¿Quién necesitaba otra película sobre Spider-man? Nadie, las tres películas de Sam Raimi no estaban mal (excepto la tercera) y están muy recientes aún en la memoria (la primera es del año 2002 y la última del 2007). Tampoco los efectos especiales han evolucionado tanto en estos 5 años como para hacer mucho más espectaculares los vuelos del trepamuros entre los rascacielos. Así pues, no hacía falta volver sobre el personaje y mucho menos volver a contarnos sus orígenes. Este reboot (o reinicio o vuelta a empezar) parte con el problema de que es totalmente innecesario.
Otro problema añadido es que detrás de las cámaras no hay un veterano director con un estilo propio (aunque sometido a los dictados del cine comercial) como el Raimi de la saga original. Aquí dirige Marc Webb, un joven director cuya opera prima 500 días juntos me gustó mucho, pero que ahora se ha enredado en la red de este innecesario blockbuster sobre el hombre araña y ha salido bastante mal parado. Es Amazing Spider-man un film de estudio sin hueco para el lucimiento del director. Los problemas no acaban aquí, en el guión se ha permitido el lujo de modificar los orígenes del personaje clásico adaptándolos a los nuevos tiempos tipo las colecciones ultimate, vamos, volver a contar los inicios de los personajes Marvel clásicos pero adaptados a la época actual, no olvidemos que las primeras hazañas del trepamuros se publicaron en los años 60. No me gustó todo el rollo de implicar a los padres de Peter Parker con la corporación Osborn ni cómo muere el tío Ben. Me gustó mucho más en la original. Tampoco me pareció creíble que todo el mundo descubra quien demonios se esconde bajo la máscara de nuestro vecino Spider-man, casi queda ridículo que se quite tanto la máscara.
En el guión se hace alusión a la responsabilidad y a las consecuencias de los actos y bla bla bla... pero no hay ni una pincelada de ironía o humor y hay tantas coincidencias que no hay quien se lo crea (que ya es decir). Además, ciertos personajes desaparecen de la trama sin motivo quedando como meras comparsas desdibujadas, creando en el espectador una sensación de improvisación o simple chapuza.
En cuanto a los actores, el Peter Parker encarnado por Andrew Garfield es un chaval insufrible, gesticulante y con un toque outsider del cual el original carecía completamente. Lo de que vaya en skate no me parece mal, tampoco lo de los lanza-redes me acaba de disgustar, en eso han sido fieles al cómic. El cambio del diseño del traje casi lo veo lógico aunque me quedo con el de toda la vida. Vale que Emma Stone está radiante con esa diadema y con esas minifaldas conjugadas con botas y leotardos (aquí han sido también fieles a la imagen de los cómics originales) y resulta una Gwen Stacy bastante más creíble que la encarnada por Bryce Dallas Howard en Spider-man 3. Lamentablemente, el villano de turno carece de carisma y parece de todo menos aterrador, este Lagarto interpretado por Rhys Ifans no está a la altura y de ello se resiente todo el film.
Pero todo lo mencionado anteriormente tendría perdón y lo pasaríamos por alto si el film fuera trepidante y divertido, pero no es el caso. Yo me aburrí, algo que nunca me había pasado con ninguna de las tres películas de Raimi.
Resumiendo, se puede ver pero no supera a las anteriores, ni siquiera a la tercera entrega que era la más floja con diferencia. Supongo que su único propósito era iniciar una nueva franquicia, cosa que sí han logrado.
2 comentarios:
Pues sí, porque desde luego no sirve para otra cosa que para volver a recaudar dollars. Muy flojita.
una pena, aporta cosas novedosas pero no tiene el empaque de las de raimi
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