miércoles, 30 de noviembre de 2011

Incendies




Al morir su madre, dos hermanos reciben el encargo de encontrar a su padre (al que creían muerto) y a un hermano del cual desconocían su existencia. La búsqueda les llevará hasta Oriente Medio.


Una película que empieza con una canción de Radiohead no puede ser mala. Si dicha canción viene acompañada por unas inquietantes imágenes de unos niños preparándose para entrar en combate, el resultado es un inicio más que interesante y perturbador. Así es todo el resto de Incendies, la película del canadiense Denis Villeneuve: interesante y perturbadora.

Incendies traza hábilmente un paralelismo entre la historia de la madre y la búsqueda por reconstruir su vida a cargo de sus hijos. Tanto los hijos como el espectador iremos descubriendo al mismo tiempo secretos ocultos desde hace mucho tiempo. La búsqueda de la verdad nos meterá de lleno en el conflicto de Oriente Medio, en ese odio y esa venganza de raíces ancestrales que aún hoy no parece tener un fin cercano. Incendies nos introduce en un conflicto armado que cambiará para siempre la vida de los protagonistas incluso mucho antes de nacer.
Incendies es un film muy duro, escenas como la del autobús o las de la cárcel me pusieron los pelos de punta. Pero no se recrea innecesariamente en los aspectos más truculentos de un conflicto armando, simplemente muestras los hechos imprescindibles para que el espectador se identifique con los personajes y entienda su evolución personal. Villeneuve usa un acertado montaje en paralelo y unas elipsis narrativas que funcionan de maravilla, dotando al film de un ritmo muy acertado.
A pesar de basarse en una obra de teatro, no se nota su origen teatral en ningún momento. Esta historia en manos de Haneke hubiera sido un ladrillo de tres horas lleno de violencia extrema. Pero Incendies acierta con lo de menos es más y dejar que funcione la imaginación de el espectador. Pero no sólo la imaginación, también la inteligencia y la capacidad de sacar conclusiones. Yo no pude evitar pensar que esta película tiene algo de parentesco con films coreanos como Oldboy o las tragedias clásicas griegas (es que soy de letras, no lo puedo evitar). Si bien en el guión hay ciertas coincidencias que se nos pueden hacer algo inverosímiles, en conjunto, el film es más que recomendable.

Incendies es una buena película, vale la pena verla.
7
p.d.: Gracias, Arny, por tu recomendación.



lunes, 28 de noviembre de 2011

La cosa (The thing, 2011)


1982, una paleontóloga norteamericana se desplaza hasta la Antártida para colaborar con una expedición científica noruega que ha hecho un descubrimiento asombroso.


Los que consideramos a La cosa, la original de John Carpenter de 1982, como un clásico del cine de ciencia ficción/terror de los ochenta debemos acercarnos a este innecesario remake camuflado de precuela con mucho cuidado. Primeramente, nadie necesitaba a estas alturas saber qué paso en la base científica noruega que tuvo la desgracia de encontrarse antes que nadie con el peligroso alienígena. No hacía falta contarnos una historia que nunca tuvo un especial interés. En el film original servía para dar intriga a la trama pero ahora no tiene mucho sentido narrar algo que ya todos sabemos cómo va a acabar. Pero todo hubiera sido perdonable si la precuela hubiera estado a la altura.

Es cierto que en el guión podrían haberse incluido ciertas sorpresas que no estropearan la continuidad con el film de Carpenter, pero no hay nada novedoso ni original en este film. Vuelve a haber un lanzallamas, pasillos, personajes que van cayendo, transformaciones asombrosas (aunque menos) y métodos ingeniosos (también menos) para detectar quien no es quien dice ser. Pero no hay emoción ni terror, todo eso se ha perdido por el camino. Hay buenos efectos especiales (treinta años se tienen que notar) pero nada que no hubiéramos visto en el original.
Sí se ha logrado empalmar perfectamente con el film de Carpenter, logrando una escrupulosa continuidad, casi excesiva diría yo: hasta los títulos de crédito finales sirven para enlazar con el original. Pero no es suficiente, si bien no estropea al original, no aporta nada nuevo ni sabe sacar partido a las innegables bazas de esta franquicia (que es en lo que se ha convertido). Me recuerda al caso de la segunda trilogía de Star Wars, no está tan mal pero comparada con la original, no hay color.
Quizás el fallo haya sido encargarle el proyecto a un director novato, un tal Matthijs van Heijningen, está bastante verde y se limita a recrear elementos de la original, siendo incapaz de aportar nada propio. Su film no produce ninguna inquietud en el espectador ni transmite la paranoia que sienten los protagonistas. También puede haber contribuido la guapa Mary Elizabeth Winstead que, obviamente, no desprende el carisma de Kurt Russell.


Una precuela fiel al original pero sin nada de su talento. Floja.

4,5

domingo, 27 de noviembre de 2011

The Mars Volta: The Widow

Pues otra vez están por aquí los pirados de The mars volta. Es que esta canción me tiene fascinado.

La deuda (Debt)

1965, tres agentes del Mossad, el servicio secreto israelí, se desplazan a Berlín Oriental con la intención de dar caza a un peligroso criminal nazi.


La deuda es el remake americano de la película israelí Ha Hov de Assaf Berstein, que no tengo el placer de haber visto y no puedo comparar. Pero de lo que sí he tenido el placer es de visonar esta entretenida cinta. No es que revolucione el género del thriller ni pretende ser una fiel radiografía de las técnicas del estado de Israel durante la guerra fría. Sólo es una buena película y un thriller más que recomendable.
Incluso tiene un curioso triangulo amoroso muy bien llevado. La historia ocurre en dos líneas temporales pero ambas son interesantes y complementarias. La película aborda el tema de las consecuencias que puede acarrear vivir de una mentira. Todos los pueblos necesitan héroes y villanos a los que adorar y odiar respectivamente. Este hecho se agrava aún más cuando dicho pueblo ha sido objeto de un brutal exterminio como le ocurrió al pueblo judío en la segunda Guerra Mundial. Pero a veces las cosas no son tan fáciles y la difusa línea entre el héroe y un simple mentiroso se difumina sin remedio. La búsqueda de un criminal nazi se convertirá en un asunto de vital importancia para todo un país. No se puede regresar sin resultados.

No me suelen interesar las películas de John Madden, director de aquella peliculita de la cual ya nadie se acuerda y que se llevó el Oscar a mejor película: Shakespeare in love. Pero La deuda me parece lo mejor que ha rodado en su vida, lástima que sea un remake y no sepamos realmente hasta donde llegan sus méritos y hasta donde se ha limitado a copiar. Pero su película funciona, tiene ritmo y te atrapa desde el principio.

A una historia interesante y bien narrada hay que añadir el oficio de actores de solvencia más que comprobada como Helen Mirren, Ciarán Hinds o Tom Wilkinson. También los jóvenes y guapos Jessica Chastain (El árbol de la vida) y Sam Worthington (Avatar, Furia de titanes, Terminator 4) están francamente bien. En el caso de Worthington me produjo una agradable sorpresa.

Un thriller recomendable.
7

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Profundo carmesí (1996)


El amor es una fuerza imparable que arrastra con todo lo que encuentra a su paso. Nada puede interponerse en su camino. Así se podría resumir Profundo Carmesí.



Arturo Ripstein es uno de mis directores favoritos, a veces sus films son tan desaforados que parecen irreales casi cayendo en eso que se llama el realismo mágico. Básicamente, hay situaciones tan extremas que sólo se nos antojan creíbles gracias a la naturalidad con la que son percibidas por los personajes y los actores que los interpretan.

Profundo carmesí es una historia de amor, un amor loco e irrefrenable, psicópata, pero amor al fin y al cabo. Un amor entre dos personas muy necesitadas de cariño, dos personas heridas que encuentran en el otro su media naranja. Dos personas egoístas y crueles, pero necesitadas de amor. No importa los engaños, mentiras y crímenes que deban llevar a cabo, su destino es acabar juntos. Y así será. Lo más perturbador de esta historia es que hasta un timador puede acabar creyéndose su propia mentira, arrastrar en ella a su prometida y llevar la locura hasta sus últimas consecuencias.

¿De qué va Profundo Carmesí? México, 1949, cuando el español Nicolás Estrella, un timador de poca monta, descubre que Coral Fabre, una de las mujeres a las que ha estafado, ha abandonado a sus hijos para escaparse con él, comprende que un amor tan grande no puede ser falso. De un engaño ha nacido un amor puro. Para realizar un sacrificio así hay que amar sobremanera. De este modo, Nicolás comprende que su vida pasada ha sido vacía e inútil, él ha sido incapaz de sacrificarse por nadie. Él nunca ha amado de verdad, sólo se ha aprovechado de las mujeres. Pero Coral lo ha dejado todo por él y debe estar a la altura, debe corresponderle. Así se inicia este trágico romance que Arturo Ripstein convirtió en esta perturbadora película.

Un film excesivo y extremo pero, lo que le hace aún más grotesco es que está basado en la historia real de la pareja de asesinos formada por Raymond Fernandez y Martha Beck, conocidos como "Los asesinos de los corazones solitarios" quienes ya habían inspirado el film The honeymoon killers de 1970. Ripstein trasladó la acción de Estado Unidos a México y le dio su toque personal, logrando un film obsesivo y tortuoso.


Hay que destacar que los actores están perfectos y creíbles incluso cuando sus personajes tienden al exceso y a la locura. Daniel Giménez Cacho (Celos, La mala educación, La zona) y Regina Orozco componen una pareja inolvidable. Sus miradas y sus gestos son excelentes. Por su parte, Marisa Paredes también borda su papel.

Recomendable para amantes de las historias truculentas pero bien contadas.

7,5

lunes, 21 de noviembre de 2011

Pearl jam: Twenty

Para celebrar el 20 aniversario de la publicación del primer disco de Pearl Jam (el imprescindible Ten), su amigo el director Cameron Crowe ha realizado este documental a base de entrevistas e imágenes (muchas de ellas inéditas) sobre la historia de la banda hasta nuestros días.


No nos andemos con tonterías, Pearl Jam es la mejor banda surgida en las últimas dos décadas. Así de claro. El documetal de Cameron Crowe (que nunca me ha parecido un gran director) es toda una delicia para los seguidores del grupo, incluso para quienes no lo conozcan creo que también puede ser interesante. Los primeros años noventa fueron un momento bastante excitante en la historia del rock, con el resurgimiento del rock, que volvió a ponerse de moda. Puede que los noventa no se puedan comparar con los sesenta o los setenta, pero la escena de Seattle dejó grandes grupos como Soundgarden, Alice in chains, Nirvana o Pearl Jam. El documental analiza muy bien la escena de Seattle a finales de los años ochenta así como el movimiento grunge y todo lo que significó. En el film veremos testimonios de gente como Chris Cornell, Kurt Cobain o Neil Young, etc. (nota del autor: si no te suena ninguno de los nombres citados hasta el momento, quizás estás perdiendo el tiempo de tu vida y deberías empezar a buscarlos en youtube ya mismo).
Los únicos supervivientes de aquella época han sido Pearl Jam. Los únicos que han estado funcionando regularmente, entregando un disco cada dos años. Otros grupos se separaron y han caído en la trampa de las reuniones por la pasta (Soundgarden), incluso con sustituciones de miembros fallecidos (Alice in Chains), pero Pearl Jam siempre han estado ahí.


Pero el documental no narra sólo la historia de un grupo de jóvenes melenudos que sueñan con ser estrellas del rock, muestra la lucha por no perder el norte cuando el éxito aparece y la lucha por la supervivencia. Pearl Jam no es una gran banda sólo por sus canciones, el documental se detiene en momentos extra musicales como la lucha contra la MTV, su negativa a rodar vídeos musicales, el enfrentamiento judicial contra Ticketmaster por el precio abusivo de las entradas, la lucha por el anonimato, la tragedia en Roskilde, etc
Quizás lo único malo del documentales que se nota demasiado que Crowe es amigo de la banda. Por momentos parece que no es una banda de personas sino un coro de ángeles que están en la tierra con una misión divina. En concreto, Eddie Vedder se nos presenta como casi un ser divino: guapo, sensible, gran compositor, gran cantante, mejor persona, solidario, no busca la fama, preocupado por sus fans, comprometido con el medio ambiente, luchador por el Tíbet y todas las causas que haga falta, etc. Yo casi acabo enamorado. ¿No tiene ningún defecto? Sí, se pone muy pesado con su ukelele.

Yo disfruté mucho de Twenty en su primera hora, la segunda parte se me hizo algo pesada, al perder la historia algo de interés durante la segunda década de vida del grupo. Cabe destacar que el mérito del documental reside más en la historia de Pearl Jam que en la habilidad de Crowe para hilvanar las imágenes.

Lo dicho, una delicia para los fans y una agradable curiosidad para los que no lo sean (que seguro que más de uno acabará siéndolo).



sábado, 19 de noviembre de 2011

La piel que habito


Hay que reconocer que Almodóvar ha arriesgado con esta película. Por primera vez adapta un material ajeno y por primera vez se acerca a géneros como el thriller y la ciencia ficción con toques de terror.



Ya era hora, su cine necesitaba un cambio desde hace años. A mí sus primeras películas me gustaban por su descaro y sus ganas de provocar, con films como Pepi, Lucy, boom y otras chicas del montón. También me gustó su época más madura con cosas como Todo sobre mi madre o Volver. También ha realizado mucha astracanada inclasificable, ese tipo de cine que sólo él sería capaz de crear (Kika, La mala educación). Amodovár, nos guste o no, ha creado su universo y su estilo propios, como otros muchos grandes directores: Lynch, Fellini, Buñuel, Hitchcock, etc. No es que lo esté comparando con los directores citados, sólo digo que ha creado su propio universo. Que te guste o no, es cosa de cada uno.

Esta historia grotesca y bizarra como pocas podría haberse convertido en algo muy distinto en manos de otro director. Es cierto que Almodóvar ha arriesgado en este film pero ha llevado la trama a su terreno todo lo que ha podido. Por el film veremos las constantes de su cine desde los años ochenta: escenas de sexo gratuito, obsesiones, secretos, introducción de diálogos humorísticos en medio de un drama, confusión sexual, el cameo de su hermano Agustín, etc. Quizás el riesgo ha estado más en la forma que en el fondo.
Al final la trama de la novela Tarántula de Thierry Jonquet queda absorbida por la personalidad del director manchego, quien fagocita la novela y la convierte en su película. El problema es que en ese proceso de asimilación Almodóvar incluye elementos propios de sus mayores delirios ochenteros, como cierto personaje ciertamente almodovariano (el tigre) que desentona bastante dentro del film. Es un personaje que parece sacado de las primeras películas de su autor y rompe con toda la atmósfera creada hasta el momento. Cuando aparece en escena nos damos cuenta que Almodóvar no ha cambiado tanto, sigue siendo fiel a sí mismo, para lo bueno y para lo malo. Es un personaje desestabilizador que desencadenará los acontecimientos, pero queda realmente ridículo. Incluso puede llegar a provocar risa en momentos muy dramáticos, perdiendo todo el efecto. Quizás sea deliberado crear ese efecto desconcertante en el espectador al incluir un personaje así.
Pedro Almodóvar exige del espectador el esfuerzo de creerse lo que le está narrando, cosa nada fácil a veces. Si entras en el juego, el film puede que te fascine. Si no te crees lo que te narra debido a su inverosimilitud, el film te parecerá una pérdida de tiempo. Yo estoy entre las dos posturas.

Por lo demás, el film es más que correcto, Almodóvar demuestra clase a la hora de dirigir a actores y sabe llevar la trama. Treinta años de carrera y un montón de premios deben de notarse. Se mete en el género del thriller de forma eficiente, logrando atrapar el interés del espectador. Peca al usar ciertos trucos como flashbacks, sueños y saltos temporales buscando hacer aún más rebuscada esta bizarra historia, quedándole un tanto forzados. Yo hubiera preferido una narración lineal siempre en el mismo espacio. Hubiera quedado una película mucho más tensa y claustrofóbica, mejor.

Me gustó bastante el tratamiento de elementos como la venganza o la obsesión. El guión nos plantea una venganza terrible, pero que se nos irá revelando como algo muy distinto e inesperado conforme avanza la acción. Me gustó mucho el tratamiento que se le da a los detalles (las paredes, los colores, los cuadros). Almodóvar no explica la trama de forma exhaustiva, como en todo buen thriller, muestra sólo lo que le interesa y en el orden que le interesa. Siendo el espectador quien debe estar atento a todos los detalles y sacar sus propias conclusiones.
Debo mencionar que me gustó mucho la obsesiva partitura de Alberto Iglesias, colaborador habitual de Almodóvar y próximo ganador del Goya a la mejor banda sonora (como casi todos los años). 

En cuanto a los actores, sigo pensando que Elena Anaya es de las mejores (y más guapas) actrices de este país. Ella es la película. Considero toda una suerte que Penélope Cruz no pudiera hacer este papel por problemas de agenda. Por su parte, Antonio Banderas está bastante plano y transmite más bien poco, su personaje sufre un torbellino de emociones de todo tipo durante el metraje pero Banderas no es capaz de plasmarlo, siendo un lastre para el film. Al menos está mejor que en las películas que rueda en Hollywood. También hay que destacar a Marisa Paredes, está bien en su eterno papel almodovariano.
Así pues, La piel que habito es un intento fallido de Almodóvar por lograr un gran thriller bizarro. Se ha quedado en un intento con buen ritmo y poco más. No me ha entusiasmado pero tampoco me ha dado vergüenza ajena. Algo es algo.



jueves, 17 de noviembre de 2011

Sunshine (2007)



El sol se está apagando. La única solución posible es enviar una nave tripulada que haga explotar una bomba nuclear que vuelva a activar a nuestra estrella. Pero la primera nave que fue enviada, La Icarus I, desapareció hace 6 años sin dejar rastro. Ahora nuestras escasas esperanzas de sobrevivir recaen en la Icarus II.



Una vez, en la fila de un cine, escuché casualmente una conversación en la que una persona expresaba que Sunshine era un bodrio, un engendro mortalmente aburrido. Una premisa de ciencia ficción barata convertida en una empanada mental del amigo Danny Boyle. La verdad es que no sé el motivo pero decidí creerme las palabras de aquel contertulio anónimo y perdí todo interés por ver esta película. Pero ocurre que varios años después me la recomendaron tres personas el mismo día y me surgió la duda de si Sunshine valía la pena.

 Sin ninguna fe ni esperanza, me dispongo a ver Sunshine. Y he aquí que me encuentro con un film muy interesante, que me atrapa desde el primer momento con su densa atmósfera. Sunshine forma parte de esta ciencia ficción seria bastante más rigurosa y mejor documentada que lo que suele ser habitual. Es cierto que bebe de las fuentes de la Santa Trinidad de la cencia ficción espacial: 2001, Solaris y Alien, pero Boyle logra escapar del simple pastiche corta-y-pega y crea una película con entidad propia. Y vaya si la tiene. La verdad es que a veces el film brilla como una supernova.

Sunshine emparenta con la ciencia ficción y el cine de catástrofes de los años 70, dice mucho más de lo que parece a simple vista. Se parece mucho más a Naves misteriosas que ha Armagedón o el cine del nocivo Roland Emmerich, por suerte. Sunshine no es sólo una peli de unos científicos enviados al sol intentando salvar a la humanidad. No es cine de aventuras (aunque las hay) es otra cosa: un drama épico de unos personajes que deben sacrificarse por un bien superior.

En varios momentos del film vemos a personajes que deben enfrentarse a una muerte segura para que la misión siga su curso, el bien superior (la supervivencia de la raza humana) justifica cualquier sacrificio. Pero el instinto de supervivencia es individual y no será fácil sacrificarse. Cada personaje afrontará su destino de forma diferente.
El film parece destacar la paradoja de que el Sol es el origen de la vida conocida y a la vez sea su destrucción. El Sol es el objetivo de la misión, pero ni la nave ni la tripulación pueden exponerse a él sin protección. Cuanto más cerca están de su objetivo, éste se vuelve más peligroso. Elementos como el enorme escudo contra la radiación solar o los trajes solares proporcionan algunas de las mejores escenas del film.

Danny Boyle demuestra ser un director con personalidad propia, no sólo un tipo que tuvo suerte con sus primeras películas tipo Trainspotting, La playa o 28 días después. Su talento se vería confirmado en film posteriores como Slumdog millionaire o 127 horas. Boyle dirige Sunshine con mano maestra, llevando perfectamente el ritmo y saliendo airoso de una tarea más que compleja. Sunshine es su particular 2001, su obra más ambiciosa hasta la fecha, la más arriesgada y la que mejor factura técnica ofrece (simplemente inmejorable).

Lamentablemente, hacía el final la peli tiene algún giro argumental bastante forzado perdiendo algo de fuelle. El conjunto se resiente y acaba convertido en una digna enana blanca. Pero, en conjunto, es un film más que recomendable para los aficionados a la ciencia ficción adulta.






lunes, 14 de noviembre de 2011

Snowtown


Los asesinos en serie suelen ser representados en el cine como tipos extravagantes o curiosos, incluso suelen resultar atractivos o simpáticos al gran público. Todo lo contrario de lo que pretende hacer Justin Kurzel con Snowtown, su primera e implacable película.



En Snowtown el mal aparece camuflado, representado en personas bastante simples y chabacanas. No son refinados o cultos pero sí son peligrosos, personas a las que podríamos conocer cualquiera de nosotros. De hecho, el joven protagonista irá descubriendo poco a poco que personas a las que conoce (e incluso admira) están implicadas en asuntos muy turbios. Una evolución similar a las que sufre el espectador, personajes excéntricos pero simpáticos se nos van revelando como unos tiranos. El retrato realista de Kurzel me resulta mucho más repulsivo y aterrador que todas las pelis sobre Hannibal Lecter.

Lo peor es que Snowtown se basa en hechos reales y bucea en las incómodas aguas de una familia más que disfuncional que se vio implicada en el mayor caso de asesinatos múltiples de Australia. ¿Qué hacer cuando descubres que las personas de tu entorno son unos monstruos? ¿Estamos condenados a repetir los errores de nuestros padres? ¿Hay manera de escapar? Kurzel parece optar por la vía determinista, el medio ambiente determina nuestra conducta, el ser humano acaba aceptando la cultura que recibe, no existe la libertad de elección. Un panorama bastante negro.

Justin Kurzel usa un estilo seco para narrar esta historia de White trash australiana. Parece un documental y a veces abusa de la cámara al hombro, lo que le otorga al film un toque realista muy acertado. No hace concesiones al público ni nos ahorra situaciones violentas. Todo se muestra con bastante naturalidad y crudeza, tal y como lo viven los protagonistas. Especialmente crudas se pueden hacer las escenas en la bañera y alguna con animales. Pero Snowtown no sólo habla de la violencia física o psíquica en el seno familiar, también habla de fanatismo, de esa peligrosa ideología que no cree en el estado y que decide tomarse la justicia por su mano. ¿Pueden llegar a verse como algo habitual la violencia y el fanatismo? Por terrible que parezca, creo que sí.
De los actores sólo puedo decir que están todos excelentes, casi me convencen que no están actuando, no puede ser, deben ser así en la vida real. Por momentos creemos que Snowtown no es una peli sino un documental grabado con cámara oculta. Unas interpretaciones tan ajustadas no parecen salidas de un guión establecido ni de unos ensayos, parecen salir espontáneamente.

Un film sórdido y brutal, avisados estáis.


jueves, 10 de noviembre de 2011

Lenny (1974)


Lenny Bruce fue uno de los pioneros del stand-up comedy americano, los monólogos en clave de humor. En los últimos años han proliferado como setas los tipos que salen a divertir al público en cualquier sala de fiestas,bar o garito de mala muerte; únicamente armados con un micrófono y su ingenio. Tienen mucho mérito, pero dudo que ninguno sea nunca tan irreverente, mordaz y sincero como lo fue Lenny Bruce.


Lenny Bruce empezó desde abajo en locales y tugurios de mala muerte, presentando las actuaciones de las chicas que bailaban ligeras de ropa (o sin ella). Ello le obligó a desarrollar su capacidad para improvisar. Su carrera fue fulgurante, su humor ácido y corrosivo era muy novedoso para la época. Lenny se convirtió rápidamente en uno de los humoristas más famosos del país, incluso grababa discos con sus monólogos.

Lenny sacaba a relucir en el escenario temas tan espinosos como el racismo, el asesinato de Kennedy, las drogas o la religión. Temas casi tabú a la hora de hacer humor, Lenny no temía levantar ampollas, y pagó su precio. Pronto empezó a tener problemas con la ley siendo arrestado repetidamente por obscenidad en el escenario. Lenny era peligroso, en un escenario decía y hacía lo que quería; colocado o no, era impredecible. La moral bien pensante de los primeros años sesenta encontró en Lenny Bruce su chivo expiatorio. La policía lo vigilaba estrechamente, casi le acosaba, infiltraba entre el público agentes de paisano dispuestos a detenerle si se pasaba de la raya (una palabra mal sonante era más que suficiente). Obviamente se le vetó en televisión, era demasiado peligroso.

Pero Lenny no fue sólo un pionero del stand-up comedy que tuvo problemas con la ley por ser mal hablado en una época en la que ello era un delito. El fracaso de su matrimonio con la stripper Honey harlow y el acoso implacable de la ley le hundieron aún más en la espiral las drogas. Todo ello produjo un terrible efecto secundario en Lenny: perdió toda su gracia, ya no era gracioso ni quería serlo. Sus actuaciones se fueron tiñendo cada vez más de una amargura terrible. Empezó a hablar básicamente de sus problemas personales, sus monólogos ya no eran comedia, era tragedia pura. La tragedia de un hombre derrotado sólo por decir lo que pensaba.
Lenny Bruce murió de sobredosis en 1966 cuando tenía varias causas pendientes por obscenidad. Se le concedió el perdón a título póstumo en el 2003, 27 años después de su muerte.

La trágica historia de Lenny Bruce fue llevada al cine en 1974 por Bob Fosse. Fosse fue un afamado coreógrafo y director especializado en grandes musicales como Cabaret o All that Jazz. Incluso se dice que Michael Jackson se basó en una coreografía de Fosse para su famoso baile. Pero Lenny no es un film musical. El papel de Lenny Bruce recayó en Dustin Hoffman, logrando uno de sus mejores y más complejos personajes. Su deterioro físico y mental es uno de los más terribles vistos nunca en una pantalla. El hastío y el cansancio que transmite su personaje son estremecedores. Hoffman recibió su tercera nominación al Oscar por este papel. Por cierto, Dustin Hoffman debería haber ganado una docena de Oscars en las décadas de los 60 y 70, un actor irrepetible. Lamentablemente ahora participa en cosas como Los padres de él y chorradas similares para ir viviendo. Ya no hay papeles buenos para actores de su edad o, simplemente, el cine es mucho peor que antes.
Fosse rodó el film en blanco y negro, con estilo casi documental, alternando falsas entrevistas con los personajes y escenas dramatizadas. El film tiene un tono sórdido y sucio que va creciendo de intensidad hasta hacerse casi palpable hacia el final. Toda una experiencia cinematográfica.

No voy a decir nada más del film, véanlo si aún no lo han visto.



P.d.: hablando de Bob Fosse, no puedo resistirme a colgar este video de una coreografía suya de 1974 en la que se inspiró Michael Jackson para crear sus célebres pasos de baile.




martes, 8 de noviembre de 2011

20 años de Achtung baby


Ya lo decía Carlos Gardel, que 20 años no son nada. Ya han pasado 20 años de la publicación de discos míticos de los años 90 como el Nevermind de Nirvana, Ten de Pearl Jam, Out of time de R.e.m., los Use your illusion de Guns N Roses o Achtung baby de U2. Discos todos diferentes entre sí y que se publicaron en 1991. Yo tenía 16 años y reconozco que todos ellos me encantaban pero, si me tengo que quedar con uno, me quedo con Achtung baby.



Tras el éxito masivo de The Joshua tree y el doble Rattle and hum parecía que U2 se iban a convertir en unos dinosaurios anquilosados en el éxito de su rock mesiánico con marcadas influencias norteamericanas. Pero no fue así. U2 se la jugaron y dieron una pirueta cambiando su sonido. Volvieron la vista a Europa, dejaron de lado el soul y el blues que había impregnado sus últimos discos, empezando a experimentar con otros ritmos y sonidos. Se fueron a Berlín buscando inspiración ayudados por Brian Eno (quien ya creó con David Bowie su trilogía Berlinesa en los 70). No olvidemos que el muro había caído hacía menos de 2 años y la ciudad y toda Alemania estaba en plena reconstrucción.

La grabación no fue cosa fácil, no estaba clara la línea a seguir ni cómo iban a sonar, incluso hubo momentos tensos durante los primeros ensayos y sesiones de grabación. Pero al final U2 parieron el disco que les permitió renacer fortalecidos y con muchas cosas que decir. Se hicieron irreverentes y corrosivos. Su crítica social seguía ahí pero se convirtió en ironía mientras el medio se hizo tan importante como el mensaje.


Ya The fly el primer single adelanto del disco evidenciaba una ruptura con el sonido habitual del grupo. Fue todo un shock, pero el segundo sigle Misterious ways produjo un shock mayor. La típica guitarra continua de The Edge dejaba paso a otros sonidos, Bono experimentaba con el falsete mientras la sección rítmica incluía influencias árabes. La aventura y el riesgo llevaron a U2 a su mejor momento creativo. Los ochenta se acabaron y había que buscar nuevos caminos.

De Achtung baby me gustan todas las canciones y no creo que sobre ninguna, de muy pocos discos puedo decir lo mismo. Incluso opino que faltan canciones ya que en un principio se pensó que, visto la cantidad de canciones que habían grabado y la calidad de las mismas, se podría haber lanzado un disco doble. Al final el disco fue sencillo y canciones tan transgresoras como Salome o Lady with the spinning head fueron caras b.

Como anécdota puedo contar que le grabé el disco a un colega (en cinta, obviamente) y éste me llamó por teléfono cuando empezó a oír la primera canción (Zoo station) para pedirme explicaciones: eso que le había grabado no podía ser U2, no sonaba a U2. No puede haber mayor elogio para un artista consagrado que huir del encasillamiento y cambiar de registro aun a riesgo de cabrear a sus seguidores más acérrimos.




Del diseño gráfico y las fotos de Anton Corbijn se pueden contar varias anécdotas. Corbijn dejó de lado su típico blanco y negro en favor de fotos llenas de colores vivos como el azul y el rojo. Por cierto, la foto del desnudo frontal de Adam Clayton fue censurado en algunos países (adivina cuáles). Las fotos de los singles del disco (excepto One) formaban la imagen del grupo conduciendo un Trabant (el coche más popular de la entonces recientemente extinta República Democrática Alemana). Dicho coche fue también usado en la gira Zoo TV.

La experimentación de Achtung baby continuó en los siguientes trabajos del grupo como Zooropa (1993), el proyecto The passengers (1995) o Pop (1997). Pero las ventas bajaron peligrosamente y la vía experimental se acabó ahí, al final U2 acabaron convertidos en ese dinosaurio en el que evitaron convertirse en 1991. Ya no innovan como antes y ni ellos ni nosotros somos los mismos. Pero quien sabe si aún pueden volver a reinventarse y sorprendernos una vez más, difícil lo tienen. No sé, ya no estamos en 1991.

Ahora que se cumplen 20 años de Achtung baby se van a lanzar varias reediciones del disco, ya sabes: remezclas, caras b y demos de sobra conocidas pero a un precio abusivo. Lo que haga falta para sacarle la pasta al fan. Incluso hay una edición (de más de 300 €) que incluye una réplica de las famosas gafas de mosca que Bono llevaba en esa época.

Más interesante me parece el disco conmemorativo de versiones de todos los temas de Achtung baby que ha regalado la revista británica Q magazine. Las versiones corren a cargo de gente como NIN, Patti Smith, The killers, Garbage o Depeche mode. Ninguna de las versiones supera a los originales, pero algunas quedan curiosas. ¿Mi favorita? Love is blindness a cargo de Jack White.





También se ha rodado un documental sobre la grabación de Achtung baby y todo lo que supuso: From the sky down. A falta de ideas nuevas se saca tajada de las antiguas.


P.d.: Por cierto, no creo que muchos discos de los que se han publicado en 2011 sean considerados como clásicos dentro de 20 años.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Las aventuras de Tintin: El secreto del unicornio


Cuenta Steven Spielberg que descubrió los cómics de Tintin en 1981, cuando leyó una crítica de En busca de el arca perdida en la que se decía que Indiana Jones era una versión americana de Tintín. Spielberg se quedó perplejo y decidió leer los cómics de Tintin. Le gustaron mucho y decidió ponerse en contacto con Hergé pensando en una posible adaptación cinematográfica. Hergé se mostró encantado con la idea y expresó su opinión de que Spielberg era el único capaz de adaptar Tintín a la gran pantalla de forma satisfactoria. Lamentablemente, Hergé murió poco después y el proyecto cayó en el olvido. Hasta ahora.


Han tenido que pasar 30 años para que Spielberg adaptara finalmente las aventuras del reportero más famoso del cómic europeo. La espera ha valido la pena. El secreto de unicornio nos devuelve al rey midas de Hollywood en plena forma, el Spielberg del mejor cine de aventuras de las últimas décadas. Lo que Spielberg mejor sabe hacer. El film es todo un torbellino de ritmo y acción perfectamente sincronizados. Un disfrute para el espectador de cualquier edad. Desde los títulos de crédito el espectador se sumerge en el mundo de Tintín y se olvida de todo lo demás.
El guión es ágil y divertido, alternando aventura y humor de forma magistral. Por el film vemos a casi todos los personajes del cómic (yo eché de menos al profesor Tornasol). Es cierto que el guión no sigue fielmente ningún libro de Hergé sino que combina elementos de varios, pero la esencia de los personajes sigue intacta. Milú y el capitán Haddock son los que realmente llevan el peso de la película, aunque Hernández y Fernández aportan también buenos momentos de hilaridad.
Técnicamente se nota la mano de Peter Jackson en la producción, sus animaciones están a la altura de King Kong o la trilogía de El señor de los anillos, pura magia para soñar. Desde luego, la unión de Spielberg con Peter Jackson me parece mucho más natural e interesante que la unión con el nefasto Michael Bay. El film contiene un buen puñado de escenas antológicas como la del camarote de los marineros, el abordaje, el hidroavión o la persecución en moto. Escenas que nos recuerdan ineludiblemente a la saga de Indiana Jones tanto en su planificación como por su efectividad. Puro cine de aventuras para toda la familia.

Yo recomiendo ver esta película en 3D, es de las veces que más y mejor se disfruta de las dichosas gafas. Tanto los reflejos en los cristales, los brillos del polvo flotando en el aire o las gotas de agua logran un efecto alucinante. Desde Avatar no había visto yo un film en el que el 3D estuviera tan logrado.
Una gran aventura.
7,5