jueves, 29 de abril de 2010

Buscando a Eric (Looking for Eric)



Eric Bishop es un cartero de Manchester que ve cómo su vida se desmorona sin remedio. Ni sus amigos ni los libros de autoayuda pueden ayudarle, pero en su rescate acudirá su ídolo: Eric Cantona.

Ken Loach era hace años un director muy comprometido política y socialmente. No olvidemos que probablemente la mejor película sobre la guerra civil española es suya, me refiero a Tierra y libertad. Con el tiempo parece haberse amansado y sus películas son algo más ligeras y sutiles en las formas aunque siguen siendo buenas radiografías de la sociedad actual.

Tras tratar temas como el terrorismo de estado (Agenda oculta), el paro (Mi nombre es Joe), el trafico de drogas (Sweet sixteen), el choque de culturas (Sólo un beso) o la explotación a los inmigrantes ilegales (En un mundo libre), ahora Loach nos muestra su mirada más amable sobre los aficionados al fútbol. Vamos, nos ofrece un realismo social británico cercano a la comedia.
Loach hace un retrato liviano pero bastante acertado de ciertos aspectos de la sociedad actual inglesa: los desarraigos familiares, la incomunicación con los hijos, la deshumanización del trabajo, las mafias, el fútbol como única vía de escape de la presión acumulada, etc.

Los aficionados al fútbol y su pasión por desmedida por unos colores están perfectamente reflejados en el guión de Paul Laverty (habitual guionista de Loach). La inexplicable identificación que se puede llegar a sentir con una estrella del fútbol es un buen tema que el film aborda de forma entretenida. Yo no soy aficionado al fútbol y la peli no se hizo pesada ni nada parecido.

Por lo demás, Loach imprime al film un ritmo ágil y rueda con su habitual estilo casi documental, logrando que nos involucremos en la trama entre tanto personaje propio de cualquier barrio obrero.
Ni que decir tiene que los actores están todos muy bien, muy naturales. Steve Evets (Ex -bajista del grupo The fall) compone un perdedor entrañable que intenta enderezar su vida y al que le coges cariño fácilmente. Es uno de esos personajes cotidianos tan característicos de Loach y salidos directamente de la observación. Eric Cantona hace de sí mismo con lo que se supone que no lo hace mal, pero queda algo estirado y frío.

El film adolece quizás de un final demasiado forzado y placentero para el espectador, parece que Loach se ha hecho algo más optimista y ha decidido dejar margen para la esperanza en su cine.

Lo dicho, un Ken Loach light y amable pero que aún tiene buenas historias que contar.

6,5

lunes, 26 de abril de 2010

Nadie sabe nada de gatos persas



Bahman Ghobadi hace un recorrido por las distintas tendencias musicales (del heavy al rap) que pugnan por sobrevivir en un ambiente tan hostil. Realmente no narra muchos eventos, se limita a mostrar una realidad muy poco conocida. No es su mejor película pero sí es un soplo de aire fresco venido de Oriente medio.

En la peli vemos el mapa de una juventud iraní que usa la música como medio de expresión contra un régimen opresor. Una juventud que hace rock y rap que conocen gracias a la globalización. Una juventud que sueña con una libertad aún muy lejana.


El tono documental y los actores no profesionales le dan al film un tono veraz que es muy de agradecer. La peli se ve con interés y no aburre salvo en alguna canción, quizás haya demasiados parones narrativos para ilustrar los distintos estilos musicales. Pero excepto los citados parones (casi video clips), el film es más que recomendable. Por cierto, algunas canciones de los grupos son realmente buenas y poco tienen que envidiar a las que se hacen en Occidente.


Yo me quedo con el personaje del buscavidas que trapichea con todo tipo de películas, CD’s de música y lo que se ponga a tiro. Todo un canalla con muchas similitudes con el Satélite de Las tortugas también vuelan. Ambos sobreviven a base de ingenio y encanto personal y ambos también acabarán implicándose personalmente y arriesgando más de la cuenta en ayudar a unos necesitados.

Yo destacaría también algún momento como el de los heavies que ensayan en un establo o el de Nicholas Cage.


Recomendable si amas la música y la libertad.

7

viernes, 23 de abril de 2010

Alicia en el país de las maravillas (Alice in wonderland)



Al final van a tener razón los detractores de Tim Burton cuando le recriminan que se deleita en su retorcida estética pero es incapaz de profundizar en sus personajes.

Burton sigue gozando de su status de director de éxito y a la vez de culto, pero empieza a necesitar urgentemente una piedra firme que sustente su carrera en algo más que bonitas imágenes. Burton sigue plasmando su mundo imaginario pero no consigue atraparnos con sus historias. Sus adaptaciones de Charlie y la fábrica de chocolate, El planeta de los simios, Sweeney Todd y ahora Alicia en el país de la maravillas son films fallidos.

Alicia no es la película definitiva que la carrera Tim Burton necesita, ni nos aporta nada nuevo a su habitual imaginario visual. Por supuesto, sigue habiendo espirales, árboles de formas tétricas, rejas siniestras, etc. Pero Alicia parece un film de encargo (de Disney nada menos) que adolece de los defectos del peor cine de Burton: una estética apabullante pero hueco por dentro.

La peli evidencia el agotamiento de la formula Burton y deja bastante que desear en el desarrollo de una trama facilona y obvia. Incluso me provocó cierto aburrimiento. Quizás se debiera a que a mí los libros de Lewis Carroll no me parecen la octava maravilla, puede que fueran revolucionarios en su época pero ahora sus historias nos parecen bastante ingenuas.

El problema es el guión. Todo en este film es bastante previsible y, por lo tanto, aburrido. No hay ningún giro inesperado ni nada que sobresalte al espectador. Asistimos a una sucesión de escenas más o menos surrealistas pero que no acaban de engancharnos. Toda la imaginación y el dinero parecen haberse ido al apartado visual (realmente asombroso), quedando la calderilla para escribir un pobre guión que abusa de los tópicos de sobra conocidos por todos (el conejo blanco, que llegas tarde, el sombrerero, la reina roja, que le corten la cabeza, el gato, etc.)

También me cansa lo de las profecías y todo ese rollo. Tras Harry Potter, El señor de los anillos, Narnias y cosas similares ya estoy harto de profecías sobre un joven héroe que nos librará del mal. Incluso el otrora imbatible binomio Burton-Elfman también se resiente del paso del tiempo, las composiciones de Danny Elfman para esta película son bastante flojitas y pasan casi desapercibidas.

En cuanto a los actores, yo ya me he cansado de Johnny Depp y sus típicos gestos histriónicos, que el colega lleva 20 años poniendo las mismas caras. Estaba curioso en Eduardo Manostijeras o Ed Wood pero ya cansa. Sus excéntricos personajes y sus muecas ya no causan sorpresa, aburren. El problema de Depp es que cuando intenta hacer personajes normales tampoco da la talla y resulta muy inexpresivo (Enemigos públicos).

El resto del reparto no están mal entre tanto maquillaje y tanto ordenador. Helena Bonham Carter tiene el papel más agradecido y aprovecha muy bien la oportunidad que su actual pareja le brinda (conocida es la afición de Burton de meter a su novia en sus pelis). Anne Hathaway está especialmente inexpresiva y la joven Mia Wasikowska está mona.

Lo dicho, la fórmula Burton no da mas de sí.

4,5

lunes, 19 de abril de 2010

Furia de titanes (Clash of the titans)



Me parece muy bien que el cine busque inspiración en las mitologías clásicas, a falta de buenas ideas siempre es bueno revisitar las historias que llevan siglos entreteniendo a la humanidad. Si encima dichas historias han caído en un inmerecido olvido, pues mejor que mejor.


El problema viene cuando dichas historias no son más que un pretexto para una borrachera de efectos especiales. En la versión de 1981 los efectos eran algo cochambrosos, pero el film era entretenido y didáctico. Pero en 2010 la historia de Perseo no se ha sabido aprovechar, se ha hecho un refrito muy simplificado de la mitología griega para un público adolescente ávido de efectos digitales.


Se han inventado personajes (la típica chica mona metida con calzador, el kraken, los secundarios graciosetes), otros se han omitido y a los que han quedado se les ha privado de mucho de su atractivo.

Por poner un ejemplo: Dánae aparece en pantalla pero no se dice su nombre ni siquiera respetan cómo Zeus la deja embarazada (la famosa lluvia dorada, parece que hoy la violencia se tolera mejor que el sexo, por muy mágico que sea). Cuando aparecen personajes tan interesantes como Medusa, Pegaso o las tres brujas pero no están desarrollados de forma eficiente, saben a poco.

Igualmente toda la ironía y el sentido del destino de las epopeyas griegas se han perdido por el camino. Al contrario que otros film que adaptan la mitología griega (Jason y los argonautas, Troya) o la Artúrica (Excalibur), Furia de titanes usa a la mitología como mera excusa para los efectos digitales. Es un mal propio del cine actual, pretende atontar al espectador a base de saturarlo con efectos especiales antes que hacerle pensar con buenas historias. Por lo menos Furia de titanes no se hace aburrida gracias a que sólo dura 100 minutos, pero tampoco emociona ni fascina como debiera.

No olvidemos que Louis Leterrier es el director de Transporter, Transporter 2, Danny the dog y El increíble Hulk, así no es de extrañar que no le preocupe la historia y se dedique a marearnos en las peleas.

Para dar algo de empaque al asunto han contratado a dos actores británicos de peso para encarnar a los dioses más poderosos del Olimpo: Liam Neeson (Zeus) y Ralph Fiennes (Hades), quienes están casi ridículos intentando ponerse serios con unos diálogos bastante intranscendentes. Incluso yo diría que caen en la sobreactuación en algunos momentos.

De Sam Worthington sólo se me ocurre pensar que deber tener un muy buen agente o algún amigo muy poderoso (quizás tenga un Zeus que vele por él). Este chico lleva 3 taquillazos (Terminator 4, Avatar, Furia de titanes) en menos de un año y con el mismo peinado. Vale que el chico es mono y está cachitas pero su capacidad interpretativa es equiparable a la de una pelota de ping pong (va de un lado a otro dando vueltas pero no transmite nada). Tampoco me convenceGemma Arterton (Quantum of Solace) que parece recién salida de la pasarela y cuyo personaje aporta bastante poco.

Para finalizar, es cierto que los efectos especiales están francamente bien (al menos en 2D, los que la han visto en 3D dicen que es un timo) pero detrás de ellos hay un terrible vacío.

4

jueves, 15 de abril de 2010

Religulous


El humorista norteamericano Bill Maher hace un recorrido por las religiones mas importantes de la actualidad para dejar al descubierto sus incongruencias y contradicciones.

La verdad es que Bill Maher tiene valor, en un país tan conservador como Estados Unidos atreverse a analizar de forma paródica un tema tan peliagudo como la religión no deja de ser toda una hazaña (o un suicidio).

El documental se ve con agrado y no deja de sorprender y divertir en ningún momento. No es que pretenda ser un profundo y sesudo análisis de las religiones, es simplemente un divertido recorrido por sus mayores puntos débiles. Todo visto desde la óptica de una persona que no cree en ningún dios ni profesa religión alguna. Para Bill Maher las religiones son negativas y son un estorbo a la razón y al progreso humano. Puedes estar o no de acuerdo con él pero ciertos datos que aporta son realmente inquietantes.

Sin llegar a provocar nunca un enfrentamiento directo (aunque está a punto) y manteniendo siempre un refrescante hueco para la ironía, Maher va tocando las narices a todo aquel que se pone a tiro (Dios, Yahvé y Alá no cogían el teléfono). No olvidemos que la dirección es de Larry Charles, el de Borat, quien imprime un ritmo endiablado a la cinta.

Más que en las propias religiones, Maher centra su mirada en el fanatismo y la sinrazón de muchas personas. Por el documental veremos a tipos que dicen curar la homosexualidad, gerentes de zoo que niegan la evolución, curas cascarrabias que reniegan del Vaticano, parques temáticos sobre Tierra Santa (crucifixión incluida), inventos para no romper las reglas del Sabbath, gente que signos divinos en cualquier cosa y profetas que adoran el lujo.

Maher sabe sacarle el jugo a cada entrevista de forma mordaz y amena. Sí, amigos, el mundo esta lleno pirados. Vamos a reírnos de ellos antes de que destruyan el planeta. Si un senador norteamericano cree que el fin del mundo es inevitable y que está cerca ¿hará algo por evitarlo? La verdad es que por momentos me entró miedo viendo la peli.

El film es una llamada a la calma y al sosiego frente a toda la ola de fundamentalismo que parece invadir el mundo. Supongo que si eres muy religioso este documental te parecerá demagogo y no le verás la gracia, pero si no es tu caso creo lo disfrutarás bastante.

6

lunes, 12 de abril de 2010

Trailer de Iron man 2

Trailer de Iron man 2, esperemos que sea tan entretenida como la primera. Esta vez han incluido a Scarlett Johansson y Mickey Rourke.

jueves, 8 de abril de 2010

Mulholland Drive (2001)



Me pregunta un colega cual es mi interpretación de Mulholland Drive, el film de David Lynch de 2001. No es que mi interpretación sea totalmente coherente simplemente es una teoría de lo que a mí me sugirió lo plasmado en imágenes por uno de los directores más libres y singulares de la historia.



Ya hemos comentado otras veces que Lynch no es un director al uso, las historias normales y la narración lineal no le interesan demasiado. Lynch funde sueños y la realidad sin aparente frontera entre ambos. Sus películas se pueden disfrutar simplemente como sensaciones o imágenes atractivas sin demasiado sentido. Si el público no las entiende o no le gustan, a Lynch le importa un bledo. En los últimos años se ha pasado a rodar con la tecnología de vídeo digital (mucho más barata que la tradicional en película) y financia sus films gracias a las suscripciones a su página web y trabajos en publicidad y video-clips. Así pues, Lynch rueda lo que le da la gana (ole!!!), aunque no tenga mucho sentido, o no parezca tenerlo.

En Mulholland Drive (nombre de la carretera que lleva al famoso cartel de Hollywood) Lynch nos presenta a Hollywood como la fábrica de los sueños y nos muestra a Betty (Naomi Watts), una recién llegada a la que las cosas le van viento en popa, gracias a las influencias de su tía consigue los contactos necesarios para labrarse una carrera como estrella de Hollywood. Betty encuentra casualmente en su ducha a una mujer que no recuerda casi nada de su pasado y dice llamarse Rita (Laura Elena Harring).


Por otro lado, alguien muy poderoso presiona a un director de cine para que contrate a una chica para un papel protagonista. Misteriosos y excéntricos hombres de negocios controlan la fábrica de los sueños (y de las pesadillas). Supongo que es una crítica de Lynch a los caprichosos directivos de Hollywood, ésos que él ya no necesita.

En Mulholland Drive Lynch nos vuelve a atrapar con esos sonidos misteriosos y su cuidada estética, a la vez que la música de Angelo Badalamenti se funde perfectamente con las imágenes. Lynch nos presenta hábilmente un misterio, un pasado oscuro, una caja, una llave, un cadáver, una surrealista actuación nocturna, etc. Elementos de un puzzle que quizás no tenga explicación lógica.


Cuando el misterio va tomando forma es cuando Lynch nos da uno de sus desconcertantes giros y nos muestra esa otra realidad posible o paralela. Sin explicación alguna las piezas encajan sin sentido alguno. El velo se cae y vemos la realidad. Como si del mito de la caverna de Platón se tratara, hasta entonces sólo podíamos intuir la realidad, pero lo que veíamos era engañoso, nuestros sentidos no son de fiar (y menos en un film de Lynch). Toda la primera parte no es sino una imaginación, un deseo. Cualquier teoría es posible, pero yo me decanto por esta última.

La posición social de la protagonista ha cambiado y las amistades también. La que en su mente es su pareja, realmente se va a casar con un director. La amable casera te mira ahora con desprecio. El éxito era ficticio. Betty no es una estrella en ciernes, se llama Diane y es una fracasada. Su frustración y la del espectador van casi a la par, todo lo que habíamos visto era una ilusión. Todo el misterio desaparece dejando patente una sórdida realidad. La diferencia entre el éxito y el fracaso puede ser que una tía de la protagonista esté aún viva o no. Un hecho tan aleatorio decide el destino de nuestra protagonista. El sueño se torna pesadilla, la carretera hacia Hollywood acaba en tragedia, la cruda realidad es insoportable.


A mí Mulholland Drive me dejó un sabor agridulce, tiene estupendos momentos surrealistas en los que ficción y realidad son imposibles de distinguir e interfieren la una en la otra. Son antológicas las escenas de la cafetería, los jubilados bajo la puerta o el extraño vaquero. Pero otras muchas escenas me parecieron demasiado largas. Supongo que en la mente de Lynch tendrán su sentido (o no, váyase usted a saber) pero yo las veo innecesarias: el largo casting, la pelea marital, el teatro, etc. Parecen estar en la película sólo para exasperar y/o confundir al espectador. Un espectador al que Lynch parece disfrutar mareando y confundiendo.


Mulholland Drive es un film fascinante por momentos pero también demasiado largo y disperso.


Silencio. No hay banda.


lunes, 5 de abril de 2010

El acantilado rojo (Red cliff)


El director John Woo es uno de los mayores responsables de la evolución del cine de acción de las últimas décadas. Sus peleas coreografiadas, el uso de los cables y los viscerales enfrentamientos entre el héroe y el villano hicieron historia e influyeron determinantemente en films como Matrix o Kill Bill. Luego se piró a Hollywood y allí realizó films ( o video clips violentos) como Cara a cara, Broken arrow o Misión imposible 2, films vacíos pero repletos de inverosímiles escenas de acción.


Ahora parece que John Woo ha vuelto a China para rodar un wuxia (peli pseudo histórica china con miles de extras) siguiendo los pasos de autores como Zhang Yimou, Ang lee o Chen Kaige.
Este proyecto está originalmente formado por dos películas sumando más de 4 horas de metraje, lo que nos ha llegado es el montaje internacional: una sola película de dos horas y media para su distribución fuera de China. Podemos suponer que se ha recortado un montón de material y algo se nota: hay voces en off que nos ponen al día de lo que no vemos, escenas que quedan algo cojas y personajes poco desarrollados (el emperador).
Pero en general el film es más que digno. Woo cambia las armas de fuego por las espadas con resultados sorprendentemente satisfactorios. Se deja de asombrar al espectador con acrobacias (aunque alguna hay) y se centra en la narración. La indeleble huella de su autor se nota en el uso de los cables y su obsesión con las palomas pero Woo está muy comedido y ha realizado su film más académico hasta la fecha.

Sin perseguir el manierismo visual de Héroe o La casa de las dagas voladoras (ambas de Zhang Yimou), ni la poesía de Tigre y Dragón (de Ang Lee), Woo demuestra que sabe rodar algo más que desmesuradas escenas de acción. Por suerte, ni los extras ni los efectos digitales ni los enormes decorados acaban asfixiando a la historia.
Por supuesto, hay batallas con miles de extras y alguna fantasmada del estilo yo solo contra 30 como en todo film épico chino, pero también hay una narración muy solvente que logra agarrarte al asiento durante todo el tiempo. Las estrategias previas a las espectaculares batallas están muy bien plasmadas y hay momentos de fabuloso cine bélico. Pocas veces se han visto unas batallas tan bien narradas, quizás tengamos que remontarnos a Ran del maestro Kurosawa para ver unas batallas tan logradas.

Yo pasé un muy buen rato, nunca pensé que lo diría de una peli del autor de Misión imposible 2, y recomiendo esta peli para todos los amantes del cine bélico en general y de los wuxia en particular.

7

sábado, 3 de abril de 2010

El corazón del ángel (Angel heart,1987)



Hace poco me preguntaron de dónde venía el nombre de Luis Cifer (no, no es mi nombre real). Yo pensaba que era obvio que es un pseudónimo, pero parece que la gente no pilla la burda ironía que dicho nombre esconde o no conoce la estupenda película El corazón del ángel.



Como bien le expliqué a mi interlocutor, el pseudónimo viene del personaje de Robert DeNiro en dicho film, Louis Cyphre. Tal personaje y su nombre son la clave de la peli, una clave que durante todo el metraje hemos tenido delante de nuestros ojos y no nos hemos dado cuenta.


El corazón del ángel es un film fascinante de trama laberíntica y visualmente inquietante. Empieza la peli como la típica historia de cine negro: años cincuenta, un tipo ha desaparecido y el detective Harry Angel es contratado para encontrarlo. Un caso anodino que se va complicando cada vez más, entrando en juego ritos satánicos y magia negra. La sombra de la muerte parece seguir al detective allí por donde pasa, todo el que tiene alguna relación con el caso aparece asesinado.

Cuando la investigación se traslada de Nueva York a Nueva Orleans se torna en una pesadilla en la que lo irreal se hace cada vez más palpable. Una amenazadora e invisible presencia se va apoderando del ambiente. Nada será lo que parece.
El director Alan Parker (Fama, The Wall, Birdie, Evita) nos ofrece un film oscuro, sucio, lleno de sangre, magia negra y sexo. Incluso hay alguna escena que combina todo ello de forma aterradora y fascinante (esas paredes sangrantes son inolvidables). Parker plasma en imágenes una pesadilla llena de metáforas religiosas. Como toda buena película sobre el satanismo (La semilla del diablo sería otro buen ejemplo), en ningún momento tenemos la total certeza de que lo visionado sea real, todo podría ser un mal sueño o una alucinación. No vemos nada sobrenatural pero la presencia del mal es cada vez más evidente. La eterna lucha entre la razón y la superstición se va decantando de parte de la segunda.

La presencia de Robert DeNiro y su inquietante personaje (ojo a la escena del huevo) hacen que todas las piezas encajen aunque deseemos que no fuera así. También la perturbadora presencia de Lisa Bonet es un valor añadido, de hecho Bill Cosby la despidió de su show televisivo debido al alto voltaje de algunas escenas del film.
Pero para mí el mejor del reparto es sin duda un Mickey Rourke (El Luchador, Nueve semanas y media) en su mejor momento. Todavía los excesos y las operaciones de estética no habían deformado su rostro. El personaje de Harry Angel se va hundiendo cada vez más en una espiral hacia el infierno. Una degradación física y psíquica perfectamente plasmada: desaliñado, siempre sudando, la ropa sin planchar, la mano vendada, etc. Un antihéroe que busca la verdad aunque intuye que lo que a encontrar no será de su agrado.
En definitiva, el film es el descenso a los infiernos de un hombre que cree saber quién es, pero cada paso que da le confunde algo más. En los títulos de crédito finales un ascensor va bajando entre ruidos disonantes hasta llegar a un sótano, allí se abren las puertas y Harry Angel sale del ascensor. Bienvenido al infierno.