Mostrando entradas con la etiqueta Mark Ruffalo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mark Ruffalo. Mostrar todas las entradas

jueves, 3 de mayo de 2018

Vengadores: Infinity War



Infinity War es un entretenimiento perfecto. El crossover definitivo del cine de Marvel. Dicho de otra manera, el paradigma de lo que debería ser el cine de superhéroes. 

lunes, 6 de noviembre de 2017

Thor Ragnarok


La tercera película sobre el dios del trueno es de lejos la mejor y la más divertida de todas. Ya no hace falta presentar al personaje ni ubicarlo en el universo Marvel. Para esta tercera película han optado por seguir el ejemplo que tan buenos resultados les dio Guardianes de la galaxiaVía libre a la comedia, la ironía y la auto parodia.

domingo, 28 de febrero de 2016

Spotlight

 
Viendo Spotlight me vino a la mente aquella excelente serie sobre periodistas llamada Lou Grant. Dicha serie tuvo un serio problema cuando con un episodio en el que abordaba el abandono y el desprecio sufrido por los veteranos de Vietnam a cargo de las instituciones y la sociedad en general. El episodio en concreto mostraba cómo a los veteranos se les trataba como parias en su propio país, habían ido a luchar a una guerra que muchos no consideraban justa y encima volvieron como perdedores. Lou Grant no era únicamente una serie sobre periodista sino que la misma serie tenía el espíritu combativo que se supone que debe tener el periodismo. Por cierto, el mismo tema de los veteranos fue tratado en Acorralado (First blood), la primera película sobre Rambo de Stallone, quien pronto se olvidó de la crítica del sistema y pasó a alabarlo pegando tiros contra los comunistas.
En mi opinión, el periodismo debe ser siempre incómodo para el poder. En su búsqueda de la verdad debe ser riguroso e inflexible. Sin embargo, todos somos humanos y la objetividad e imparcialidad absolutas son meras ilusiones. En verdad, el periodismo debería ser el cuarto poder, consistente en sacar a relucir los trapos sucios de los otros poderes (legislativo, ejecutivo y judicial).
El caso en el que se inspira Spotlight es un perfecto ejemplo de investigación periodística, por ello ganó el prestigioso premio Pulitzer. No es que los periodistas descubrieran una compleja trama sepultada bajo siete velos de misterio y corrupción política. Simplemente pusieron de manifiesto una verdad que muchos conocían y nadie quería señalar. Sigue siendo sorprendente cómo el incesante goteo de casos de pederastia que se había producido durante décadas dentro de la iglesia católica de Boston no había llegado a la luz pública. Sólo había que poner todos los datos juntos y tomar distancia para ver el conjunto.
Spotlight es buen cine de periodistas que sigue la estela de la genial Todos los hombres del presidente. Haciendo gala de un envidiable pulso que va creciendo progresivamente y sin grandes alardes ni trucos narrativos, Spotlight va tirando de la madeja de forma magistral. Con un ritmo pausado pero inflexible, el film va cogiendo carrerilla y se llega  a hacer apasionante. Algo realmente sorprendente si pensamos que el máximo responsable de esta película es un tipo que ha pasado sin pena ni gloria como actor, escritor y director, hasta la fecha. Thomas McCarthy ha sido un mediocre actor y un guionista del montón que solamente llamó algo la atención en circuitos independientes con aquella bienintencionada cinta llamada The visitor. Por suerte para todos, con Spotlight se revela como un escritor y director a tener en cuenta. Su film no tiene alardes de ningún tipo ni inventa nada, pero lo que hace lo hace bien, muy bien.

Me resultó reconfortante que dentro del guión de McCarthy no hay un villano claro, sí hay víctimas y encubridores pero no hay una visible cara a la que podamos identificar como el malo de la película. No hay un único culpable, no hay un rostro al que odiar. Es un villano invisible de decenas de caras que se sirve del miedo para tapar sus fechorías. El mal no tiene cara en Spotlight, es todo el sistema el que ha colaborado de una u otra manera.Parece que hoy en día ciertos pilares de la sociedad americana siguen siendo intocables. Acertadamente, tampoco los periodistas son representados como héroes de ningún tipo. Ese enfoque junto las interpretaciones del coral elenco de actores son las mayores bazas de Spotlight. Tanto Michael Keaton como Rachel McAdams o Marc Ruffallo están perfectos, no es que sus interpretaciones requieran de grandes esfuerzos físicos ni desplieguen todo un muestrario de emociones, pero resultan veraces. También el siempre más que cumplidor Stanley Tucci y Liev Schreiber componen unos personajes a la altura.

Buena película.

lunes, 4 de mayo de 2015

Vengadores: La era de Ultrón


 La verdad es que sólo con ironía y nostalgia se puede enfrentar el espectador adulto a estas películas de super héroes en mallas. El cine comercial ha comenzado hace décadas un viaje sin retorno hacia el espectáculo total desprovisto de alma. ¿Llegaremos a un punto en el que una aplicación generará una película digital a medida de los gustos del espectador? ¿Quedará hueco para la sorpresa? ¿Tiene alma el cine del estudio Marvel? No lo sé, pero nosotros tenemos (todavía) nuestro corazoncito.

 Ya tenemos aquí al esperada segunda parte de Los Vengadores. Visto lo bien que han funcionado las últimas entregas de los estudios Marvel, era de esperar que esta nueva entrega no se moviera ni un ápice de la fómula del éxito. Así ha sido. Los vengadores 2 no aporta nada nuevo que no hayamos visto ya, es más de lo mismo pero ampliado. Los fans de los superhéroes Marvel y los fans de este cine de acción saldrán más que satisfechos. No procede pedirles nada más a estas películas. Leñe, que muchos crecimos con estos personajes y hay que reconocer que estas adaptaciones son muy entretenidas. No filosofemos más, por favor.

 Hagamos un poco de historia. La bancarrota a la que parecía destinada la editorial Marvel a mediados de los años 90 le obligó a vender los derechos de algunos de sus personajes a los grandes estudios cinematográficos para su explotación. Así, Fox compró los derechos de los mutantes (X-men) y los 4 Fantásticos.  Por su parte, Sony compró los derechos de Spider-man. Sin embargo, el éxito de las adaptaciones realizadas por los grandes estudios hizo que Marvel (una vez saneadas sus cuentas) se lanzara a la explotación del catálogo de personajes que aún retenía. Todo ello nos lleva a que hoy Sony sigue explotando Spider-man de forma rastrera y Fox ataca una vez más con otro film sobre los 4 Fantásticos. Finalmente, Marvel ha decidido cancelar la publicación de los cómics de los 4 Fantásticos tras más de 50 años, parece que la bajada de ventas y la imposibilidad de rentabilizar la serie en futuras películas han sido decisivas. Amén que hacerle publicidad a otro estudio no debía hacerles mucha gracia. Seamos francos, ya antes de caer en manos de Disney, Marvel se ha convertido en un estudio de cine para el cual la publicación de cómics es un negocio secundario.
 Sin embargo, lo más sangrante y llamativo para el espectador es que algunos personajes tienen los derechos compartidos entre Fox y Marvel. Así, Quicksilver apareció en X-men Días del futuro pasado (siendo lo más divertido del film) y también aparece en esta Los Vengadores 2. Como Fox tiene el derecho de explotación de todos los mutantes, Quicksilver no es un mutante sino un mejorado (ojito a la artimaña). Lo mismo ocurre con su hermana Wanda (La bruja escarlata), aquí ambos no son mutantes ni hijos de Magneto (ya que éste también es un mutante y no se le puede ni nombrar en una peli Marvel).
 El guión de La era de Ultrón no es gran cosa pero tiene los suficientes elementos de humor, ironía e incluso emoción como para hacernos sentir otra vez como cuando leíamos las historias de estos personajes siendo unos críos. De hecho, el público infantil y juvenil es el target mayoritario de Marvel y su mayor logro es que los adultos también podamos disfrutar de sus películas. Hay mucha pelea, mucho ego y algo de sensiblería para que los héroes no parezcan meras máquinas de luchar. Tony Stark sigue siendo el pilar angular del grupo pero el resto de personajes gana protagonismo haciendo que el conjunto resulte bastante equilibrado. Todos tienen su momento para lucirse y me gustó el trato que se dispensa a secundarios como La viuda negra, Ojo de Halcón o el doctor Banner.
Lamentablemente, el villano de la fución no está a la altura de lo esperado. Más allá de su primera aparición, Ultrón resulta un villano un tanto endeble y poco terrorífico. Su amenaza sobre el planeta tierra no hay quien se la tome en serio, la verdad. Una lástima. Ya sabemos que el villano es fundamental en este tipo de cine y aquí no ha estado a la altura. Tampoco entiendí la necesidad que tiene Ultrón de mover los labios para hablar (¿no era un robot?). Me pareció mucho más atractivo el personaje de Wanda, por sus poderes y su apariencia, que el de Ultrón. Me gustó también el tratamiento del personaje de Visión, la verdad es que Paul Bettany es clavadito al personaje.

  La era de Ultrón funciona a las mil maravillas si lo que buscas es acción a raudales. Los vengadores 2 es una montaña rusa que una vez que no deja ni un segundo de respiro al espectador. Por momentos me recordó a Transformers (esa lucha entre Iron man y Hulk parece rodada por un Michael Bay hasta arriba de ácido) y a Fast & the furious. Estas tres sagas son claros exponentes del cine de acción moderno, un cine al que no hay que exigirle nada más allá de la acción sin freno. Nada de filosofar sobre el origen y la deriva del ser humano, no procede. Esto es cine de consumo inmediato. Obviamente, yo prefiero Los vengadores aunque sólo sea por el cariño que les tengo a los personajes.
Esta vez no había que contar cómo se forma el grupo y el guión se permite desarrollar las relaciones interpersonales entre los vengadores. Sigue habiendo piques y peleas entre ellos que harán las delicias de los espectadores. Nos se traiciona nada de lo mostrado en las anteriores películas de Marvel y las tramas están bien integradas. Se habla de personajes ya vistos en las películas de Thor, Iron Man o El capitán América dando la sensación de que estamos realmente en un universo cohesionado.
El film sufre un claro parón pasada la mitad del metraje (la granja) pero creo que le viene bien para que el espectador recupere el aliento y los personajes puedan reflexionar. La cosa no es grave, es un paso atrás para coger carrerilla hacia un final simplemente tan absurdo como grandioso y estridente.

  El director Joss Whedon cumple una vez más y ofrece un espectáculo vibrante  y apabullante. Su estilo narrativo no presenta aquí ninguna novedad. El tipo no ha inventado nada pero al menos no estropea la historia que tiene entre manos. La peli se ve sin problemas y sus 142 minutos no se me hicieron pesados en ningún momento, tampoco las batallas me parecieron eternas ni difíciles. El apartado técnico tiene el mérito de incorporar a decenas de personajes interactuando con miles de efectos especiales y que la cosa no quede incomprensible. Obviamente se han gastado mucho más dinero en efectos que en un buen guión. Sí me molestaron un poco el abuso de la cámara lenta y alguna fantasmada pero sin llegar nunca a lastrar el film.

Reconozco que quizás me estoy haciendo mayor para este tipo de cine tan frenético, salí de la sala de cine aturdido pero satisfecho. No me esperaba nada más ni nada menos de lo que esta película me ha dado. Un film ideal para desconectar y volver a sentirnos como un niño.

miércoles, 1 de abril de 2015

Foxcatcher


  La anterior película del director Bennet Miller, Moneyball, no estaba mal pero tampoco era ninguna maravilla, pasable. Creo que le di un 5. Tampoco su film Capote me produjo ninguna sensación, me dejó bastante frío más allá de la excelente interpretación de Philip Seymour Hoffman. Ahora Miller regresa con otra historia sobre deporte, Foxcatcher.

 Foxcatcher habla de deportistas olvidados tras ganar una medalla de oro en las olimpiadas. Los éxitos deportivos no garantizan poder pagar la hipoteca. Lo privado suple las carencias de lo público. Grandes atletas que no son nada fuera de su deporte y no se les reconoce su esfuerzo, son héroes nacionales que pronto son olvidados, máxime en deportes minoritarios que no arrastran masas ni generan grandes beneficios.

 Pero más que de deporte, Foxcatcher trata el tema de las relaciones familiares. Mientras Mark vive bajo la sombra de su hermano e intenta escapar de ella y demostrar que puede triunfar por si mismo, el personaje de John du Pont vive en una jaula de oro bajo la sombra de su madre de la que no ha podido independizarse. Ni todo el dinero del mundo pueden librarse de los juicios y el desprecio de su madre. John intentará por todos los medios llevar su propia vida y demostrarle a su madre que puede triunfar por sí solo. Los traumas familiares de Mark y John entrarán en conflicto al entrar en juego Dave, el hermano de Mark. El film establece un curioso triángulo en el que parece que todos buscan el mismo objetivo (ganar la medalla de oro en las olimpiadas) pero por motivos distintos. Quizás el film se resienta algo del abrupto final (como El Francotirador de Eastwood), pero la historia real tuvo el final que tuvo (y no voy a desvelar).

 La película tiene una peculiar mirada de los personajes. A mi el estilo narrativo frío y distante de Bennett Miller me pareció un tanto desesperante. Es una historia bizarra contada de forma sobria, demasiado sobria y solemne. Tanto que está a punto de sepultar el drama bajo su distante y gélida forma de contar la historia.

 Hay que destacar la asombrosa transformación física de los protagonistas. Mark Ruffalo y Channing Tatum parecen auténticos luchadores profesionales y están en los mejores papeles de su carrera. Por su parte, Steve Carell realiza un excelente trabajo a pesar de las prótesis y el maquillaje. Un gran trabajo de contención actoral, sin histrionismos ni muecas sobretodo si pensamos que la carrera de Carell se ha desarrollado en la comedia.

 En resumen, una película aceptable que no me acabó de entusiasmar.

5'5

sábado, 26 de febrero de 2011

Los chicos están bien (The kids are all right)


Otra película que nos intentan vender como una comedia y no lo es. Una comedia es una película cuya principal misión es hacer reír (o divertir) al espectador a base de situaciones cómicas. Pero The kids are all right no tiene esa finalidad. Es un drama sobre una familia con algún toque de comedia (algún chiste aislado y alguna situación curiosa) pero no es una comedia por mucho que los protagonistas se rían en el cartel de la película.




La peli retrata una familia formada por dos lesbianas y sus dos hijos, una familia aparentemente feliz que se empezará a tambalear cuando aparezca en escena el donante de esperma que hizo posible la maternidad. La peli usa esta trama para retratar fielmente a una familia y todas sus inseguridades. Los niños ya se han hecho mayores y todo el esfuerzo en educarlos puede irse al traste arrastrando de camino la relación de pareja.

La película está bien, sin ser ninguna maravilla, el guión retrata a una pareja homosexual de forma realista, sin estereotipos ni buscar el chiste fácil. Los papeles de las protagonistas están muy bien escritos, se nota que están basados o inspirados en personajes reales. Ya de paso el film plantea interesantes temas como la paternidad, la vida en pareja, la fidelidad, la identidad sexual, la educación de los hijos, etc. Temas de sobra interesantes que aquí sirven para elaborar un buen film.
Supongo que esta película puede seguir la estela de films como Juno, Entre copas o American Beauty, films que rebuscan entre las miserias de la familia americana pero esta vez no consigue conmover al espectador. Todo el film tiene un agradable aire de cine independiente que huye de los tópicos pero que tampoco pretende grandes logros. Le basta con narrar eficientemente la historia de una familia, algo que logra perfectamente. Al guión quizás le falte ese algo que la convierta en una gran película, pero quizás no lo necesite.

Puede que sea el film independiente del año y que las presiones de ciertos lobbys la encumbren hacia los Oscars pero la sencillez de su propuesta es un arma de doble filo. Es un film interesante, bien escrito e interpretado (que tiene mucho mérito hoy en día) pero nada más. A la dirección de Lisa Cholodenko quizás le falto algo de garra, se mantiene en un tono distante, neutro, que no acaba de divertir ni emocionar al espectador todo lo que uno se espera. Hay algunos momentos que podrían haber sido bastante más intensos en unas manos más hábiles.

Las interpretaciones de Annette Bening y Julianne Moore (devoción siento yo por esta señora) son simplemente sobresalientes. Ambas actrices están perfectamente creíbles como lesbianas de mediana edad, unos personajes muy alejados del falso lujo y glamour habitual del cine de Hollywood. Probablemente Annette Bening se lleve el Oscar, pero yo creo que Natalie Portman se lo merece más. Por su parte, la joven Mia Wasikowska (Alicia en el país de las maravillas) me sorprendió gratamente.

Bien hecha y perfectamente interpretada pero te deja algo frío.

6

lunes, 1 de marzo de 2010

Shutter Island




Martin Scorsese me parece uno de los pocos maestros del séptimo arte que aún siguen en activo aunque últimamente no haya estado muy acertado. Sus películas siempre son interesantes pero parece haber adquirido esa peligrosa tendencia a inflar sus películas con excesivo metraje. Tanto Gangs of New York como el Aviador me parecieron películas algo fallidas, la cosa mejoró bastante con Infiltrados pero en Shutter Island la excesiva duración vuelve a ser un lastre que acaba por no dejar despegar al film.
Shutter Island empieza francamente bien, Scorsese demuestra su experiencia y su talento en una primera hora realmente electrizante. Nos plantea un fascinante misterio en un lugar amenazante, una isla prisión para presos dementes. La puesta en escena es casi terrorífica y los actores están realmente bien. Pero pronto la historia da un giro inesperado (y no será el primero), de un film de detectives se torna en un enrevesado thriller psicológico con toques a lo Hitchcock (Recuerda puede ser la influencia mayor). Las inquietantes escenas oníricas son cada vez más frecuentes y el espectador se ve atrapado en una pesadilla de la que no ve salida. Me gustaron mucho las ensoñaciones del protagonista (el apartamento, el oficial nazi, las alambradas), realmente bellas a la vez que terribles.


Desde luego, Scorsese lleva perfectamente las riendas del film y sabe elaborar todo un complejo laberinto en el que realidad y ficción son casi inseparables. La mencionada influencia de Hitchcock (patente en el plano de la ducha o en las escaleras del faro) ayuda a crear ese ambiente irreal que poco a poco va apoderándose de la cinta. El guión va dejando pistas para que el espectador vaya formulándose sus propias hipótesis (acertadas o no), pero al final el espectador acaba algo cansado. Es una pena que una muy buena película se haga pesada hacia el final, estropeando todo el conjunto. Puede que se deba aque han sido demasiado fieles a la novela y ya sabemos que el ritmo narrativo no es el mismo en literatura y cine.
En especial creo que le sobra alguna escena cercana al final (la conversación en el jeep, el lago), creo que no son necesarias y provocan cierto tedio entre el público (en la sala pude ver algunos relojes que se encendían y oír algunos bostezos).

138 minutos son excesivos para este tipo de películas en las que nunca sabes qué es real y qué es imaginario. Carretera perdida, El corazón del ángel o La escalera de Jacob son buenos ejemplos de films que te sumergen en una pesadilla. Pero lamentablemente Shutter Island consigue sumirte en el aburrimiento en su último tramo debido a esas escenas reiterativas que realmente no aportan nada a la trama.

En cuanto a los actores, creo que Leonardo DiCaprio demuestra una vez más que es un buen actor (muy alejado de la estrella juvenil que era hace unos años), que consigue salir airoso con su complicado personaje. Igualmente Mark Ruffalo (Zodiac), Ben Kingsley (Transsiberian) y Max Von Sydow (El séptimo sello) están bastante correctos. A destacar la presencia de los siempre intrigantes Jackie Earle Haley (el Rorscharch de Watchmen y el nuevo Freddy Krueger) y Elias Koteas (Crash, Exorcismo en Connecticut).

Un recorte en el metraje le hubiera hecho mucho bien a este film y lo hubiera alzado al Olimpo de las grandes películas de su autor.
Aún así, creo que sólo por su primera hora y media de terror gótico vale la pena.
7

sábado, 19 de diciembre de 2009

Donde viven los monstruos (Where the Wild Things Are)


Spike Jonze (Cómo ser John Malkovich, El ladrón de orquídeas) adapta el cuento de Maurice Sendak en el que un niño llega a un poblado habitado por extrañas criaturas que lo tomarán por su rey.


Los avances y las imágenes promocionales de esta peli eran prometedores pero en eso nos hemos quedado. Cuando hemos abierto el caramelo, ha resultado que el envoltorio era mucho mejor que el contenido.

La peli empieza francamente bien, Jonze demuestra saber combinar imagen y sonido de una forma muy particular (cercana a sus originales video clips para Bjork o Beastie boys) creando momentos de gran intensidad. La estupenda banda sonora de Carter Burwell y las bonitas canciones de Karen O ayudan a crear esa atmósfera tan especial. Los imaginativos apartados visual y técnico son igualmente destacables. La escena del iglú me pareció genial, pasando de la alegría a la desesperación en apenas un salto. Jonze consigue introducirnos en el mundo del niño protagonista, Max , y toda su problemática infantil: soledad, incomprensión, etc. Hasta aquí la cosa va muy bien.

Pero cuando se supone que se debe poner la cosa interesante (cuando el niño llega al país de fantasía) es cuando el castillo de naipes se va al suelo. Jonze retrata a los monstruos no como seres de mente infantil, sino como adultos con sus respectivos problemas y defectos: son egoístas, crueles, violentos, envidiosos, neuróticos o caprichosos, dando una visión realista (casi trágica) de un mundo de fantasía. Una visión que sólo Jonze podría atreverse a mostrar. De hecho el film tiene mucho más de drama que de cuento. Es un drama en un mundo de fantasía.


Los monstruos y sus complejas relaciones sociales son realmente interesantes pero Jonze no sabe desarrollarlos. El ritmo se ralentiza, tanto que el espectador pronto pierde el interés. El film no narra nada destacable ni logra que nos identifiquemos con los personajes y el sopor asoma peligrosamente durante buena parte del metraje.

Creo sinceramente que este tipo de propuestas funcionaron mejor en la reciente Coraline o incluso en El señor de las moscas, a ambas creo que se parece algo este film. Por cierto, esperemos que Tim Burton no nos defraude con su Alicia en el país de las maravillas.


Lo mejor de Donde viven los monstruos es el descubrimiento de Max Records, un crío con una cara muy expresiva y que lleva el peso de toda la peli, pensemos que casi todo el resto de personajes son peluches de 2 metros y que Max no se quita el puñetero traje de gato en toda la peli. Por su parte Catherine Kenner y Mark Ruffalo hacen lo que pueden pero salen bastante poco.


Desde luego Spike Jonze tiene mérito al no venderse al cine comercial pero su película no es ni de lejos un cuento infantil y aburre a los adultos. Es un experimento lleno de elementos interesantes que da como resultado un tostón de cuidado. Me ha recordado al anuncio aquel de “la potencia sin control no sirve de nada”, pues lo mismo, oiga, que sin un buen guión y buen ritmo todo lo demás se va al traste. Una pena.

4,5

miércoles, 25 de marzo de 2009

A CIEGAS (Blindness)




En una ciudad surge una aterradora epidemia, sus habitantes empiezan a quedarse ciegos.



Dice el budismo que los sentidos nos distraen de lo verdaderamente importante de la vida. Perdemos el tiempo en nuestras vidas en cosas bastante banales como la belleza o la vanidad, mientras nos perdemos otras mucho más relevantes.

Algo parecido nos quiso decir el escritor portugués José Saramago en su novela Ensayo sobre la ceguera. Adaptarla al cine me parecía un trabajo casi imposible, pero creo que el brasileño Fernando Meirelles (autor de la maravillosa Ciudad de Dios y El jardinero fiel) ha realizado un buen trabajo. Su peli se ve con interés, tiene buen ritmo y nunca llega a aburrir.

Al igual que en la reciente película La niebla, los personajes quedan encerrados en un reducido espacio, obligados a permanecer allí por una fuerza exterior. Con el paso del tiempo las personas irán adoptando roles dentro del grupo produciéndose inevitablemente confrontaciones.
La película traza toda una metáfora sobre la sociedad actual, los infectados crearán sus propias normas y acabarán creando un mundo propio. Mundo en el que repetirán las mismas injusticias del mundo real que conocemos. Muchos se aprovecharán de su superioridad física para someter y abusar de los demás. Todo un reflejo de la historia de la humanidad.

Para mí, los infectados más aterradores del cine son los ciegos de esta película, más que cualquier zombie de ninguna peli de terror. Los ciegos de este film son más aterradores porque son mucho más cercanos y reales.

Considero un acierto haber mantenido muchos aspectos pesimistas de la novela, aunque sean especialmente desagradables o incómodos de ver. El mensaje de la novela no es nada optimista, así que la peli tampoco debía serlo. Al igual que pasa con Watchmen, muchos de los aciertos de la peli ya están en el material en el que se basa, pero en este caso no se desperdician.

Así mismo opino que el hecho de que tampoco en el film sepamos el nombre de ningún personaje ayuda a ambientarnos en el desarrollo de la trama.


La fotografía está muy lograda, sobretodo en los momentos en los que se simula la ceguera (a base de planos desenfocados y luz intensa), momentos que pueden llegar a agobiar bastante al espectador.

El peso del film cae sobre los hombros de Julianne Moore, quien realiza una interpretación impresionante de un personaje muy complejo. El resto de actores están bien, Mark Ruffalo no está mal, Gael García Bernal realiza un buen papel y Alice Braga (Soy leyenda) sigue prometiendo.

Un film duro y difícil pero interesante.

7