domingo, 20 de abril de 2014

Nymphomaniac. Volumen 1


El último enfant terrible del cine, el danés Lars Von Trier, sigue dispuesto a romper moldes y a sorprender al espectador. En Nymphomaniac nos sumerge en la impactante historia de una adicta al sexo.
Este proyecto duraba originalmente cinco horas y media pero finalmente ha sido reducido a cuatro horas  de metraje divididas en dos volúmenes. Muy probablemente esta historia íntegra y de un tirón hubiera sido insoportable. En este primer volumen, el bocazas de Von Trier nos ofrece un magistral ejercicio de estilo en el que no sólo están las constantes habituales de su cine (historia dividida en capítulos, provocación) sino que se nota una evidente depuración del estilo narrativo del danés (quien sabe si provocada por el impuesto recorte de metraje). 


¿Qué nos vamos a encontrar en una película del polémico y controvertido Lars Von Trier sobre una adicta al sexo? Obviamente, mucho sexo. Un sexo explícito en muchas ocasiones pero que no pretende excitar de ninguna manera al espectador. El sexo es aquí mostrado como la fuerza más poderosa del ser humano pero también como una peligrosa adicción. No estamos ante una película erótica (esto no es Instinto básico) en la que el sexo sea un reclamo para que el espectador acuda en masa a las salas de cine. Quien vea esta película con esa idea preconcebida saldrá altamente defraudado. Nymphomaniac parte de la historia de una adicta al sexo para elaborar algo mucho más complejo y, a la vez, sutil. Esta película no pretende excitar sexualmente al espectador sino intelectualmente.

Lars Von trier inicia su film, como viene siendo habitual en él últimamente, con un bello prólogo que configura unos sorprendentes títulos de crédito sin letras y con una estridente música de Rammstein. La cosa empieza bien, uniendo lirismo, belleza y una patada a la cara del espectador. Bien vamos.

Una vez más ha sido demasiado pretencioso pero esta vez creo que pocos peros se le pueden poner a su narración. Su relato tiene un ritmo casi perfecto que atrapa ya desde los mencionados títulos de crédito. El film se basa en una narración que hace la ninfómana Joe a base de flash backs  interrumpidos constantemente por interesantes anotaciones de su interlocutor.
Von Trier establece un largo diálogo entre estos dos personajes diametralmente opuestos. Mientras para Joe el sexo es poder y ejerce ese poder sobre los hombres en su propio beneficio sin pensar demasiado en las consecuencias, su interlocutor es un hombre culto que todo lo relativiza con tendencia a teorizar sobre la cosa más trivial. A pesar de ser personas tan distintas, ambos llegan a puntos de entendimiento que no hacen sino más atractiva la narración de Joe.


 Me  sorprendieron gratamente las analogías que Von Triers establece entre el sexo y la pesca (prolongada en el cartel de este primer volumen) o la metáfora del tenedor para las tortas. La conversación entre estas dos personas tan distintas que se encuentran casualmente le sirve a Von Trier para elaborar unas más que interesantes reflexiones sobre la adicción, el amor, la lujuria, el compromiso, la enfermedad, la muerte, religión, literatura, polifonía, matemáticas y, en definitiva, las relaciones humanas. Un gran compendio de casi todo lo humano y lo divino. Con Nymphomaniac Von Trier se aproxima a los terrenos de maestros como Dreyer o Bergman.

 En cuanto al reparto, debo decir que Von Trier sigue teniendo la facultad de lograr que los actores de sus películas resulten creíbles en situaciones inverosímiles o sencillamente absurdas. Es la gran dirección de actores la que logra que no parezcan convincentes las bizarras historias de este director. En este caso, me convencieron todos pero la que me sobrecogió fue Uma Thurman, magistral. La extraña pareja de dialoguistas formada por Charlotte Gainsbourg y Stellan Skarsgård me resultó más que convincente. Ojito con la joven Stacy Martin, seguro que la volveremos a ver.



 Más allá de la provocativa campaña publicitaria y el escabrosos tema central, Nymphomaniac es muchas otras cosas más que sexo. Tampoco Lars Von Trier es sólo un pirado con ganas de provocar (que también), es un tipo con un talento cinematográfico innegable.

Cuando acabó esta primera parte me quedé ansioso de saber cómo acaba esta fascinante historia. En breve os cuento.

7,5

3 comentarios:

verdu dijo...

La verdad no estaba interesado en esta película pero por tu artículo la voy a ver

Anónimo dijo...

ufff, he leido de todo sobre estas películas (o una sola de 4 horas), desde que era una obra maestra a una gran tomadura de pelo, veo que a ti te ha convencido.

Anónimo dijo...

a mí me encantó, buen cine de un tipo que hace lo que quiere