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miércoles, 4 de mayo de 2016

Capitán América: Civil war


 Parece que Marvel/Disney se ha decidido finalmente a seguir pos pasos de su rival DC y sus películas están madurando. El tono irónico e intrascendente debía quedar atrás más pronto que tarde para dejar paso a unas tramas más complejas y oscuras. Es la llegada de la madurez a un cine que aspira únicamente a entretener a la vez que entiende que no se puede continuar eternamente repitiendo esquemas (a no ser que hablemos de James Bond). Capitán América: Civil war es la constatación de la intención por parte de Marvel de hacer un cine más adulto (tampoco tanto), un cine menos destinado a los niños y más centrado en conflictos morales y éticos. Ver a los súper héroes partirse el careto a mamporros es un espectáculo de acción y efectos digitales de primera mientras evidencia que no todo es o blanco o negro sino que hay infinitas tonalidades de gris.

 Este film adapta muy libremente la saga Civil War de Mark Millar (que tampoco me parece una maravilla aunque sea de lo más destacable de los últimos tiempos en Marvel) y lo hace de manera solvente. Los hermanos Russo (responsables de Capitán América: Soldado de invierno) repiten formula y entregan un film entretenido a rabiar que apenas deja un minuto de respiro al espectador. A pesar de sus 147 minutos la película se hace amena. Cierto que tiene algunos altibajos y algunas peleas se me antojaron superfluas pero estamos hablando de cine de acción y súper héroes. Por suerte todos los personajes están bastante bien desarrollados y tiene su espacio en el guión. Se ahonda en la relación ente Wanda (Elizabeth Olsen) y Visión (Paul Bettany) y se introduce a personajes como Ant-Man (Paul Rudd, quien salta desde su propia película), Black Panther o al nuevo Spider-Man (el tercero ya). Todos bastante bien integrados en este frenético crisol de tipos en mallas. Se está haciendo imprescindible ver todas las películas Marvel y tenerlas recientes en la memoria ya que uno corre el peligro de no saber de qué demonios están hablando los personajes.

No estamos ante un guión perfecto, ni mucho menos. No logra disipar la sensación de que las escenas de diálogo sean puro relleno hasta la siguiente escena de acción, pero lo hace dignamente. Todas ellas espectaculares y perfectamente rodadas, como era de esperar. La novedad viene en el cambio a ese tono más amargo lleno de luces y sombras. El Capitán América (Chris Evans) es el personaje ideal para representar este cambio. Su vieja moral de la Segunda Guerra Mundial quizás ya no tenga cabida en el complejo mundo actual. Antes los villanos eran fácilmente identificables (los nazis, los rusos) y las intenciones estaban claras por todas las partes. Pero todo aquello cambió, hoy el enemigo no muestra nunca su rostro y es difícilmente identificable. Por cierto, esa Hydra no deja de recordarme a Al-Qaeda. Me gustó también el cambio que sufre el otrora vividor e irresponsable Tony Stark (Robert Downey Jr). Aquí Stark parece tomar conciencia de las repercusiones de sus actos y abandona su característico tono auto suficiente e irónico. Stark parece aceptar que sus actos pueden poner en peligro las vidas de miles de personas inocentes. La lucha por aceptar o no el control gubernamental (en la peli ejercido por Naciones Unidas y no exclusivamente por el gobierno USA) será la espoleta que hará saltar un conflicto que se verá avivado por la obstinación del Capitán América por defender a su antiguo compañero Bucky Barnes (ahora transformado en Winter Soldier). Todo ello manejado entre las sombras por un decepcionante Helmut Zemo (Daniel Brühl). Ocurre que esta vez el villano de la función no está a la altura, ni me creo sus motivaciones ni su plan es mínimamente verosímil. Mejor no buscarle tres pies al gato en este tipo de cine pero lo de este personaje es de traca. Al final sus endebles maquinaciones para enfrentar a los héroes no resultan creíbles por muy buenos resultados que den. Esperemos que el personaje reciba en un futuro el tratamiento que se merece, yo no pierdo la esperanza de verlo con su máscara.

Es en su tercio final cuando el film muestra sus mejores bazas y se pone trágico (tampoco mucho). El cisma entre las filas de súper héroes se hace inevitable y el enfrentamiento tendrá importantes consecuencias aunque creo que les ha faltado valor para llevar las cosas más lejos. Es cine palomitero, al fin y al cabo. La lucha final entre Iron Man y el Capitán América alcanza unas cotas de drama que no se habían visto todavía en el cine de Marvel. Había pocos niños en la sala pero apuesto a que esa escena no les hizo ninguna gracia.
 Otro asunto importante de cara a un futuro ¿Me gustó la introducción del nuevo Spider-man? La verdad es que sí, me parece todo un acierto. Me gustó Tom Holland (Lo imposible) y la forma en la que se ha enfocado el personaje. Cualquier cosa es mejor que aquel Spider-man de Andrew Garlfield. Parece que Sony finalmente ha cedido los derechos a Marvel y ésta ya puede sacar a Spider-Man. Buena noticia. Lo único que me desentonó fue ese flirteo entre Tony Stark y una tía May todavía de buen ver (Marisa Tomei).

Me queda la duda del motivo por el que esta película forma parte de la saga del Capitán América y no de Los vengadores, realmente es más un film de Los vengadores que del Capitán América. Supongo que realmente poco importa y todo es una cuestión de marketing.


Lo dicho, buen entretenimiento algo más maduro de lo habitual.

lunes, 4 de mayo de 2015

Vengadores: La era de Ultrón


 La verdad es que sólo con ironía y nostalgia se puede enfrentar el espectador adulto a estas películas de super héroes en mallas. El cine comercial ha comenzado hace décadas un viaje sin retorno hacia el espectáculo total desprovisto de alma. ¿Llegaremos a un punto en el que una aplicación generará una película digital a medida de los gustos del espectador? ¿Quedará hueco para la sorpresa? ¿Tiene alma el cine del estudio Marvel? No lo sé, pero nosotros tenemos (todavía) nuestro corazoncito.

 Ya tenemos aquí al esperada segunda parte de Los Vengadores. Visto lo bien que han funcionado las últimas entregas de los estudios Marvel, era de esperar que esta nueva entrega no se moviera ni un ápice de la fómula del éxito. Así ha sido. Los vengadores 2 no aporta nada nuevo que no hayamos visto ya, es más de lo mismo pero ampliado. Los fans de los superhéroes Marvel y los fans de este cine de acción saldrán más que satisfechos. No procede pedirles nada más a estas películas. Leñe, que muchos crecimos con estos personajes y hay que reconocer que estas adaptaciones son muy entretenidas. No filosofemos más, por favor.

 Hagamos un poco de historia. La bancarrota a la que parecía destinada la editorial Marvel a mediados de los años 90 le obligó a vender los derechos de algunos de sus personajes a los grandes estudios cinematográficos para su explotación. Así, Fox compró los derechos de los mutantes (X-men) y los 4 Fantásticos.  Por su parte, Sony compró los derechos de Spider-man. Sin embargo, el éxito de las adaptaciones realizadas por los grandes estudios hizo que Marvel (una vez saneadas sus cuentas) se lanzara a la explotación del catálogo de personajes que aún retenía. Todo ello nos lleva a que hoy Sony sigue explotando Spider-man de forma rastrera y Fox ataca una vez más con otro film sobre los 4 Fantásticos. Finalmente, Marvel ha decidido cancelar la publicación de los cómics de los 4 Fantásticos tras más de 50 años, parece que la bajada de ventas y la imposibilidad de rentabilizar la serie en futuras películas han sido decisivas. Amén que hacerle publicidad a otro estudio no debía hacerles mucha gracia. Seamos francos, ya antes de caer en manos de Disney, Marvel se ha convertido en un estudio de cine para el cual la publicación de cómics es un negocio secundario.
 Sin embargo, lo más sangrante y llamativo para el espectador es que algunos personajes tienen los derechos compartidos entre Fox y Marvel. Así, Quicksilver apareció en X-men Días del futuro pasado (siendo lo más divertido del film) y también aparece en esta Los Vengadores 2. Como Fox tiene el derecho de explotación de todos los mutantes, Quicksilver no es un mutante sino un mejorado (ojito a la artimaña). Lo mismo ocurre con su hermana Wanda (La bruja escarlata), aquí ambos no son mutantes ni hijos de Magneto (ya que éste también es un mutante y no se le puede ni nombrar en una peli Marvel).
 El guión de La era de Ultrón no es gran cosa pero tiene los suficientes elementos de humor, ironía e incluso emoción como para hacernos sentir otra vez como cuando leíamos las historias de estos personajes siendo unos críos. De hecho, el público infantil y juvenil es el target mayoritario de Marvel y su mayor logro es que los adultos también podamos disfrutar de sus películas. Hay mucha pelea, mucho ego y algo de sensiblería para que los héroes no parezcan meras máquinas de luchar. Tony Stark sigue siendo el pilar angular del grupo pero el resto de personajes gana protagonismo haciendo que el conjunto resulte bastante equilibrado. Todos tienen su momento para lucirse y me gustó el trato que se dispensa a secundarios como La viuda negra, Ojo de Halcón o el doctor Banner.
Lamentablemente, el villano de la fución no está a la altura de lo esperado. Más allá de su primera aparición, Ultrón resulta un villano un tanto endeble y poco terrorífico. Su amenaza sobre el planeta tierra no hay quien se la tome en serio, la verdad. Una lástima. Ya sabemos que el villano es fundamental en este tipo de cine y aquí no ha estado a la altura. Tampoco entiendí la necesidad que tiene Ultrón de mover los labios para hablar (¿no era un robot?). Me pareció mucho más atractivo el personaje de Wanda, por sus poderes y su apariencia, que el de Ultrón. Me gustó también el tratamiento del personaje de Visión, la verdad es que Paul Bettany es clavadito al personaje.

  La era de Ultrón funciona a las mil maravillas si lo que buscas es acción a raudales. Los vengadores 2 es una montaña rusa que una vez que no deja ni un segundo de respiro al espectador. Por momentos me recordó a Transformers (esa lucha entre Iron man y Hulk parece rodada por un Michael Bay hasta arriba de ácido) y a Fast & the furious. Estas tres sagas son claros exponentes del cine de acción moderno, un cine al que no hay que exigirle nada más allá de la acción sin freno. Nada de filosofar sobre el origen y la deriva del ser humano, no procede. Esto es cine de consumo inmediato. Obviamente, yo prefiero Los vengadores aunque sólo sea por el cariño que les tengo a los personajes.
Esta vez no había que contar cómo se forma el grupo y el guión se permite desarrollar las relaciones interpersonales entre los vengadores. Sigue habiendo piques y peleas entre ellos que harán las delicias de los espectadores. Nos se traiciona nada de lo mostrado en las anteriores películas de Marvel y las tramas están bien integradas. Se habla de personajes ya vistos en las películas de Thor, Iron Man o El capitán América dando la sensación de que estamos realmente en un universo cohesionado.
El film sufre un claro parón pasada la mitad del metraje (la granja) pero creo que le viene bien para que el espectador recupere el aliento y los personajes puedan reflexionar. La cosa no es grave, es un paso atrás para coger carrerilla hacia un final simplemente tan absurdo como grandioso y estridente.

  El director Joss Whedon cumple una vez más y ofrece un espectáculo vibrante  y apabullante. Su estilo narrativo no presenta aquí ninguna novedad. El tipo no ha inventado nada pero al menos no estropea la historia que tiene entre manos. La peli se ve sin problemas y sus 142 minutos no se me hicieron pesados en ningún momento, tampoco las batallas me parecieron eternas ni difíciles. El apartado técnico tiene el mérito de incorporar a decenas de personajes interactuando con miles de efectos especiales y que la cosa no quede incomprensible. Obviamente se han gastado mucho más dinero en efectos que en un buen guión. Sí me molestaron un poco el abuso de la cámara lenta y alguna fantasmada pero sin llegar nunca a lastrar el film.

Reconozco que quizás me estoy haciendo mayor para este tipo de cine tan frenético, salí de la sala de cine aturdido pero satisfecho. No me esperaba nada más ni nada menos de lo que esta película me ha dado. Un film ideal para desconectar y volver a sentirnos como un niño.

domingo, 30 de octubre de 2011

Margin call




Margin call nos sitúa en las primeras 24 horas de la crisis financiera y económica que nos atenaza. En un banco de inversiones empiezan a despedir empleados pero uno de ellos acaba de hacer un terrible descubrimiento que hará temblar los cimientos de Wall Street y la economía mundial.



 La maldita crisis nos va dejar al menos una cosa positiva: un puñadito de buenas películas sobre el tema. Margin call es un buen thriller económico inspirado en la quiebra de Lehman Brothers, el primer indicio de que algo olía muy mal en la economía mundial. Cuando el barco hace aguas, las ratas son las primeras en darse cuenta y en salir corriendo. Justo en ese momento es en el que nos sitúa este film. Si prefieres pensar que la crisis actual ha sido una cosa inevitable y sin culpables, no veas este film. La avaricia de unos pocos va a llevar a la ruina a millones. De esto habla Margin call.
Margin call no intenta ser un film didáctico para que el espectador entienda qué es lo que ha provocado la crisis. Sólo transcurridos 40 minutos un personaje explica en lenguaje de la calle lo que ha sucedido, cosa que es de agradecer.  Por cierto, en un cínico diálogo se acusa a los consumidores de a pie de ser en buena parte responsables de la crisis, comprando sin parar cosas que no podíamos pagar y con las que nos endeudamos más de la cuenta. ¿Os suena de algo?

 Margin call se disfruta bastante gracias a un preciso guión y las interpretaciones de gente tan solvente como Kevin Spacey, Stanley Tucci o Jeremy Irons. Por cierto, mi odiada Demi Moore está correcta en su papel, hace bien en alejarse en sus típicos personajes de mujer fatal. También Paul Bettany está bien alejado de sus típicos papeles de villano.
De todos los personajes, el film intenta que nos identifiquemos con Sam, interpretado por Kevin Spacey. Es un tipo que lleva 34 años en la firma y le ha sido siempre fiel. Él avisó de los peligros que corría la firma pero nadie le hizo caso. Pero el mundo que Sam conoce está agonizando, como su perro. La vida sigue y el viejo mundo hay que enterrarlo y sacar tajada si es posible. Al final, Sam colaborará en expandir la basura financiera por todo el mundo, en contra de sus principios pero a favor de su beneficio personal. Es tan egoísta como el resto aunque no quiera reconocerlo.
Margin call no es tan irónica como Wall street 2 ni tan demoledora con Inside job, pero es una interesante mirada sobre la crisis y quienes la generaron.

6,5



miércoles, 5 de enero de 2011

The tourist


Que no nos engañen, a veces vas al cine a ver una peli y resulta que lo que se proyecta es un publireportaje. Esto es lo que pasa con The tourist, no es una película, es un anuncio de hora y media. Un medio de propaganda de sus dos estrellas protagonistas.



Todo el film es un continuo publireportaje de lo elegante, bella, sofisticada y delgada que es Angelina Jolie (Salt, Wanted, El intercambio). La chica sale mona pero está como ausente toda la película, como pensando en el nombre que va a poner a su nuevo hijo adoptado o en qué gastarse la pasta que iba ganar con este anuncio de Martini. A su actuación en The tourist se le puede llamar de todo menos interpretar. Por su parte Johnny Depp, quien por una vez se aleja de sus típicos papeles de tipo raro gesticulante, intenta actuar pero se hunde sin remedio en las aguas del gran canal veneciano. Su química con la Jolie es más bien nula, la verdad, más parecen repelerse que atraerse. Ambos son el mayor reclamo comercial del film y su mayor lastre. La escena en la que se conocen en el tren es realmente sonrojante por lo mal escrita e interpretada que está. A mí me provocó vergüenza ajena.

El problema se agrava cuando detrás del anuncio no hay una trama creíble ni nada que valga la pena. La historia no engancha en ningún momento ni consigue captar la atención del espectador más allá de los contoneos de las famélicas caderas de la Jolie y los (ridículos) intentos de Johnny Depp por parecer creíble. Todo en este film es fallido, un despropósito sin sentido que intenta ser un thriller de espías y se queda en una patochada. Una mala copia de Extraños en un tren y Charada, pero rodada sin ganas y sin ni siquiera la décima parte del talento. No hay ritmo, no hay tensión, no hay guión, no hay nada de nada.

Dicen que este anuncio caro lo ha dirigido el alemán Florian Henckel-Donnersmarck, responsable de la estupenda La vida de los otros, pero yo creo que rodó The tourist estando dormido. El brío narrativo mostrado en su primer film no aparece aquí por ningún lado. Supongo que habrá aceptado el encargo por el suculento cheque, yo también lo hubiera hecho.
La ciudad de Venecia sirve de fondo para las sosas escenas entre las dos estrellas, pero no brilla todo lo que debiera. Venecia no sale tan guapa como la Jolie.
Luego se quejan de que la gente no va al cine a ver una película ni aunque la protagonicen dos de las estrellas más taquilleras del momento. Puede que el film sea un taquillazo en las primeras semanas (antes que el boca a boca se extienda), pero así el cine no saldrá de la crisis. Con bodrios así no hay manera.

Al fondo de la laguna con ella.

3

martes, 8 de junio de 2010

LEGIÓN


Pues otra peli más de personajes encerrados en un establecimiento sin poder salir. Que no nos engañe la publicidad, esta peli no va realmente de ángeles que cumplen las ordenes de Dios de exterminar a la raza humana (vaya argumento más retorcido), va de personajes atrapados luchando por supervivir.


La peli tiene un muy buen comienzo y varias escenas más que aceptables para todo aficionado al terror (la adorable ancianita, el vendedor de helados, el niño) mientras se ciñe a los cánones del cine de terror moderno. Pero va perdiendo fuelle conforme pasan los minutos y la trama religiosa se va apoderando del film. Concretamente, el duelo final entre los dos ángeles queda bastante ridículo (¿necesita un ángel una maza con motor?), aporta muy poco y resulta bastante previsible. También es fácil de adivinar qué personajes y en qué orden van a ir cayendo.
Es una pena que un film que podría aspirar a ser una digna serie B se quede en un mero intento. Yo hubiera tirado por la vía claustrofóbica en vez de tantas escenas de tiroteo y acción a lo Matrix (algunas un tanto forzadas).

Por cierto, no tengo muy claro si ha sido a posta, pero en varios momentos el film me recordó mucho a Terminator (el niño que debe nacer, el enviado para protegerlo y su forma de aparecer, la escena del coche), supongo que habrá sido un velado homenaje.

Supongo que Dennis Quaid se ve obligado a participar en films de serie B intentado subir de categoría (Pandorum), parece que no lo va a lograr en breve. Tampoco Paul Bettany va a alcanzar el estrellato con su papel de ángel rebelde pero el tipo le da bastante credibilidad a su personaje

Lo dicho, durante su primera mitad apunta buenas maneras, pero luego flojea.

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