viernes, 20 de febrero de 2015

El francotirador (American sniper)


 La guerra de Irak sigue dando sus frutos en forma de película. Ya hemos visto unas cuantas sobre la guerra contra el terror originada tras el 11-S, así a bote pronto me vienen a la cabeza En tierra hostil y Zero dark thirty (ambas de Kathryn Bigelow). Como buen americano que es, Clint Eastwood debía dar su particular visión.

 No se puede decir que la historia de Chris Kyle carezca de interés pero sí podemos afirmar que el bueno de Clint Eastwood debería retirarse, sus más de 80 años y 5 décadas de carrera son más que suficientes. Ya no tiene nada que aportar y sólo puede estropear un legado casi intachable. Vale que el cine de Eastwood siempre ha estado unido a la violencia, pero ahora su violencia no pretende entretener sino más bien aleccionar. Ya desde la primera escena Eastwood coloca al espectador ante un dilema moral. El terrorismo, ese enemigo invisible, puede esconderse debajo del ropaje cualquier ciudadano y los defensores de la democracia no pueden permitirse dudar ni un segundo que puede resultar fatal. Sin embargo, los Navy Seals destinados en Irak no son vistos como libertadores sino como invasores, sólo queda ir casa por casa en busca del enemigo. Es la guerra moderna, nada de batallas a campo abierto ni heroicidades. En este nuevo escenario bélico es donde la figura de Chris Kyle se convirtió en leyenda entre sus compañeros por sus extraordinarias dotes como francotirador.


Pero, ¿quién era realmente Chris Kyle? Pues un vaquero sin oficio ni beneficio que cuando ve que su país es atacado decide dejarlo todo (tampoco tenía tanto) para defender su patria. Un patriota, vamos. En el ejército encontrará un sentido a su existencia y desarrollará su talento innato para disparar. Kyle se convertirá en leyenda, pero cuando regrese a casa se sentirá vacío y su vida carecerá de sentido. No debe ser fácil dejar de ser una leyenda que salva a diario las vidas de sus compañeros para pasar a llevar una anodina existencia. Ir al supermercado a buscar pañales es mucho menos adrenalítico y estresante que una emboscada. Eastwood acierta al no glorificar a su protagonista ni subirlo a los altares. No es un héroe, más bien se nos presenta como un inadaptado a la tranquilidad de la vida familiar.  Por mucho que en casa le esté esperando la bella Sienna Miller (¿realmente era necesaria esa escena en ropa interior?) el personaje de Bradley Cooper siente que su lugar está en el frente.

 Ocurre que Eastwood simplifica demasiado las cosas. Parece dividir a las personas en buenos, malos y víctimas. No hay medias tintas. Como dice el severo padre del protagonista, las personas se dividen en corderos, lobos y perros pastores. Está claro que Eastwood no quiere profundizar en el problema del terrorismo yihadista ni los talibanes. A Eastwood sólo le preocupa el drama de un perro pastor que cuando está alejado de las ovejas no puede dejar de pensar en ellas. Yo me esperaba algo más de complejidad. Parece que esta película busca contentar a los excombatientes y rendirles un tributo (no digo yo que no se lo merezcan) pero no consigue conectar con el resto de espectadores.  Ni Kyle ni Eastwood se plantean qué demonios pintan los norteamericanos tan lejos de su casa ni si la guerra se puede ganar. Sí lo hace el personaje de un compañero de Kyle pero no parece que las tesis del film vayan por ese camino.



 El film se ve con interés pero se va desinflando por momentos debido a su repetitiva estructura (casa-Irak-casa-Irak-casa). Estamos ante una narración irregular que no deslumbra ni atrapa especialmente al espectador. Al menos, Eastwood no usa saltos temporales ni desordena los acontecimientos. Quizás de lo mejor del film sea la escena inicial, que luego Eastwood retoma ya dentro de su contexto. El duelo con el tirador del bando enemigo me recordó al de Enemigo a las puertas aunque me pareció que estaba peor resuelto. Otro problema de American sniper reside en su abrupto final. Eastwood ofrece un final demasiado abierto que deja al espectador con cara de idiota. No me gustó su forma de rematar la película.

No es una mala película pero me supo a poco. Vamos que tampoco se merece, en mi opinión, ganar el Oscar a mejor película.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Panfleto belicista del Imperio.
Pero es que Tito Clint siempre ha sido muy del Imperio. A nadie debería sorprenderle a estas alturas.
Yo también le veo los dos problemas que comentas: la estructura reiterativa y el abrupto final.

Anónimo dijo...

ese final es penoso, echa por tierra todo el film. Entiendo que están todavía en juicios pero algún dato más se podría haber dado. COn Hoover Eastwood no tuvo piedad pero con esta peli ha sido mucho más precavido