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jueves, 15 de mayo de 2014

Only lovers left alive


El veterano director Jim Jarmusch nos ofrece esta peculiar historia de vampiros en los que estos seres fantásticos han perdido la razón de su existencia.

 Jim Jarmusch es uno de los máximos exponentes del cine independiente de las últimas décadas. Por suerte para nosotros sigue siendo fiel a su estilo: ritmo pausado, mezcla de géneros, sutil humor negro, sus protagonistas siguen siendo unos inadaptados con ganas de hablar y la música es parte fundamental de la película.
 Los vampiros de este film son presentados como decadentes estrellas del rock que coleccionan guitarras antiguas y usan el iPhone para comunicarse: su tiempo ha pasado y han perdido toda razón de ser. Son seres cultos y refinados que ya no tienen cabida en un mundo desolado por la necedad y la estupidez humana. Viven recluidos y ni siquiera atacan a humanos para conseguir su preciado alimento, los avances tecnológicos y el mercado negro se encargan de ello. Todo ello ha hecho que casi olviden su naturaleza depredadora, su instinto cazador ha sido reprimido durante demasiado tiempo. Los vampiros consideran a los humanos como zombies que desaprovechan su tiempo en el mundo con banalidades. Los vampiros han sido los verdaderos grandes artistas en la sombra mientras los humanos se han dedicado a destruir el planeta.


El hecho de que la pareja protagonista esté formado por dos vampiros tan opuestos me resultó muy agradable. Mientras Adam (Tom Hiddleston) viste totalmente de negro y vive recluido en la ciudad en ruinas de Detroit (toda una metáfora del mundo actual) su amada Eve (Tilda Swinton) viste de colores claros y vive en Tánger. Adam está profundamente deprimido, ya no ve un sentido a la vida y tiene serios impulsos suicidas. Quizás el volver a encontrarse con su amada le infunda las ganas necesarias para seguir afrontando la eternidad. Es un concepto interesante el de que la eternidad puede ser verdaderamente aburrida.  Por cierto, ¿es causal el nombre de esta pareja de vampiros?

  Esta peculiar visión de los vampiros me sedujo desde el primer momento. Se dedica a romper todos los manidos tópicos sobre estos seres ficticios a la vez que nos ofrece una amarga visión de nuestro mundo. Puede que los vampiros sean un reflejo de las personas que buscan (buscamos) algo de belleza en este mundo tan materialista. Una vez más el cine de ciencia ficción sirve para mostrarnos nuestras miserias. Puede que Only lovers left alive no sea más que una elaborada metáfora de la decadencia de la sociedad occidental.
Reconozco que el estilo pausado y retórico del film no se me hizo pesado. Supongo que a ello ha contribuido el hecho de contar con una pareja de actores que desprende un singular magnetismo en la pantalla. Tanto Tilda Swinton (hay que ver el físico tan extraño que tiene esta señora) como Tom Hiddleston (el Loki de Los vengadores o Thor) están excelentes en sus lánguidos personajes. También Mia Wasikowska (Stoker) y el veterano John Hurt (Alien, The Snowpiercer) están muy bien en unos breves pero transcendentes personajes.

 Probablemente el film  no sea un éxito comercial y se convierta en un film de culto, uno más, dentro de la filmografía de su director. Pues vale. Only lovers left alive es una de las mejores propuestas sobre el mito vampírico de los últimos años junto con Byzantium.

6'5

jueves, 8 de mayo de 2014

Rompenieves (Snowpiercer)


El director surcoreano Bong Joon-ho, responsable de Memories of murder y The host, nos ofrece ahora esta peculiar película de ciencia ficción basada en el cómic francés Le Transperceneige. The snowpiercer nos presenta un mundo post apocalíptico tras un intento de revertir el cambio climático que sale francamente mal y en el que los pocos supervivientes viven en un tren en constante movimiento.




Me encantan las películas que transcurren en trenes, me parece un medio de transporte que es todo un mundo en sí mismo. Me vienen a la cabeza películas como El tren, Extraños en un tren, Asesinato en el Orient express, Tren al infierno o El puente de Cassandra. También me gustan las peliculas post apocalípticas cuando tienen algo de miga y no sólo efectos especiales. Así pues, esta película tenía de partida bastantes puntos a su favor.

 Como toda buena película de ciencia ficción que se precie,  sirve como metáfora de los problemas actuales de la sociedad. Admito que su premisa argumental (todos los supervivientes acinados en un tren siempre en marcha) es bastante inverosímil, pero cosas peores hemos visto y creído en una pantalla. Si el espectador hace el pequeño esfuerzo de meterse en la trama, su metáfora sobre la sociedad actual resulta de lo más gratificante. ¿Es el tren una metáfora del capitalismo imparable?. En el tren del film asistimos a una sociedad dividida en clases en las que los ricos y poderosos no permiten que los pobres salgan de sus vagones, cada uno debe cumplir su rol en la sociedad. Si te ha tocado nacer y vivir en un vagón de cola, estas jodido. Obviamente habrá quién no se resigne a la pobreza y de ahí el conflicto de clases que plantea el film.
 No hay que ser filósofo para ver el paralelismo entre nuestras fronteras actuales y las puertas de los vagones. Tampoco hay que ser muy listo para intuir cierta crítica al uso de la fuerza para evitar que los pobres escapen de la pobreza en busca de un futuro mejor. Los recientes sucesos en la tristemente célebre valla de Melilla no difieren mucho de algunas escenas de este film. 
 También creo que hay que destacar cómo está tratado el tema de la educación y el control de las masas para que cada uno cumpla su rol en la sociedad. Igualmente el liderazgo y la capacidad de sacrificio son temas sobre los que el film tiene algo interesante que aportar.
Vamos, que bajo la apariencia de un film apocalíptico del montón tenemos una arriesgada película que intenta aunar entretenimiento y una sobria reflexión sobre la condición humana. Que lo consiga es opinable.

 Durente el visionado del film me vinieron a la mente otras películas de ciencia ficción con las que comparte algún punto en común. Me refiero a films como Soylent green (Cuando el futuro nos alcance) o Matrix. Por suerte, Snowpiercer no es una mera copia ni un conglomerado de ideas robadas y aporta bastantes elementos de interés. Me resultó muy estimulante ese enfoque pesimista sobre la condición humana cercano al mostrado en Blindness.

Que nadie se engañe por la aparición de Chris Evans, no estamos ante un film Hollywoodense palomitero al estilo del Capitan América. Estamos ante un film coreano y como tal es violento y excesivo. Una trama irregular y descompondensada pero atractiva. Al final Bong Joon-ho pierde un poco los papeles y su violencia excesivamente coreografiada perjudica un poco la credibilidad de los hechos mostrados. Ya sabemos como se las gastan los coreanos. También unos efectos especiales algo mejorables en algún momento le hacen perder enteros al film.

 Los actores están correctos, tanto John Hurt como como Jamie Bell están bastante creíbles. Sin embargo es Chris Evans el que me sorprendió gratamente. Este muchacho demuestra con este proyecto que es algo más que una montaña de músculos y que no le teme al riesgo. La que tampoco le teme al riesgo es Tilda Swinton aunque en esta ocasión su personaje resulte bastante ridículo, siendo lo peor del film. Tanto su caracterización (esas gafas y esa dentadura son de traca) como su sobreactuada interpretación (casi una caricatura de Margaret Tatcher) dejan ver esa vena histriónica que a veces le sale a Bong Joon-ho.

   Snowpiercer no es una gran película pero sí es una estimulante propuesta post apocalíptica que os hará pasar un buen rato.


6,5

martes, 17 de enero de 2012

Alien, El octavo pasajero (Alien, 1979)



"En el espacio nadie puede oír tus gritos" con esta mítica frase se publicitaba este film de Ridley Scott en su estreno allá por 1979.  Alien era la segunda película de Scott, tras la estupenda Los duelistas. Tras ver Star Wars, Scott decidió que la ciencia ficción espacial no era un género del pasado.

Alien nos sitúa dentro de una nave de carga, La Nostromo, cuyos 7 tripulantes están hibernando durante el largo viaje de regreso a la tierra. La Nostromo porta minerales extraídos de lejanas colonias en el espacio, tanto la nave como la carga son propiedad de la compañía (cuyo nombre no se cita en el film pero sí aparece su logo y así sabemos su nombre: Weyland-Yutani). La hibernación de los tripulantes es interrumpida antes de tiempo ya que se recibe a bordo una señal de socorro proveniente de un planeta no habitado, LV-426. El ordenador de a bordo, llamado Madre (quien guarda bastantes similitudes con HAL9000 de 2001) decide despertar a la tripulación. Según las normas de la compañía, no se puede negar la asistencia ante una transmisión de socorro, por lo que una expedición formada por el capitán Dallas (Tom Skerrit), Kane (John Hurt) y Lambert (Veronica Cartwright) va en busca de la fuente de la emisión.


Mientras tanto, la teniente Ripley  (Sigourney Weaver) se queda al mando accediendo al cuarto de comunicaciones de Madre. Ripley opina que la transmisión recibida no es de auxilio sino de advertencia. Informa de ello al oficial científico, Ash (Ian Holm), quien no parece darle importancia, ya es muy tarde para  hacer volver a la expedición. El origen de la señal parece estar en una nave alienígena que parece llevar mucho tiempo varada en el planeta. El interior de la nave es espectacular, de formas orgánicas que recuerdan más a un ser vivo que a una nave espacial. Allí los tres tripulantes se encuentran con el cuerpo fosilizado de un extraterrestre aferrado a una especie de cañón (el llamado space jockey). Parece como si de su pecho hubiera salido algo que lo mató. Pero no será el último descubrimiento de los tripulantes ni el más terrible. Cerca descubren unos huevos que esconden en su interior una desagradable sorpresa.


Alien es realmente un film de suspense y terror ambientado en una nave espacial. Tiene más en común con Naves misteriosas que con Star wars. Aunque su atmósfera fría y su ritmo emparentan con el cine de los años 70, con quien más similitudes guarda es con el film de ciencia ficción de 1951 El enigma de otro mundo. En ambas películas un grupo de humanos se encuentra con un alienígena hostil en un medio no menos peligroso. En la primera es el polo norte, en la otra es el espacio. También en ambas hay un científico que se siente fascinado por el alienígena y pretende aprender de él. Incluso el diálogo de Ash con Ripley se parece bastante al del científico del film de 1951. En ambos se hace referencia a la falta de sentimientos del alienígena, quien no ve entorpecida su capacidad de matar por sentimientos de ningún tipo.


El guión de Dan O'Bannon ofrece un certero retrato de cada uno de los 7 tripulantes de la Nostromo, todos quedan perfectamente definidos al inicio del film. Un complejo retrato de personajes y sus motivaciones que no suele ser habitual en este tipo de cine. Incluso quedan perfectamente definidos los dos ingenieros encargados del mantenimiento de la nave: Parker (Yaphet Kotto) y Brett (Harry Dean Stanton) ambos vienen a ser la clase obrera que se siente explotada y no pierden oportunidad de pedir una mejora en sus condiciones laborales o un aumento de su paga. Un detalle que los humaniza y acerca bastante al espectador medio. Incluso vemos cómo Parker domina claramente a Brett debido a la debilidad de carácter de este último.


Alien nos regaló a una de las pocas heroínas de la ciencia ficción: la teniente Ellen Ripley. Ripley  al principio parece ser un miembro más de la tripulación y no destaca especialmente, incluso tarda bastante en tomar el protagonismo del film. Su protagonismo se hace por eliminación, conforme van quedando menos personajes, Ripley se erige en la única capaz de hacer frente al monstruo. En el montaje original Ripley tenía más escenas al principio del film: mantenía una relación sentimental con Dallas e incluso se peleaba con Lambert. Para terminar con los personajes, debemos mencionar por último a Jonesy, el gato, quien nos proporciona algún que otro susto muy imitado en el cine de terror posterior.

Hay que destacar los espectaculares diseños de H.R. Giger, tanto la nave extraterrestre como el Alien son unos hallazgos que marcaron época e influyeron decisivamente en la ciencia ficción posterior. Giger había sido reclutado para el cine por Jodorowsky y su frustrado proyecto de adaptar Dune, parte de aquellas ideas se acabaron plasmando en Alien. Los extraterrestres ya no eran pequeños seres cabezones de apariencia inofensiva, eran seres letales con un sistema defensa casi infalible. También las naves y el planeta diseñados por Giger tenían formas orgánicas, eran casi seres vivos con formas sinuosas. Pero los diseños de Giger y las secreciones viscosas del monstruo no eran suficientes para crear un icono del cine de terror.

 El ingrediente que faltaba era la tensa atmósfera que Ridley Scott supo crear. Una atmósfera que se va tornando cada vez más asfixiante hasta llegar a un clímax difícilmente superable, aunque muchas veces imitado. La dirección de Scott es simplemente perfecta. Scott logró crear un monstruo casi a la altura de los monstruos clásicos de la universal a base de mostrarlo muy poco. Su alien es tan aterrador como el tiburón de Spielberg y en ambas películas la forma de mostrar al monstruo es fundamental a la hora de crear la sensación de miedo en el espectador. El alien de Scott era un estudiante nigeriano de más de 2 metros llamado Bolaji Badejo dentro de un traje. Para evitar que no se notara que había un hombre debajo del traje, Scott decidió mostrar al monstruo muy brevemente, siempre en penumbra y nunca de cuerpo entero. Algunas escenas fueron eliminadas del montaje final debido a que se notaba demasiado que había un hombre dentro del traje. Así Scott lograba crear una mayor sensación de miedo en el espectador, siempre se teme más a lo que no se ve. Los efectos especiales y las babas viscosas hicieron el resto.

 Alien es una gran película, ya sé que no os descubro nada, vista más de 30 años después de su estreno se mantiene claustrofóbica y terrorífica como el primer día.  Es cierto que ciertos aspectos han envejecido un poco mal, la tecnología no se ha desarrollado de igual manera y las pantallas de ordenador nos parecen rudimentarias, pero en 1979 no podían ni imaginar nuestras pantallas LED actuales.

El film tiene varias escenas míticas, como la llegada a la nave extraterrestre, la cena en la que el alien sale del pecho de Kane, la revelación de la naturaleza de Ash o todo el tramo final del film: esas sirenas sonando, ese vapor y esas luces estroboscópicas son de un efecto aterrador que nunca se había visto antes en una película. Especialmente aterradora me parece también la imagen del monstruo sonriendo mientras observa al gato encerrado en la jaula. La precisa dirección de Scott redefinió el género de la ciencia ficción y el terror con esta obra maestra.

Como decía Ed Chigliak en Doctor en Alaska: "Da igual lo mucho que te hablen de Alien. Cuando la ves, es mucho mejor de lo que te habían contado."

viernes, 6 de enero de 2012

El Topo (Tinker, Tailor, Soldier, Spy)


En plena guerra fría, el fracaso de una misión secreta en Hungría provoca la caída de la cúpula del servicio secreto británico. Todo parece indicar que hay un infiltrado, un topo, que está pasando información privilegiada a los rusos.
¿Cansado de ridículas películas de espías a lo James Bond? ¿Buscas un film inteligente sobre el espionaje durante la guerra fría? El topo es tu película. Las novelas de John le Carré sobre el veterano espía George Smiley han tenido varias adaptaciones, siendo la más recordada la serie de televisión de los años setenta en la que Smiley estaba interpretado por Alec Guinnes (probablemente los más jóvenes le recordarán más por su papel de Obi-wan Kenobi en Star Wars).


Esta nueva versión está dirigida por Thomas Alfredson, quien ya demostró su templanza en la vampírica Déjame entrar. Aquí demuestra otra vez que es un director a tener en cuenta. Sabe mantener la calma y a la vez ir creando una creciente sensación de tensión. Lo ideal para este tipo de historias de espías sin persecuciones a toda velocidad ni gadgets imposibles. El acercamiento de Alfredson a la obra de Lecarré me parece muy acertado y respetuoso. No sólo por la ambientación en la época, sino también por la traslación de este ambiente aburrido y burocrático (cercano a  La vida de los otros). Realmente el servicio secreto británico se parece más a una oficina que a otra cosa, incluso los empleados hacen fiestas de navidad.

Alfredson nos sumerge de lleno en este mundo gris de espías y mentiras a base de un ritmo lento pero seguro (como el propio Smiley), mientras va tejiendo una complicada tela de araña de lealtades y traiciones. Alfredson, opta por una estupenda economía de medios, nada de estridencias ni golpes de efecto. Me gustó mucho que no muestre la cara de un par de personajes muy importantes, lo que crea en el espectador una inquietud añadida a la trama. También hay que destacar el tratamiento de los sentimientos y afectos de los personajes, con una mirada sabemos qué está pasando entre dos personajes o sus motivaciones.Toda una lección de estilo narrativo. Esta historia en manos de Almodóvar o Bigas Luna estaría llena de explícitas escenas de cama y desnudos sin sentido. Lo que Almodóvar muestra explícitamente, Alfredson sólo lo insinúa, dejando que el espectador llegue a sus propias conclusiones. Son estilos distintos de narrar, yo me quedo con Alfredson.
Además, Alfredson domina los flashbacks, logrando que el espectador no se pierda nunca (un simple cambio de gafas nos hace saber en qué punto de la historia nos encontramos), consiguiendo que la historia nos atrape desde el primer momento. Un muy buen trabajo de guión, dirección y montaje.


 Si la elección de Alfredson me parece muy acertada, la de Gary Oldman (Drácula, El libro de Eli, Caperucita roja, Hannibal, JFK) como George Smiley me dio cierto miedo. Oldman es un gran actor pero suele sobreactuar y excederse en los gestos. No parecía la elección más acertada. Sí es cierto que últimamente parecía algo más contenido en sus papeles de Sirius Black y el comisario Gordon en las sagas de Harry Potter y Batman, pero el cansado y triste Smiley no parecía un personaje adecuado para él. Pues nada más lejos de la realidad, Oldman se mete en la cansada piel del personaje de forma asombrosa. La habitual gesticulación de Oldman no aparece por ningún lado, esta vez nos da todo un recital de contención. Incluso queda bien en la escena de la fiesta cuando su personaje se fuerza por sonreír o cuando habla a escasos centímetros de la cámara. El necesario cambio de registro parece que por fin le ha llegado y ha sabido aprovechar la oportunidad. Como curiosidad, cabe destacar que las gafas que luce Oldman en este film son las misma que usó su compañero de reparto Colin Firth en Un hombre soltero.


El resto de los actores están todos perfectos. Un elenco con algunos de los mejores actores británicos (John Hurt, Stephen Graham, Colin Firth, Tom Hardy) metidos en una película así es todo un regalo para el espectador.


Lo dicho, una buena peli de espías. Si quieres explosiones y tiroteos, mejor te vas a ver Misión imposible 4.


7


P.d.: Por cierto, no confundir esta película con la otra El topo, la inclasificable película de culto de Alejandro Jodorowsky. No sé que manía tienen las distribuidoras de repetir títulos de películas, es preferible traducir sin más el título o dejarlo en el idioma original antes que confundir a la gente llamando a una película igual que otra. 

lunes, 26 de diciembre de 2011

Immortals


Immortals es una de estas producciones épicas al estilo de 300 que tan de moda de han puesto en los últimos años. Muy mal está el cine actual si 300 crea escuela. Ya sabes: batallas, torsos desnudos, mucho abdominal, mucho cuerpo sudado y patadas a la mitología griega. La peli es un film palomitero dirigido por Tarsem Singh (The fall: el sueño de Alexandria) un director que pretende que cada plano de su cine te deje con la boca abierta, un poeta de la imagen. La unión del cine comercial con el peculiar estilo visual de Tarsem podría haber dado como resultado una obra maestra o un desastre. Lamentablemente, creo que está  más cerca de lo segundo.

El habitual y fascinante estilo visual de Tarsem está presente en este film, siendo lo más destacable. Desde su forma de componer los planos o los alucinantes diseños de vestuario de Eiko Ishioka (ojo al casco hecho de espadas o al casco de garra de cangrejo que luce el rey Hiperión), el film denota un esmeradísimo mimo estético que lo convierten en toda una experiencia visual.
Pero el guión de deja de ser la misma tontería de siempre, no tiene nada que valga la pena. Ni una línea de diálogo me parece que no huela a refrito de Troya, Furia de Titanes o la ya citada 300. Una vez más, la mitología griega ha sido usada de excusa para un blockbuster disfrazado de peli de calidad. El problema es que, con un guión tan poco original, todo el impresionante apartado visual llega a parecer ridículo. Ni la fotografía ni los diseños consiguen levantar el film ni darle un ápice de credibilidad, más bien todo lo contrario. Tarsem es un poeta de las imágenes pero no es un gran narrador, no sabe darle al film el ritmo y la intensidad necesarios. Tarsem sabe colocar  a los actores en el bello encuadre pero no sabe hacer que parezcan creíbles. La presentación de personajes no es acertada mientras las escenas de lucha carecen de vida. El film se hace previsible y aburrido. Immortals es un espectáculo visual vacío de contenido, un envoltorio de lujo para una manzana podrida.


Tampoco la elección de actores ha sido muy brillante. Henry Cavill (visto en Los Tudor y el nuevo Superman) se ha puesto cachas y pone empeño en parecer creíble como Teseo pero la cosa no acaba de cuajar. Tampoco nos creemos ya a un Mickey Rourke que lleva demasiado tiempo haciendo el mismo papel de pérfido villano con pintas de macarra. La verdad es que, con esa cara que se ha dejado, a pocos papeles más puede optar. Su carrera ya se hundió una vez y, a este paso, no será la última. También aparece en pantalla la guapa Freida Pinto como oráculo, no lo hace mal. también aparece el recuperado Stephen Dorff en un personaje que pinta bastante poco e intenta ser el contrapunto graciosillo pero no lo logra. Por su parte John Hurt cumple con la cuota del experimentado actor británico que da prestigio a la peli y se lleva un buen pellizco por 4 días de rodaje delante de una pantalla verde. Pero lo que realmente hunde la película es que nadie se cree a unos dioses del Olimpo con pinta de adolescentes imberbes que acaban de salir de un baile de disfraces. Ridículos.




Supongo que gracias a este encargo Tarsem se habrá llevado un buen cheque y se podrá financiar con total libertad creativa algún próximo proyecto. No hay mal que por bien no venga.


 
4,5

domingo, 9 de octubre de 2011

Melancolía (Melancholia)



Ya está aquí la nueva película del polémico director danés Lars Von trier (Bailar en la oscuridad, Anticristo).



La peli empieza con una sucesión de bellas imágenes rodadas a slow motion, como si fueran pequeños cuadros en movimiento que representan momentos del film que vamos a ver. Un bello inicio, la extraña poesía visual del amigo Lars Von Trier.

Luego entramos en materia y vemos que Lars sigue dividiendo sus películas en capítulos, el primero se llama Justin y se centra en la celebración de la boda de dicho personaje, mientras el segundo capítulo se llama Claire y se centra en la hermana de Justin. Una vez más Von Trier nos prensenta unos personajes femeninos totalmente irracionales: Justin (una excelente Kristen Dunst) se ve dominada por su rechazo a unas normas sociales en las que no cree, mientras que Claire (una no menos excelente Charlotte Gainsbourg) se ve dominada por su miedo irracional a la muerte. Ambos personajes son el núcleo del film, dos hermanas totalmente opuestas pero que son el prototipo de personaje femenino en el cine del Danés.
Justin parece un personaje atrapado por unas normas sociales que detesta (algo que parece haber heredado de su madre) y no puede evitar rebelarse contra ellas ni siquiera el día de su boda. Todo el protocolo de las celebraciones es mostrado aquí como algo ridículo y sin sentido (intentar subir con una limusina una escarpada carretera, el jefe de protocolo que se niega a mirar a la novia), tampoco los discursos o el lanzamiento del ramo son mostrados con ninguna piedad. Son costumbres ridículas que van a dejar de tener sentido en breve, pero a nadie parece importarle, salvo a Justin.
El resto de invitados a la boda no quieren dar importancia al peligro que se cierne sobre el planeta y siguen como si nada estuviera pasando. Siguen las normas sociales y los protocolos como si tuvieran aún algún sentido. Me gustó bastante el personaje de Kiefer Sutherland (quien se aleja bastante de su Jack Bauer en la serie 24) un personaje que aúna lo racional con la conservación de las normas sociales. También está lleno de significado y matices el personaje del veterano John Hurt.
Desde luego, Von Trier presenta un buen puñado de interesante preguntas: ¿Tiene sentido celebrar una boda cuando un planeta se acerca peligrosamente a la Tierra? ¿Tiene sentido casarse cuando la mitad de los matrimonios acaban en divorcio? ¿Es obligatorio celebrar tu boda por todo lo alto? ¿No existe el derecho a estar triste el día de tu boda? ¿Siempre hay que quedar bien con los demás?

El problema de Melancolía es que se hace algo pesada y aburrida en su parte final. La primera parte está muy bien y presenta conflictos muy interesantes, pero la segunda parte es demasiado lenta. Cuando todos los invitados a la fiesta desparecen, el film se centra en sólo cuatro personajes, aflorando el lado más poético e intimista de Von Trier. El tema del supuesto fin del mundo está tratado de forma modélica, nada de vacuos efectos especiales a lo Michael Bay o Roland Emmerich. Von Trier se centra en los personajes, sus miedos y sus certezas. Mucha poesía y mucho sentimiento contenido pero la trama acaba perdiendo algo de fuelle y se alarga demasiado.

No se puede decir que el resultado final sea satisfactorio al cien por cien, casi nunca lo es cuando se trata de este autor. A muchos les aburrirá y a otros les irritará pero es un film inquietante y de una perturbadora belleza.


viernes, 29 de julio de 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte, Parte 2



Ya está, se acabó. Ya hemos llegado al final de una de las sagas literarias y cinematográficas de mayor éxito de la historia. Ya era hora.


No es que no me hayan gustado las películas sobre Harry Potter (nunca me he leído uno de los libros, ni ganas que tengo), incluso creo que la tercera y la cuarta entrega son muy buenas películas de aventuras pero la cosa ya empezaba a cansar. Tras 10 años de aventuras y 8 películas, la cosa termina tal y cómo cabía esperar; con un gran final lleno de fuegos artificiales. Esta octava entrega nos da todo aquello que se echaba de falta en las últimas entregas: nos da acción, emoción y la lucha definitiva entre el bien y el mal. No es una gran película (digan lo que digan) pero sí es un divertimento más que digno.
El guión no contiene ninguna sorpresa (otra vez, digan lo que digan), estaba cantado que ciertos personajes no eran tan malos como nos intentaban hacer creer (de forma bastante chapucera, por cierto) y cómo iba a terminar todo el asunto. Es innegable que J.K. Rowling ha sabido crear todo un mundo mágico que ha atraído a millones de lectores pero no es una gran escritora, se le ve el plumero y ciertas limitaciones narrativas. Nada grave si los libros y las pelis entretienen. Y esta última peli entretiene de lo lindo siempre que no analices la trama ni por un segundo. El guión tiene más agujeros que un colador: ¿Tanto tiempo preparando el retorno de Voldemort y no se dan cuenta de un burdo engaño? Si llevo ansiando la muerte de mi enemigo durante 10 años no quiero que me lo cuenten, quiero asegurarme yo mismo ¿no?. Además ¿A qué viene tanto bombo con las dichosas reliquias de la muerte si luego casi no se usan? ¿Cómo demonios se les viene a la cabeza así de golpe el paradero de los dichosos objetos? y así podríamos seguir un buen rato.
Por fin vemos la escuela de magos ardiendo y los alumnos luchando por su vida, por fin vemos a Harry Potter tomar la iniciativa y por fin vemos el inicio de una relación amorosa entre los dos secundarios principales (no desvelo nada que no sepa nadie que haya visto las anteriores entregas). Desde luego, el director David Yates se ha centrado mucho más en la acción y los efectos especiales que en darle coherencia a la trama o en el desarrollo de personajes, quedando algunos un tanto colgados. Era de esperar, todos queríamos un final de fiesta espectacular, a la altura de lo prometido. Todo el apartado técnico es más que notable. He de reconocer que hay escenas muy logradas que incluso me emocionaron un poco (sólo un poco) pero yo he echado de menos algo más de valentía a la hora de eliminar personajes. Es que no muere casi nadie, leñe, yo me esperaba una sangría en toda regla pero me olvidaba que esta saga está destinada a un público infantil/juvenil. El objetivo se ha cumplido, la saga se ha cerrado de forma espectacular pero algo fría. Al final me quedó la sensación de "¿Ya está?, ocho películas para esto?"

Lo mejor siguen siendo los secundarios de lujo, todos siguen bordando sus papeles. Vuelven a aparecer Helena Bonham Carter, Ralph Fiennes, John Hurt, Gary Oldman, Michael Gambon, Alan Rickman o Emma Thopmson, aunque algunos de ellos apenas digan un par de frases o ni siquiera hablen (como en el caso de Emma Thompson). El amigo Daniel Radcliffe ha desaprovechado la oportunidad de aprender algo de este tremendo grupo de actores que le secundan y está tan soso como de costumbre. Su interpretación de Frodo, digo... Harry Potter no aporta nada nuevo en esta última entrega. Ya era demasiado tarde para formular un conjuro para que aprendiera a actuar.

La traca final, mucho ruido y poco más.

6

jueves, 30 de diciembre de 2010

Los crímenes de Oxford (The Oxford murders)



La verdad es que, en mi humilde opinión, Álex De La Iglesia no ha hecho realmente una película decente en su vida (quizás la única excepción sea La Comunidad). Sus películas suelen ser buenas ideas mal desarrolladas o simples anécdotas estiradas hasta la hora y media (Acción mutante, Muertos de risa, El día de la bestia, etc,). Ocurre que ya vamos teniendo una edad y las gracietas del amigo Álex ya no nos hacen tanta gracia. Se nos congeló la risa hace tiempo cuando vimos que el chaval no pasaba de sus excentricidades de friki vestido de negro y sus repetitivos homenajes ibéricos a Hitchcock y Tarantino. El tipo le echa muchas ganas e intenta ser original pero quizás pueda dar mejores frutos con guiones de otros.

Los crímenes de Oxford estaba basada en la novela homónima de Guillermo Martínez y parecía que Álex estaba dispuesto a hacer un film alejado de sus típicas historias. Ha aprendido a usar la cámara y a dirigir actores (lo de contar con grandes actores británicos es todo un lujo que ayuda) logrando una película bastante decente. Sorprendente pero cierto. La peli tiene cierto ritmo y, a pesar de estar llena de personajes hablando continuamente de lógica y matemáticas, no aburre aunque tampoco entusiasma. Le falta garra. La forma de rodar a lo Hitchcock y la ambientación están muy logradas pero le falla el clímax y la resolución del misterio. Alex está comedido, se nota que la peli es un encargo, no hay casi ni una sola de las salidas de tono propias de su director (gore, personajes subiendo a las alturas, tacos). Alabado sea el señor.

¿Los actores? John Hurt está muy bien (como siempre), Frodo (disfrazado de Elijah Wood) sigue con su cara de buscando a Gandalf y Leonor Watling se limita a mostrar su cuerpo (ahí se te ha visto el plumero, Alex). Ni que decir que las escenas más recordadas de la película serán las escenas de sexo entre Leonor Watling y Elijah Wood y el ya famoso delantal de la Watling.


5,5 (por el intento de mejorar).

Tras este film De La Iglesia se metió en su ambicioso proyecto televisivo, Plutón BRB, en el que creo que encontró el formato definitivo para sus historias y su peculiar sentido del humor. A mí esta serie me gustó mucho, incluso me hizo pensar que su futuro estaba en la tele, pero no. Sólo era un paréntesis, tenía que regresar por sus fueros y sus payasadas.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Harry Potter y las reliquias de la muerte, Parte 1

Menudo tostón. No puedo decir otra cosa sobre este engendro que ha acabado siendo la saga del mago Harry Potter. Esta séptima película es un horror, la peor de toda la saga con diferencia, sí, peor que la quinta y la sexta juntas, una pena.


Cuando la cosa parece que se iba a poner interesante, con el malvado Voldemort de vuelta a la vida, los espabilados de la productora deciden adaptar el último libro en dos películas, así se embolsan unos cuantos cientos de millones más. Están en su derecho de hacer lo que quieran, esto del cine es un negocio y no está la economía como para dejar pasar la oportunidad. Pero hay que saber hacerlo y siempre ofreciendo al público un producto digno. No es el caso. En la película se nota que estaba pensada originalmente como una sola. Se han incluido muchas escenas que no aportan nada y durante un buen rato del metraje el espectador se siente estafado. No hay tensión ni emoción casi por ningún lado. Yo nunca me había aburrido con las películas de esta saga, incluso algunas me gustaron bastante, pero con ésta casi me duermo.La película empieza bien, con buenas escenas dignas de los mejores momentos de la saga (el vuelo nocturno, la boda, el ministerio de magia) pero incomprensiblemente la trama llega a un parón imperdonable que hace que todo el conjunto se vaya a pique. ¿Es que no había material para dos películas? Yo creo que no. El intento de alargar la historia se nota demasiado, los 146 minutos del film se hacen eternos ya que durante la segunda mitad del film no pasa casi nada. Los parones narrativos y el avance a trompicones de la historia hacen que el espectador desee que el final llegue cuanto antes. Un final de todo menos interesante. David Yates demuestra una vez más que no es un director con el talento necesario, sus tres películas de la saga son las tres peores con diferencia. Confiemos en que la última sea algo mejor, aunque la están preparando en 3D con lo que no sé qué pensar.

Los actores están como siempre, Daniel Radcliffe sigue sin saber actuar, la cara de pánfilo de este chico ya es un lastre para la saga, mientas Emma Watson y Rupert Grint siguen estando bastante más creíbles. Lo mejor del reparto es, como siempre, la acertada inclusión de excelentes actores británicos en papeles secundarios, a destacar la incorporación de Bill Nighy, John Hurt y Rhys Ifans.

La sensación que queda al final es que los de la franquicia nos han tomado el pelo (una vez más) y nos han entregado otro film de transición en busca del ansiado final que, esperemos, llegará al fin en la siguiente y última entrega.
4