
La primera y la segunda parte de la saga Crepúsculo me parecieron malas y esta tercera me parece casi igual de mala. Los actores son igual de inexpresivos que en las entregas anteriores y la historia es exactamente igual de melosa, pero la peli me ha convencido algo más (poco más, tampoco echemos las campanas al vuelo).
Lo del triangulo amoroso entre humana, vampiro y hombre lobo es lo único salvable del film. Es que en Eclipse no pasa casi nada, todo son escenas insustanciales de personajes que dicen quererse mucho. Yo reconozco que me costó mantenerme despierto durante la primera hora del film, sólo los gritos del público femenino al ver un torso masculino me sacaron del sopor. Menudo susto, pensé que habían entrado en la sala Brad Pitt y Angelina Jolie.
Luego la cosa se anima algo al final con escenas de lucha por ordenador (lástima que los efectos canten tanto) y algún diálogo sobre virginidad y matrimonio. La escena de la tienda de campaña o las conversaciones sobre sexo me resultaron de lo más interesante visto hasta ahora en la saga.
Los personajes y su tratamiento siguen siendo los puntos débiles. Ninguno parece tener el más mínimo interés ni personalidad, les basta con ser guapos. Con tal de embaucar al público femenino parece que es más que suficiente. Kristen Stewart sigue siendo una sosa que sólo sabe mesarse el pelo para expresar preocupación, mientras Robert Pattinson hace que la peli mejore cuando él no sale.
La mano de David Slade (Hard Candy, 30 días de oscuridad) se nota bastante poco, la tensión y la violencia de sus films anteriores no aparecen casi por ningún lado. Más parece que se ha limitado a rodar sin demasiadas ganas un guión ajeno. Aún así Eclipse me parece la mejor de la saga, lo cual no quiere decir que sea buena.
El problema de esta saga es que no quieren mostrar nada desagradable, todo es demasiado empalagoso. Un ejemplo: las transformaciones de humano a lobo pueden ser todo un espectáculo (que le pregunten a John Landis o a Paul Naschy) pero aquí los licántropos se transforman en décimas de segundo, privando a los espectadores del terrible proceso. Pues vaya. Nos conformaremos con las inexpresivas poses de unos vampiros famélicos y abúlicos que se enfrentan a grandes peligros mientras nosotros nos preguntamos qué demonios ven en esta saga sus millones de seguidores.
Sinceramente, el secreto del éxito de esta saga se llama MARKETING, no hay otra explicación. Igual que Hannah Montana o los Jonas brothers, la saga Crepúsculo es un producto de consumo elaborado casi exclusivamente para un público adolescente (que es el que se deja la pasta). Como la comida basura, apetecible para los adolescentes pero insípido para aquellos que ya tenemos una cierta edad.
3,5