Hay películas que sólo pueden entenderse desde un punto de vista sociológico, de otra manera no tienen sentido. No son films divertidos, ni siquiera amenos, ni lo pretenden, son films que no buscar hacerte pasar un buen rato, buscan únicamente hacer pensar al espectador.
A veces los hechos mostrados en el film hacen preguntarle al espectador cómo demonios han llegado a ocurrir y qué posibles consecuencias van a tener. Este tipo de cine podría tener como máximo exponente actual a Michael Haneke, experto en mostrar las consecuencias de un hecho no mostrado (y que el espectador debe ir adivinando), sin importarle demasiado si el espectador se aburre o no.
Lo mismo podríamos decir del film griego que nos ocupa. Canino es un interesante experimento destinado a hacer pensar al espectador más allá de lo que muestra pero carece deliberadamente de ritmo. Lo mostrado es una interesante fábula sobre la educación y la sociedad. Unos padres viven en un chalé con sus tres hijos ya adultos, pero los han educado totalmente aislados de la sociedad, en el miedo y la ignorancia, convirtiéndoles en unos niños grandes.
El film narra sus aburridas vidas dentro de una mortal rutina y unos absurdos juegos para pasar el rato. Lo más terrible es la palpable mentira en la que han crecido, todo parece formar parte de un terrible plan para aislar a los niños del mundo exterior (probablemente debido a la pérdida de un hijo mayor). En su universo privado, los padres se inventan el significado de las palabras y les atemorizan con imaginarios gatos asesinos. Una terrible parábola sobre el poder de la educación, el miedo y la alienación.
El ser humano es un ser social y como tal se relaciona con los demás y va desarrollando su personalidad, pero este film ahonda en el abismo de unos personajes desprovistos de su capacidad de relacionarse. Como todo grupo aislando, han creado unas normas de convivencia propias que, vistas desde fuera, resultan bastante chocantes. Algo que sólo el espectador detecta, ya que los personajes no pueden comparar. Pero aún así sienten que debe haber algo más.
Sólo la incursión de un personaje del exterior (para aliviar ciertos irrefrenables instintos), pondrá en peligro la estable existencia de este claustrofóbico micro universo. Tenía que ser Stallone y su Rocky los que desestabilicen este mundo de perfecta mentira.
A mí el film me pareció muy interesante, lleno de esas dobles lecturas que tanto me gustan, pero tan hermético y duro como el mundo que retrata. Por lo tanto, no apto para todo tipo de espectadores.
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