando. Creo que W es una ácida crítica en torno al personaje, visionar esta película con norteamericanos cambia radicalmente, porque es un largometraje hecho para ellos, no es para nosotros. Está hecho con fines electorales. Yo tuve la ooprtunidad de verla en un entorno demócrata. A la salida nos explicaban muchos de los chistes irónicos que nosotros como españoles no acabamos de entender.
Me perdí este pase por problemas intensos otoñales de carácter laboral, pero he de reconocer que Shia me cae fatal, no lo trago y Michael es un tipo muy inteligente como productor y actor. Eso sumado a Stone era lo único que me atraía del tema. ME olía que que quería hacer caja, pero veo que no. Que posee algo el film, así que me lo pondré a descargar.

David Cotos dijo...

A mi en particular si me gusto la película. Saludos.