Killing them softly es la nueva película de Andrew Dominik, quien ya fascinó a buena parte de la crítica (no fue mi caso) con su anterior película El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. En esta ocasión Dominik refleja la decadente sociedad americana usando como espejo una historia de asesinos a sueldo y atracadores de poca monta.
Ya desde los títulos de crédito iniciales Dominik nos sitúa en la campaña electoral de 2008 entre Barak Obama y John McCain, eran los primeros meses de la crisis financiera y empezaba a ser evidente que el sistema político y económico estaba corrompido hasta la médula. Igualmente la sociedad americana aparece en esta película en franca decadencia, ya ni la mafia ni los traficantes de medio pelo son lo que eran. Todo se ha ido al traste, la gente se ha relajado en exceso, ya ni los asesinos a sueldo son tipos de los que puedes esperar un trabajo bien hecho. Falta profesionalidad y valores, parece que todo se ha corrompido por el dinero fácil.
No es mala la idea de Dominik pero su forma de presentarla no acabó de convencerme. Vale que siempre haya un televisor o un aparato de radio encendido dando noticias sobre la crisis o los debates electorales. Me pareció interesante el paralelismo que traza Dominik entre los países y la mafia (ambos deben recuperar la confianza de los mercados a cualquier precio). Pero los diálogos se extienden demasiado y el film adolece de excesiva parsimonia. Killing them softly sólo dura 104 minutos y se me hizo eterna. Todos los actores están muy bien (hasta Ray Liotta en papel de siempre) pero la trama no engancha y el carismático personaje de Brad Pitt no puede él solito levantar esta losa con forma de película.
Este tipo de propuestas de cine negro moderno y diferente le salen redondas a Tarantino (del que este film bebe demasiado) o los hermanos Cohen. Pero Dominik aún debe encontrar su propio estilo. El tipo sabe rodar (crea una excelente tensión en la escena del atraco) y sabe dirigir actores (James Gandolfini está estupendo), pero no tiene claro hacia donde quiere llevar al espectador. Hace experimentos visuales que no vienen a cuento como la escena del asesinato bajo la lluvia (rodado al estilo bullet time) o cuando algún personaje se va quedando dormido, son escenas que rompen la estética de la película y la llevan hacia ningún lugar. Dominik se hace un lío y aburre al espectador con unos diálogos inflados hasta lo indecible, sus anécdotas apenas resultan interesantes y sólo sorprende al espectador una vez. Dominik no es Tarantino, copia su uso de la música y sus experimentos formales pero le falta ese toque que sólo Tarantino posee y muchos intentan copiar.
Funciona mejor como metáfora que como película de cine negro. Me quedo con la frase final del film: "América no es un país, es un negocio."
4 comentarios:
a mí me gustó mucho, este tipo tiene estilo, es verdad que los personajes hablan demasiado
Andrew Dominik nos ofrece en 'Mátalos suavemente' un thriller intenso, con ritmo, repleto de escenas vibrantes y diálogos frescos, con humor y drama, una película de factura clásica pero que debe gran parte de sus hallazgos a contemporáneos como Tarantino o Michael Mann. La escena entre Brad Pitt y Tony Soprano, James Gandolfini, es soberbia. No es una obra maestra pero defraudará a pocos. Un saludo!!!
oye men y si a ti te dejaran hacer una movie la harias mejor?, yo creo que no puedes criticar lo que no puedes superar
pero puedo opinar ¿no?
Yo sólo expreso una opinión, puede que coincidamos o no, pero dejad que me exprese libremente.
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