En el Japón feudal, la paz se ve amenazada por los continuos abusos del hermanastro del shōgun,
Naritsugu.
En 13 asesinos la violencia está presente, con ese título nos podemos hacer una idea, siendo un elemento fundamental del film. Pero es una violencia mucho menos salvaje que en sus primeras obras. Esta historia de samuráis que buscan acabar con el hermanastro del Shogun es la película de Miike más cercana al cine comercial. Es cierto que al principio tiene algún momento en el que parece que la obscenidad y la crudeza de lo mostrado va a ser insoportable para el espectador, pero no llega a tanto. Miike se muestra contenido en este film, que no amaestrado ni vendido al cine palomitero.
13 asesinos es cine de samuráis en toda regla: hay espadas, honor, harakiris (o sepuku), geishas, kimonos y alguna cosa más indispensable en este tipo de cine. Ya hemos dicho que su mayor influencia es la película Los siete samurais, pero también pueden verse similitudes con el film de Sam Peckimpah Grupo salvaje. Puede que la trama de unos samuráis enviados a una misión casi imposible no sea nueva y que el desarrollo tampoco rompa molde ninguno, pero la peli está rodada de lujo y es toda una delicia para los aficionados a este tipo de cine. Seguro que a Tarantino le habrá encantado.
Miike se toma su tiempo en presentarnos los personajes y el conflicto que afligía al Japón feudal. Hay que destacar la presentación del villano de turno, Naritsugu, uno de los más despreciables bastardos del cine reciente, básicamente debido a que es sádico por aburrimiento y para demostrar quien manda. A destacar también el acertado retrato de cada uno de los 13 asesinos. Cada uno se une a la misión por un motivo distinto: por honor, por justicia, por venganza, por dinero e incluso alguno lo hace por pura diversión.
El film avanza muy lentamente al principio, creando una tensión que desemboca en una batalla final de 45 minutos que deja al espectador a la par extasiado y exhausto. Si en la primera parte Miike se muestra como un director solvente, en la segunda parte se nos confirma como uno de los directores de cine de acción más hábiles del momento. La pelea entre los 13 samuráis y los doscientos soldados enemigos es simplemente antológica. Una gozada para el aficionado a las luchas de espadas y para todo amante del cine de acción. Miike no sólo rueda una batalla sino que la dota de una emoción y una tensión perfectas. ¿Te gustaron 300 o Kill Bill? No dejes de ver esta película, te alucinará. Y sin usar cables, ni efectos digitales, ni guerreros saltando por los aires.
No diré que la batalla se me hizo corta, pero sí diré que no me cansó y que pienso volver a verla unas cuantas veces más en mi puñetera vida. Desde El acantilado rojo de John Woo no veía una batalla tan apasionante ni tan bien rodada.
Buen cine de acción.
3 comentarios:
Miike es un tipo a tener en cuenta, como dices, aunque de tan prolífico es a veces demasiado, demasiadísimo irregular... Esta aún no la he visto, pero me la apunto. Siempre me resulta, a pesar de sus mediocridades alternadas con obras muy buenas, cuanto menos interesante.
pedazo de peliculón!!!
Tengo curiosidad por la peli, a ver si la veo. No pinta mal la verdad.
saludos
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